A la ciudad de Mérida
Colonia Emerita Augusta que ensalzas con poderío
la gloria y el esplendor de tu tierra lusitana,
entre irónicas sonrisas te encuentro cada mañana,
con Mitra, Minerva y Marte, uniéndome al desafío.
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¡Cuántas mágicas escenas vislumbran tu señorío,
desde el teatro romano al mismo templo de Diana!
¡Cuántos siglos bajo el puente romano sobre el Guadiana
esconden esos sillares enclavados sobre el río!
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Mérida, ciudad romana que al fragor de una batalla,
descubres junto a tus ruinas otro imperio, el musulmán,
¡todo un vestigio y misterio escondido en tu muralla!
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Y aunque conociste al César y más tarde a Abderramán,
jamás lograría Octavio, ni tampoco Caracalla,
frenar el paso del tiempo de tu hermoso talismán.
Juan A. Galisteo Luque
Del poemario Versos y paisajes
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