EL MAR
Inmensidad hacia el horizonte
con un rugido feroz.
Bravo como el bisonte,
cuando golpea por estribor.
Nada más bello se esconde
bajo el gigante de H²O.
La paz que siempre responde
a tu lucha interior.
La paz que no dejará que afondes,
sin avisar al pescador.
Marinero sin barco, ni tripulantes,
ni bitácora de pirata malhechor,
hazte a la mar a toda avante,
que para atrás, ni en ascensor.
Enciende tu pipa, marino
de la paz o del rencor,
quema la leña de pino
para volver a talar.
Echa las redes al fondo,
que es hora de pescar,
antes de que te des cuenta,
volverás a la realidad,
ya no hay barco, ni capitán,
ya no hay vueltas de tuerca.
Ya te has tragado las olas,
ya te has echado en salmuera.
Ya te escoció y te curó,
Ya arriaste las velas,
echa el ancla con decisión.
que las aguas no están revueltas.
Bajo el influjo de luna,
te revelas y te muestras
como arma segura,
con las crestas puestas,
con la boca abierta
para tragar las miserias nuestras.
Por la mañana más bajita,
por la noche en tus tacones,
para darte tus revolcones
con los infortunados polizones.
