Esperando la mañana
Todo el mundo se ha ido, no a dormir,
sino a esperar a que venga alguien.
A.A.
Vamos a la cama creyendo que todo está bien,
hacemos nuestra plegaria a dios
con humildad pedimos por los nuestros:
“Dales salud, dios mío, y una vida larga,
que no conozcan el hambre, la extrema soledad”.
Vamos a la cama y pensamos un poema,
lo repetimos muchas veces en silencio
sin sospechar que al día siguiente
no recordaremos nada,
que solo fue ilusión, una trampa bien dispuesta
para no creer que todo está perdido,
que estamos secos
cercenados y secos como el viejo tocón del patio.
Vamos a la cama y leemos algún pedazo de la Biblia,
tal vez primera de Corintios 13
para no olvidar qué es el amor,
el irreal e inalcanzable amor,
el que no has de sentir por nadie
y nadie sentirá por ti.
Y lo sabes, pero no te importa
y vuelves a leer.
Vamos a dormir con cierta paz,
hemos cumplido con los nuestros
procurado el pan, la manta para el frío.
Hemos llevado un poco de consuelo a alguien,
de esperanza.
Vamos a la cama, vencedores,
por un día más hemos logrado burlar la muerte
la soledad,
y una pastilla para dormir no hará la diferencia.
Has sido valiente, lo sabes,
has soportado el enjambre en las calles,
las construcciones desplomadas,
el polvo, la humedad.
Y tus pulmones no andan muy bien,
pero inhalas tu medicina
y los bronquios se limpian algo.
Luego viene el sueño
que nos adiestra para esperar la muerte,
el amanecer igual a otros,
el soplo de vida que te hace ajeno y semejante.
El texto en general poesee un sentir poético, aunque es una narración.
En estos dos pasajes es donde he encontrado poesía:
«Has soportado el enjambre en las calles,
las construcciones desplomadas»
«Luego viene el sueño
que nos adiestra para esperar la muerte,
el amanecer igual a otros,
el soplo de vida que te hace ajeno y semejante».
En ambos me ha gustado su profundidad.
Saludos…