Mi Daniel también es vuestro Daniel. Por Yolanda Sáenz de Tejada

Yolanda Saénz de Tejada

 

Mi hija

dobla su voz

hacia delante,

mordiendo

(con sus dulces

palabras)

la luz que habita

en los ojos de

Daniel.

 

Ella tiene

once años.

Él, cuatro;

pero se quedó

en dos

(la vida le dejó

un rincón en

blanco en su

memoria;

en su pequeño

cerebro recién

estrenado).

 

A él le

gustan las muñecas

y a mi

hija,

la vida.

 

Los dos comparten

la tarde de

invierno y

las lágrimas

que saltan

por mis pecas

al verlos jugar

—como si fueran

cachorros de

la misma

hembra—.

 

 

Daniel no tiene

padres y

se abriga del

frío del mundo

en el centro de acogida

de mi ciudad.

Esta tarde

(qué suerte tenemos)

juega

a ser feliz

con nosotros.

 

No creo que mi hija

tenga mejor

escuela de

vida.

Yolanda Saénz de Tejada
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»

Blog de la autora

8 comentarios:

  1. También tenemos suerte nosotros, los lectores, al encontrarnos con este derroche de sensibilidad.

    Hermoso, Yolanda.

    Un abrazo grande.

  2. Pero qué bonito, qué tierno y qué dulce. Me ha encantado. Besos.

  3. Hermoso y verdadero.
    Un abrazo a los amantes de la vida.

  4. Me humedeciste los ojos. Un abrazo para ti y para tu hija, y otro para Daniel.

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