LA COLADA
Haciendo la colada, separado
lo viejo de lo nuevo,
las prendas blancas de las de color,
la ropa delicada y la montaña
de calcetines sueltos,
redescubro mi vida.
Qué desgastado
el pantalón vaquero,
cómo encogen las cosas
de algodón,
qué trasparente
la camisa oscura, parece una ventana
con vistas a mi piel.
El tiempo desintegra la belleza,
las manchas que froté no se van nunca,
los trapos alargados se enredan en las sábanas.
Después de darle muchas vueltas
y dejar que las gotas poco a poco se sequen,
voy doblándolo todo
y apilo en el armario las metáforas
que me pondré mañana
para siempre.
Luis Oroz