Walt Whitman, «Obra escogida». Por Arturo Tendero

Walt Whitman

WALT WHITMAN

Obra escogida
Traducción Concha Zardoya, introducción Edgardo Dobry
Penguin Clásicos, Barcelona, 2017

Walt Whitman (1819-1892) no me parece el mismo en sus prosas que en sus Hojas de hierba. Finalmente la voz de sus poemas es un personaje.

Sus memorias son crónicas periodísticas imprescindibles. Le sirven también para reflexionar sobre el libro de su vida («Camarada, esto no es un libro. / Quien lo toca toca un hombre.»). Para reflejar las dudas por haber desoído los consejos de Emerson, para sostener la determinación de escribirlo tantos años: «he abandonado los temas convencionales», «es un documento sincero, cierto y obstinado», «yo quisiera cantar solo lo que tiene relación con Norteamérica, conmigo y con el día presente», «el tiempo decidirá su valor». El tiempo ha ido decidiendo. Empezó a hacerlo al publicarse el libro en Gran Bretaña y Rusia en vida del autor. Después, sus versículos, gerundios, enumeraciones caóticas, el tono salmódico, han inspirado a las vanguardias, a los malditos, a poetas como Borges, el Canto General de Neruda o Poeta en Nueva York de Lorca. Su poema «Oh, capitán! ¡Mi capitán!» renovó su popularidad en El club de los poetas muertosBreaking bad le brindó un homenaje, «Cuando oí el sabio astrónomo». Pasajes enteros de Hojas de hierba se siguen leyendo sin resuello, y a la vez oxigenan con su naturaleza viva, con el inventario de su geografía, de su humanidad: «Todo lo observo, todo lo anoto, pues me interesa todo este espectáculo con sus resonancias. Me mezclo en él y luego me voy». En fin, aquí está de nuevo la ocasión para que cada cual opine. Probablemente Whitman sea el poeta anglófono más traducido al castellano. A las mil alternativas, entre ellas la de Borges y la reciente obra completa de Eduardo Moga, vuelve a sumarse la de la chilena Concha Zardoya (1914-2004). No es una novedad, apareció en 1967 en un pequeño volumen de papel biblia de la editorial Aguilar. No ha vuelto a reeditarse. Cercana a la Generación del 27, Zardoya aligeró un poco la edición final (Deathbed Edition) de Hojas de hierba. A cambio le añadió las memorias de Walt Whitman sobre sus orígenes, la guerra de secesión y Lincoln, además de algunos ensayos y notas. Literalmente no ha cabido la versión original.

 

Arturo Tendero

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