¡Abrefácil! Por Catalina Ortega

¡Abre Fácil!

¡Abrefácil!

La cajita que guardaba la lata de anchoas parecía muy pequeña en las manazas de Tono, apodado el Baruto (mientras más grande más bruto). La cosa parecía sencilla; se trataba de extraer la latita de la caja y abrirla. Así se dispuso a hacerlo el Baruto Al tirar de la argolla, Tono notó que se le resistía la apertura. Tiró más fuerte de la argollita, más, más… Por fin, tras un enorme tirón que le hizo perder el equilibrio, la latita se abrió bruscamente, derramando aceite en el suelo y proyectando una gotita en el ojo de Tono, que, ciego, con el equilibrio perdido, patinó sobre el pringoso suelo y cayó, a plomo, contra la barandilla del balcón que cedió bajo el enorme peso del Baruto. En el revuelo del patinazo, la caja voló, junto con el cuerpo de Tono, cinco pisos hasta el asfalto. Impreso en el cartón de la latita de anchoas, antes de exhalar el último suspiro, Tono pudo leer, claramente: «Abrefácil».

 Catalina Ortega

Catalina Ortega Diaz

Fracasadora de gran Éxito

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