157- Trascender. Por Azul

Trascender

 

No estaba pensando, en el ocaso de sus días, partir sino trascender.
Trascender la iniquidad y hasta lo inocuo,
perfilarse entre las páginas de algún libro donde el paradigma sea el ser.
El ser que existe por sí mismo en la insustancialidad del cuerpo que lo contiene,
máquina, obsoleta de por sí, si su uso no es el adecuado.
Soporte subdesarrollado para una esencia que necesita valorarse,
obtener sabiduría y retornar a su origen.
Conquistar la nada de lo inmanifestado,
a través de los niveles de la luz del conocimiento.
Conocer el nombre de los valores, los principios, los fundamentos.
No se puede subir sin haber bajado, toda tesis tiene su antítesis.
Partir por partir no tiene sentido, simple paso de un soporte a otro,
otra máquina un poco más eficiente solo por falta de uso.
Partir por partir, sin haber conquistado libertades es un parche sobre otro parche.
El desembarazo de las estructuras nos define como humanos.
Acaso… ¿qué tan real es la humanidad politizada, dogmatizada,
esclavizada por un intelecto pernicioso y estructurado,
presidiario de los temerosos a ser distintos e irrepetibles?
Sólo son animales intelectuales rivalizando con el instinto.
Creando estructuras para comerciar el destino de sus pares.
Los desafueros sociales corrompen las conciencias adormecidas
que no alcanzan la supremacía de lo divino.
Trascender, es lo que deseaba, pero el deseo pertenece al intelecto
y ella no es intelecto, ni emoción, ni instinto,
es una chispa de lo incognoscible que necesita retornar a su origen.
Para eso el cuerpo que la contiene debe despojarse de lo concreto
y abrir su caparazón para que lo subjetivo se diluya
en la inmensidad de lo divino…
Entonces, sólo entonces, el animal que somos será el hombre que nos creemos
y podrá trascender la partida a su propio destino.

 

 

Comparte con tus amigos.

Deja una respuesta