Mi niño interior. Por Gustavo M. Galliano

Mi niño interior

 

 

Inconscientes cobijamos un niño travieso, inquieto,
jugueteando clandestino en nuestro corazón,
a veces llorando por siempre nuestros dolores,
a veces riendo libremente en nuestro interior.
De manera tan profunda y pura,
como los adultos no nos atrevemos,
por las apariencias y «el qué dirán»…
magnífica conveniencia de pétrea crisálida.
A veces, escapa por unos instantes a la superficie
y se lanza con bromas desacostumbradas,
algo densas, solo aceptadas por quienes nos aprecian,
y aquellos que no se nos quedan observando.
Como si fuéramos parte del inframundo…
Bueno… quién sabe… en cierto modo…
entender o no entender… sería la cuestión,
¿acaso tiene algo de malo?…
Prefiero pensar que el niño que fui
nunca me abandonará, ni yo a él…
ni cuando llora, pues lo consolaré,
ni cuando ríe…
pues compartiré su risa franca, sincera,
sin maldad, ni traiciones,
de las que germinan en la huella del adulto,
a pesar de no desearlo, ni premeditarlo.
Y, si mi niño interior algún día se marcha,
o si se duerme tan profundo
que ya no despertara,
entonces habré comprendido,
sumido en la tristeza que añora al cometa,
que he envejecido tanto
que me resulta imposible el reconocerme.

gustavo-m-galliano

 

 

 

Gustavo M. Galliano

 


 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *