Dicen que la vida es un ensayo de causa
efecto, en el que debemos percatarnos
de todos los detalles.
Yo prefiero gozar de las cosas
que a la mayoría de la gente les pasa
inadvertidas:
como hundir la mano en un saco de maíz,
repasar con el dedo el plato de postre,
hacer saltar a las piedras en el río
que atraviesa París
y reírme a carcajada limpia,
a poder ser contigo.
O comerme un croissant,
oler el pan de una brasserie recién hecho
y deslizarme por unas sábanas recién puestas
con olor a jabón de Marsella.
También dicen que el último pensamiento
del día es el más importante.
Y yo me lo creo.
Hay gente que dice no pensar en nada
pero eso es un absurdo
o más bien una excusa para salir
indemnes del interrogatorio.
Hay gente que antes de dormir
escribe sus diarios,
(siempre por voluntad propia,
nunca por prescripción médica)
y otros que cantan debajo de la ducha.
Ahora los niños se duermen con la tablet
en vez de con los peluches de antaño.
Y hay gente que duerme a pierna suelta,
sin enterarse.
Don’t worry, be happy !!
Que cantaba Bob Marley.
Y yo digo amén, que así sea.
Usue Mendaza Urtiaga
Hermoso poema para un personaje tan peculiar como necesario. Disfrutar del olor de los cruasanes y de las sábanas limpias debería ser una obligación.
Un abrazo.