ante ella me postro
con ardiente deseo
con toda la humildad
de mi ser
con la sabiduría que la edad
ha inscrito en mí
la llamo… le suplico
que se entregue
me desprendo
de todo lo que sobra
de las envolturas
que me oprimen
desnudo el cuerpo
contentándome
con el alma que habita
el templo de mis huesos
Maram al-Masri
Del libro Señales del cuerpo
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Querida Maram, hermosa poeta que siempre me roza suavemenete al alma. Besos