A veces eres como un desierto
A veces eres como un desierto
donde tapiar el frío que agrietan mis labios.
Otras, en cambio,
desprendes trocitos de arena
que se incrustan en mis ganas de caminar descalza.
Dentro de ti no hay nada que me pueda alumbrar esta noche.
Quizás, si te desnudaras furtivamente de la herida…,
si me dejaras secar tu piel mojada de aquel tiempo
frágil, de niño asustado.
Déjame lavar con mi saliva
las marcas de tus costados.
Déjame inundarte
de mí.
Puri Teruel Robledillo
Hermoso poema, Puri. Gracias por compartirlo con nosotros.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Elena.
Un abrazo grande