Finalistas

 

Finalistas del jurado de esta edición.

Nº 15 – Mi pluma y tu cuerpo. Por Adili Mur

Carlos Corredor Cámara

 Carlos Corredor Cámara

Valencia – España

 Mi currículum podría ser muy amplio, pero deseo sea muy breve, No se escribir, solo se sentir, solo deseo poder y saber transmitir mis emociones, solo deseo emocionar, hacer llorar o reír, solo deseo que cuando se me lea una vez, quede el deseo irrefrenable de volverlo a hacer por lo menos una vez más.
No soy hombre de celebraciones, no soy hombre de premios ni trofeos, solo soy un humilde poeta enamorado de la vida, de la tranquilidad, de mi pluma…y de esa musa que la inspira.
Si esa inspiración les ha llegado en alguna de sus formas, me doy por satisfecho.
A mis 47 veranos ya, no puedo, no debo, no quiero, no espero pedir más.
Gracias, mil gracias de corazón, acepten como pequeño tributo de esa ilusión de la que ustedes se hacen eco, esta, mi pobre poesía, esta mi muy cuidada musa y esta mi quizá muy maltratada pluma…
A través de este cristal, otra vez gracias de parte del «poeta» Adili Mur.

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Nº28 – Poema fácil de amor. Por LEIDEICÓN

Emilio Aparicio Díaz

Emilio Aparicio Díaz

Ciudad Real – España

Mi nombre es Emilio Aparicio Díaz.

Tuve la suerte de participar en la edición del año 2007 de este mismo certamen y obtener un tercer premio. Leí sus bases, y el hecho de posibilitar una participación abierta a todos, de forma transparente, en donde autores y público podía interactuar, me pareció una gran idea. La poesía por fin a debate, una comunidad de poetas y lectores unidos por un mismo fin. Lo mediático sirviendo a la cultura como canal comunicativo y dialogante…

Desde siempre, al menos desde que tengo uso de razón, escribo. La Literatura siempre me ha ayudado a vivir, pero nunca, claro, en un plano económico. Es con lo único que no me importa pensar altruistamente.

Me gusta la poesía en particular, pero, bueno, cualquier cosa con tufillo a letras. Voy de un género a otro y de un autor a otro de forma heterodoxa. Las estaciones y el paisaje cambiante del Campo de Montiel ( Ciudad Real), la comarca en donde vivo, influye en ello.

Un poco de currículum:

Tercer premio en la edición 2007 de este mismo concurso “ poemas sin rostro”

Inclusión del poema en el libro “ Poemas en el Canal”

Poesías para la página naturalista “Ecoloquia”

Finalista en el certamen de poesía “ Grupobuho”

Incluido en la antología poética “ poetas en libertad 8”

Publicación de poemas en el foro de poesía del café cultural Libertad8 de Madrid y en el foro de poesía de la revista cultural Alaire.

Un saludo a todos mis compañeros de poesía.

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Nº25 – Mutación. Por Alytes

Cristina Cifuentes Bayo

Cristina Cifuentes Bayo

Zaragoza – España

 

Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos
Mientras vivamos juguemos
El simple sport de los vocablo

Vicente Huidobro, Altazor, canto III

 

Si nada hay más bello ni necesario que el juego, ¿por qué, entonces, me da casi vergüenza escribir estas líneas? ¿Debería pedir disculpas a mis compañeros de certamen por jugar a los poetas?

Como un juego me presenté a esta edición de Poemas sin Rostro. Como un juego elegí, de mi revolución de papeles, estos versos, nacidos de otro juego, tras editar unas imágenes tomadas en un viaje, años atrás, entre San Juan de Luz y el valle del Baztán.

La poesía, tras las primeras lecturas escolares, comenzó como un juego temprano y onanista: encajar la métrica y la rima en un soneto, desnudar una idea, romper los moldes, bailar con una estrella. Pero creció, como el amor, al compartirse.

Alytes es un sapito mutante que me regaló, jugando, un amigo. Otro me cambió de sitio un verbo y alguno me escondió un adjetivo. En este sitio acogedor de letras amistosas, he respirado con otros ludópatas participantes y, empujado por una caricia, mi pequeño poema se ve ahora elegido como finalista. No hay curriculum que lo avale, ni importa: apenas es barquito de papel arrojado a la corriente por las manos de un niño, y su destino es que alguien haya compartido su fugaz travesía, más larga ya de lo que esperaba para él. Como termina Huidobro ese canto III de Altazor,

Después nada nada
Rumor aliento de frase sin palabra

Cristina Cifuentes

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Nº1- Síndrome de abstinencia. Por Epímone

José Clementa Lara García

José Clementa Lara García

Toledo – España

Nací en 1973, desde entonces me llaman José Clemente Lara García y vivo en Miguel Esteban (Toledo)

Para mí, escribir poesía es situarme en medio de la libertad, y en el centro de esa batalla verbal entre vocabulario y sentimiento, de la que ambos salen perjudicados.

Tras recibir la ilusionante sorpresa de que formaba parte de los finalistas del VIII certamen de poemas, ahora con rostro, lo primero que pensé fue en la entrega de premios. Me espera otra visita a Murcia a disfrutar de la celebración, en compañía de nuevos amigos adictos al verso.
La primera vez fue en el V certamen, ¡y me dieron el laurel! pero lo que verdaderamente me dieron fue una experiencia inolvidable. Espero que este año sea posible volver a conversar/sin versar personalmente con el resto de finalistas mientras, damos buena cuenta de la cena.
Y el vino.

José Clemente Lara

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Nº20- Esencia… Por Impía
Premio especial del Público

Amelia Chavez Macias

Amelia Chavez Macias

Vizcaya-España

Vivimos en tiempos en los que todo va demasiado deprisa.Nos vemos sujetos a un sistema de vida donde los paraísos emocionales del individuo se suplen por otros totalmente artificiales, y a la larga enemigos de toda armonía y sintonía humana.

Tengo la gran suerte de vivir la poesía. No digo escribir, no… sino vivir la poesía. Desde el amanecer, cuando la vida se despereza, se me muestran siempre las traviesas jugarretas a la existencia, que improvisadas, aún me sorprenden cada día. Una luz distinta en el alba, un silencio,la llovizna inesperada… Unos pájaros, ausentes quizás, frente a mi ventana… Un nuevo brote en una planta algo descuidada… El locutor favorito de la radio recordándome mi bufanda nueva ,desde su afonía ..

Ayer, en el autobús, una improvisada primavera en la blusa de una señora africana me hizo sonreir en pleno enero. Curiosamente ese chófer gruñón que nos conduce hacia el trabajo silbaba una melodía acompañando una canción antigua con cara feliz… Cuando termina mi jornada de trabajo, unos niños muy pequeños remedan unas palabrotas entre sí jaleándose con risas mañosas ante sus madres, despistadas con alguna charla. También el asfalto gris se cubre de brillos mágicos cuando las heladas gotas de lluvia lo golpean…

La poesía es la capacidad creadora en la mirada de cada uno. Cuando esa capacidad tiene la osadía de plasmarse en palabras, nos permite vivir un sueño en cada pequeña realidad. La ausencia de un poema en una mirada, está condenada a perderse las mayores expresiones de belleza en cada rincón, en cada ser, en cada corazón…

No se me ocurría otra manera de exponer mi curriculum… Soy finalista en este mi primer concurso, mi primera incursión en el mundo de las letras a nivel público. Estoy muy agradecida y emocionada por este reconocimiento… y sé que ello será, si cabe, una fuerza y motivación para seguir haciendo lo que siempre he soñado… Describir y vivir la poesía.

Muchísimas gracias por todo a todos los que han considerado mi poema digno de ser leído y por haberlo acogido tan amablemente.

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Nº16 – Claro que lo recuerdo. Por Hugo Rojas


Emilio Francisco Gómez-Caminero Parejo

 Emilio Francisco Gómez-Caminero Parejo

 Sevilla – España

 

Me llamo Emilio. Nací en Sevilla hace ya cuarenta y ocho años; aunque a mí, como a todos los que llegan a una cierta edad, me cuesta creer que sean tantos. Estudié Filosofía y ejerzo de profesor de instituto desde hace ya mucho tiempo. Hace no tanto que obtuve el doctorado, y también colaboro en un grupo de investigación en la Universidad de Sevilla. En este campo, el de la investigación, tengo un cierto número de publicaciones, algunas —me gusta creerlo— de cierto valor, pero todas ellas son de materias muy técnicas que no os parecerían nada literarias: mi especialidad es la lógica formal.

Aunque escribo literatura casi desde que tengo memoria, nunca he intentado publicar nada. Supongo que soy muy pudoroso. Solamente una vez, hace mucho tiempo, presenté un relato a un concurso literario, que no gané. Desde entonces no había vuelto a intentarlo.

Conocí este concurso por una amiga que ya empieza a ser una reconocida escritora y que nos animó a participar. Lo consiguió, me animé a hacerlo, y parece que debo alegrarme por ello. Os doy las gracias por vuestra atención y vuestros comentarios.

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Nº11- Un correo en la bandeja de entrada. Por Sylvia Borin

Juan Francisco Ballester Palazón

Juan Francisco Ballester Palazón

Madrid- España

 

Más que una costumbre, mi presencia por estos pagos virtuales parece estar convirtiéndose en un vicio, o quizá me empiezo a parecer a ese “clásico” Madrid-Barcelona, que todos los años acude puntualmente a la cita para deleite o empacho de los futboleros, que de todo hay en este mundo.

El caso es que, aunque los acontecimientos se repitan, uno sigue manteniendo la misma ilusión que la primera vez. Es como decía aquella vieja canción de Joan Manuel Serrat: te pasas la vida debutando

Así que otra vez estoy aquí, y en esta ocasión torpemente camuflado tras el plumaje de un discreto pajarillo con nombre de mujer, y con una arriesgada propuesta por una composición cuya forma inventó (o quizá descubrió) Giacomo de Lentini, el que fuera notario en la corte de Federico II de Sicilia allá por el siglo XIII.

Y semejante osadía por lo visto no ha caído en saco roto, lo que viene a demostrar que el denostado soneto resulta aún vigente y goza de buena salud, a pesar de seguir luchando contra los vientos y mareas de la modernidad, a pesar de tener que estar justificándose constantemente y pidiendo perdón por no haberse extinguido como lo hicieron aquellos horribles fósiles de la era Terciaria. Y es que modernidad y tradición se pueden dar la mano y convivir en armonía bajo el mismo techo; basta adaptarse a nuevos temas, incorporar las nuevas tecnologías. Basta aceptar que en el universo de la poesía todos cabemos y nadie sobra.

Haber llegado nuevamente hasta la final, colma todas mis expectativas y es más de lo que uno podría esperar, no por falta de autoestima o por no confiar en la posibilidades de mi poema, sino porque la vida tiene sus caprichos y la competencia siempre es dura, aunque en esta ocasión el número de participantes se haya reducido a 28. No es la cantidad lo que cuenta, sino la calidad, y por eso es doblemente valioso poder volver a revivir estos momentos y tener que redactar otra vez unas líneas de presentación de alguien que se considera a sí mismo como un impresentable, y que por no tener, no tiene ni siquiera una bibliografía que reseñar ni un currículo literario del que poder presumir.

Aprovecho para felicitar a los organizadores del certamen y a los miembros del equipo de lectura por su esfuerzo y dedicación, así como al resto de compañeros seleccionados y no seleccionados como finalistas. Todos ellos merecen mi respeto y admiración.

Juan Ballester

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Nº12- Los colores del mundo. Por Yomateakenedi


Francisco López Serrano

Francisco López Serrano

Madrid – España

Francisco López Serrano (Épila, Zaragoza, 1960) ha publicado seis libros de poemas: Ars Moriendi, Genil, Granada, 1985; Un funesto deseo de luz, IFC, Zaragoza, 1990; La afable vecindad de la muerte, Editora Regional de Extremadura, Mérida,1997; La caricia de un sueño, Prensas Universitarias, Zaragoza, 2002, La sombra de Dios, Compás, Sevilla, 2004 y El último hombre sobre la tierra, Devenir, Madrid, 2010. Es también autor de las novelas El país de la lluvia, Prames, Zaragoza, 2004; Retrato del asesino en prácticas, Pre-Textos, Valencia, 2005 El Prado de los Milagros, Duen de Bux, Ourense, 2008, y de de los libros de relatos El Hígado de Shakespeare, DVD, Barcelona, 2000, Dios es Otra, DVD, Barcelona, 2002 y Los Hábitos del Azar, Renacimiento, Sevilla, 2009 (Premio “Setenil” al mejor libro de cuentos publicado en España en 2009). También es autor de varias traducciones de poetas ingleses publicadas por editorial Pre-Textos: La casa de la Vida de Dante Gabriel Rossetti; El gamo ante la casa solitaria de Thomas Hardy y El mercado de los duendes de Christina Rossetti. A lo largo de su carrera ha obtenido numerosos premios: «Luis Cernuda», «Extremadura a la Creación» y “Blas de Otero” de poesía, “Generación del 27” de narrativa, «José María de Pereda» y «Ciudad de Barbastro» de novela; “Jaén”, «Ciudad de San Sebastián», «Gabriel Aresti» o «Ignacio Aldecoa» de cuentos, etc. Ha sido también finalista de certámenes importantes como el «Azorín» y el «Ateneo Ciudad de Valladolid» de novela o el «Torrente Ballester» de narrativa. Habitualmente colabora en revistas literarias y periódicos como Clarín, Turia o Heraldo de Aragón.

Más indormación en Wikipedia

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Nº23 – Solitud. Por Eva Luna

AnaAlvarez

Ana Álvarez Barroso

Sevilla – España

Nací en Sevilla un 28 de Marzo de hace 40 años, siempre me gustó escribir pero mi afán de perfeccionismo me lleva a romper y tirar tres cuartas partes de lo que escribo. Soy aprendiz de todo y maestra de nada, me he pasado años tocando diferentes campos sin ser experta en ninguno de ellos (redes, fotografía, diseño gráfico y páginas web). La única constante en mi vida ha sido mi pasión por escribir, unas veces más, otras menos, pero siempre me han acompañado los versos y los relatos cortos. Los escribo y los guardo y así voy coleccionando poemarios inéditos que, posiblemente, nunca vean la luz. Me cuesta presentarme a concursos porque no considero mis poemas lo suficientemente buenos como para compartirlos. Nunca he ganado ningún premio, aunque he quedado finalista en ediciones anteriores del canal literatura, tanto en poemas como en narrativa, donde obtuve una mención especial en el años 2009 en el premio especial «Amor en el tiempo» por el relato «Y tú te irás». He colaborado en varias antologías de poemas de diversos autores, algunas páginas web, y como rapsoda en diversos acontecimientos literarios y culturales. Esa es otra de mis pasiones, recitar.

Actualmente me dedico a la estética y a ser madre, lo cual me ocupa la mayor parte de mi tiempo, y ella, a cambio, me regala la mayor de las satisfacciones: su amor incondicional. Sin duda alguna, mi niña es mi mejor poema.

Es un gran placer para mi formar parte de los finalistas de este certamen y poder aportar mi granito de arena. Gracias, sin vosotros toda esta magia poética-literaria no sería posible.

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Nº26 – Quizá no te haya dicho. Por Ausencias


Segismundo Fernández Tizón

Segismundo Fernández Tizón

Orense – España

 

Lo confieso, señoría. Yo lo hice.

Aguanté mucho tiempo -se lo aseguro- pensando que las voces que venían a mi mente pasarían, que era algo pasajero, que a todo el mundo le pasaba alguna vez algo parecido. Pero las voces seguían, primero con frases tímidas, balbuceantes, que con el tiempo se fueron haciendo más firmes y contínuas. A todas horas una voz interior me decía «¡hazlo… hazlo!» y tanta insistencia acabó por tumbar las murallas que había puesto para protegerme.

Y lo hice… vaya si lo hice, no podría negarlo, las pruebas están ahí. Las veo en todas partes donde miro, mi crimen se me aparece por todos los rincones de la casa, entre mis papeles, en mis armarios… golpes certeros, sin piedad, pero… les ruego clemencia.

Sí, clemencia, pues era inevitable hacerlo. Todo lo que había estado rugiendo dentro de mí durante años explotó un día, y cuando su blanco vestido se pavoneaba delante de mí, cogí lo primero que vino a mis manos y lo apreté con fuerza contra su superficie, dejando las huellas de mi desesperado ímpetu grabadas en ella, dejando correr un hilillo oscuro que fue formando las temblorosas lineas de una confesión, que podría ser incluso ésta.

Porque sí, lo confieso, señoría. Éste fue el comienzo de una carrera desenfrenada por calmar esas ansias de sacar toda la rabia, el sentimiento, la vida, en suma, que me quemaba por dentro. Y comencé por atacar sin piedad aquellos vestidos blancos, inmaculados, pero pronto ensanché el abanico aceptando otros colores, otros tactos, pero siempre con el mismo resultado… esos hilillos oscuros que corrían mostrándome el resultado de mis actos. Me sumergí en los ambientes que frecuentaban aquellos que tenían mi misma inclinación, y los escuchaba para aprender de sus métodos, su forma de prepararse en la búsqueda de un nuevo reto…

…y eso me ha traído hasta aquí, señoras y señores del jurado. No puedo decir que soy inocente de los cargos que se me imputan, ni que me arrepienta, pues una y otra vez lo haría. No podría imaginarme la existencia en estos momentos sin esa búsqueda del vestido blanco de un folio perdido entre las sombras de lo inmaculado, ni el suave placer que siento al asestarle la puñalada de un trazo de tinta que se va convirtiendo en letras, palabras, frases… historias, en suma. Ni me arrepentiré nunca de que ese camino me haya llevado a este punto, en medio de ninguna parte, pero que me ha permitido conocer a gente de la que beber nuevas historias, unas imaginarias -sus poemas- y otras muy reales -su amistad.

No, señoría. No pienso arrepentirme. Es más… pronto estaré libre, y sé que volveremos a vernos en este lugar, con la misma acusación, y espero que para entonces, pueda usted saber por qué sigo aquí, y usted me deja marchar esperando que esos trazos vuelvan a traerme a su presencia una vez y otra, para seguir comprobando que ya nunca nada me apartará de este camino de blancos y tintas entrelazados en una cadena perpetua que solo una cosa puede poner fin…

…mi firma al final del último poema.