El escritor G. G. Velasco, autor de «Lo que define a una llama», se lanza al mercado con una arriesgada apuesta literaria. Por La Reina Lectora

El escritor G. G. VELASCO, se lanza al mercado con una arriesgada apuesta literaria.

 

G. G. Velasco ya convenció a sus lectores con Lo que define una llama, novela presentada al Premio Literario de Amazon 2018. Este mes, regresa con un interesante experimento literario a través del cual pretende crear un argumento adictivo usando como nexo común palabras que no tienen traducción directa al español. ¿Por qué ha decidido apostar por este tipo de novela? ¿En qué se diferencia con su anterior? A través de esta entrevista, conoceremos los pormenores.

  • En primer lugar, por favor, háblanos en general de Dögunljósey.

Simplificando todo mucho, Dögunljósey podría definirse como un glosario novelado en el que utilizo cincuenta palabras extranjeras sin traducción directa al español como excusa argumental para narrar una historia de amor, a caballo entre el drama realista y la fantasía épica, acerca del poder redentor de la ficción. Suena todo muy raro, pero en realidad es tan sencillo como que he levantado la trama de la novela de acuerdo con la estructura de una obra de consulta. Una obra de consulta, eso sí, bastante especial. Lo verdaderamente raro es que a nadie más se le haya ocurrido la idea antes…

El escritor G. G. VELASCO, se lanza al mercado con una arriesgada apuesta literaria.

  • Tu primer libro, Lo que define a una llama, destacaba sobre todo por su ambientación, ¿es igual de importante en este caso?

Sí y no. Mientras que la ambientación de la parte realista es bastante genérica, para así dar a entender que podría ocurrir en cualquier lugar de nuestra gris y anodina cotidianeidad, la parte fantástica tiene una ambientación especialmente detallada, con un gran protagonismo del hielo, la mitología nórdica y los paisajes oníricos. Mi intención al establecer este contraste tan marcado entre dimensiones era reforzar la idea de que es la imaginación la que dota de sentido e interés a la realidad, una de las nociones centrales del libro.

  • Lo que define a una llama también era una historia bastante triste. ¿Sigue Dögunljósey la misma línea o es una trama más animada?

Me gusta pensar en Dögunljósey como en una canción del grupo islandés Sigur    Rós. Cualquiera que haya escuchado su música sabe que no es una banda para asaltar la pista de ninguna discoteca a altas horas de la madrugada, pero su música, a pesar de ser muy lánguida y melancólica, desprende una belleza, y sobre todo una magia, muy especiales. El tono de la novela es un poco ese. No es que se trate de un libro triste, sino más bien de un libro que escarba en la tristeza para extraer de ella momentos de gran hermosura. El instante en el que la trama fantástica irrumpe en la vida del protagonista es un claro ejemplo de lo que digo, aunque me temo que entrar en más detalles al respecto sería un enorme destripe.

  • Siendo tú un autor de género masculino, sorprende el lirismo y el romanticismo de la novela (algo que, en menor medida, también podía apreciarse en tu anterior novela), ¿te preocupa acabar encasillado como un escritor de sensibilidad femenina?

Hace ya mucho tiempo leí una entrevista al cineasta John Carpenter en la que le preguntaban qué le parecía que de pronto la crítica francesa lo considerara «un autor». Él respondió lo siguiente: «prefiero que me consideren un autor a que me consideren un hijo de puta».  Mi opinión sobre lo que me preguntas es similar, solo que yo no voy a decir ninguna palabrota porque tampoco es la cosa para tanto. Vamos, que mientras los lectores disfruten con mis novelas, me importa bien poco dónde se me encasille.

  • ¿Pero estás de acuerdo con que tienes una sensibilidad literaria más femenina que masculina o crees que eso no es así?

Lo que creo realmente es que ningún género tiene el patrimonio sobre los sentimientos, sean estos los que sean. Igual que hay mujeres con un temperamento fuerte, algo tradicionalmente asociado a la masculinidad, muchos hombres lloramos viendo Los puentes de Madison. Lo triste es que tanto unos como otros hayamos tenido que llegar hasta el punto de definirnos a través de un factor tan aleatorio como nuestro sexo cuando una persona, independientemente de lo que tenga entre las piernas, es algo bastante más complejo. Pero respondiendo a tu pregunta, creo que lo de que soy un escritor de sensibilidad femenina es algo que viene del retrato que hice de Miranda Cadalso, la protagonista de Lo que define a una llama, en mi primera novela. Mucha gente se sorprendió por el grado de detalle con el que profundicé en su psicología a lo largo del libro y por el mensaje claramente feminista del conjunto, así que me lo tomo como un cumplido.

  • ¿Tu forma de escribir es siempre tan cinematográfica?

No solo mi forma de escribir, sino también mi forma de vivir. Es algo innato en   mí, ya que además de que las películas me han enseñado casi todo lo que sé a día de hoy, mi formación académica y profesional es eminentemente audiovisual. Muchas de las historias que escribo,     por otro lado, son en realidad adaptaciones reformuladas de guiones cinematográficos que nunca llegaron a producirse o estuvieron cerca de hacerlo. Dögunljósey incluido. Las novelas me permiten quitarme esa espinita, pero la impronta cinematográfica siempre sigue ahí. Creo que por suerte.

Dögunljósey

  • Pasar de la novela negra a la fantasía es un salto bastante notable, ¿en qué género te has encontrado más cómodo?

Bueno, en realidad Lo que define a una llama tenía también una parte muy considerable de fantasía. Todas las obras de ficción, independientemente del género, tienen siempre un gran componente de fantasía, con el añadido paradójico de que la fantasía, igual que en mi libro, se nutre a menudo de elementos de la realidad. En cualquier caso, me parece que a estas alturas eso de clasificar las cosas en géneros es algo bastante trasnochado, ya que hace tiempo que todos están felizmente hibridados. Los géneros son solo corsés, fórmulas. Yo pienso que lo importante son los temas y el estilo. Si la historia es buena, se adaptará sin problema a cualquier género. Nunca he entendido a la gente que dice que solo lee tal género o que tal otro no le gusta. Yo leo y escribo de todo. Y creo que para un escritor es importante hacerlo.

  • ¿Piensas regresar en algún momento a la fantasía o esto ha sido solo una excepción de esas que, según el libro, «son demasiado bonitas para reducirlas al nivel de todo lo demás?

Como ya he apuntado antes, hay elementos fantásticos en casi todo lo que escribo, pero sí que tengo en mente un par de proyectos con especial énfasis en la fantasía. Uno es una distopía política retrofuturista que, si todo va bien, debería ver la luz el año que viene, y el otro, una trilogía de fantasía épica a la vieja usanza, ya sin palabras intraducibles de por medio, que tardará bastante más en ver la luz. Veremos en que queda la cosa, porque cada vez que me pongo con un proyecto nuevo se me ocurren quince que me gustan más y a veces no puedo contenerme.

La novela se encuentra ya disponible en la plataforma de Amazon para todos aquellos que deseen adquirirla.

Muchas gracias a G. G. Velasco por concedernos esta entrevista.

La Reina Lectora

 

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