La Mar. Por Elisa Cánovas

La mar

La Mar

 

Mira la Mar.
No caben ojos para mirar todo el colosal Mar.
No existen ni horizontes, ni telescopios, ni viajes, para ver toda el agua que la forma.
Observa como algunas olas vienen y van,
como algunas deciden acercarse a las rocas,
como otras, se ahogan, se rompen y se vuelven a su lugar, allá de donde procedan, nada más llegar a la orilla.
Aquella Isla, un barco de piedra fue un día.
Y, sorprendido por la belleza del mar,
se quedó a vivir en el meridiano del piélago infinito,
decidió juntar a varias familias y
llenar todas las calas de peces.
El hombre es un gran peñasco
que vive con el sueño de llegar un día a formar parte
de la tierra oceánica.
Ay, Mar.
Cómo deseo encontrarme en tus raíces
para abrazar a todos tus creadores.
Eres bella, tierna y a la vez dura, como las piedras.
Abre la boca de tu ola, bésame y
llévame a lo más profundo de ti.

Elisa Cánovas

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