De madrugada todo es diferente. Por Anna Genovés

 

Hojas de árboles en sacos vacíos. Mentiras envueltas en papel  de regalo con lazo fino. Encajes sutiles que aminoran la marcha. Brazos que se expanden en una mañana incauta. La lluvia moja los párpados. La nieve cubre tu rostro. El fuego se apaga. Muñecas partidas. Entrañas sacrílegas. Noches sin amor. Palabras vanas. El montículo de arena arrasa el cuerpo. El aluvión de barro lo cubre. La fosa es un congelador sin hielo. El helado de fresa sucumbe en los labios. La máquina de coser apaga sus pasos. Una grieta ablanda la pared. Un inodoro sin tapa cubre la cama y se deja caer. La gabardina es negra. El sujetador blanco. La sangre espesa. La muerte un naranjo. La mañana tibia. La tarde hueca. Las palabras inconexas. La vida que se marcha galopando o la que nace tras un parto. Una sociedad decadente. Un alicaído murciélago. Fluye por tus venas de amianto. Mujer de miles de rostros y cabello albo. Mujer que te dejas querer por tener el corazón maniático. Mujer, hombre, animal, pez o marciano. Huecos de podredumbre en un cielo diáfano. Huracanes de hormigón en el bosque santo. Tumbas vacías y muertos derramados. Humo en las chimeneas que no existen. Pasillos baldos. Puertas que se cierran. Ventanas que chirrían con Cristasol entubado. Las casas se derriten y los sacos se almidonan. Los ojos trasparentan y las bocas enmudecen. Almas que no laten. Cerebros que no piensan. Abanicos que dan calor y refrigeración que arde. Desconoce el camino. Todo lo desconoce. Desconoce qué escribe. Todo lo desconoce. Desconoce qué persigue. Todo lo desconoce. Desconoce qué ama. No. Ama a quien no puede tener. Por eso huye de la verdad. Por eso no sabe qué hacer. Por eso se queda en una oquedad. Por eso rompe a llorar. Por eso, es lo que es. Y se va. Y se queda. Y se empeña en tener un yate que la aleje de esta tierra. Pero sólo es eso: una quimera. La muerte llega.

Anna Genovés 22/06/2014

Blog de la autora

anna

Valenciana de nacimiento y ecuménica de pensamiento. Tengo alma de poeta y mi corazón está tuerto. Funambulista de la vida, mis ojos ha visto innumerables historias y mis dedos han tecleado todo tipo de cuentos... Tantos como años tiene Caronte. Soy disléxica y disgráfica como John Irving, Roberto Bolaño, Wendy Wasserstein o Scott Fitzgerald... Y, millones de personas, a las que les cuesta aprender idiomas o confunden, por ejemplo, "niño" con "nicho". Pese a ello, tuve la suerte de ir a la universidad y licenciarme en Historia Antigua y Arqueología/Prehistoria. Colaboro en distintos medios digitales. Escribo cuando me inspiro y soy bloquera a ratos. He publicado dos novelas: Tinta amarga y Bovary 21. Habrá más: os lo aseguro. Van rulando por los cajones y me piden salir a la luz.

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