Yo y el Otro
“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos”. Martin Luther King
¿Hasta qué punto nos estorbamos? ¿Nos molesta pasear en una calle concurrida de gente? Cuando vamos de tiendas y especialmente de rebajas, ¿odiamos cruzarnos con otra persona que, o bien no nos cede el paso mirándonos con cara de perro, o bien nos arrebata nuestro artículo más preciado? Tal vez la respuesta sea sí. Que seamos los que huyamos de las aglomeraciones festivas y busquemos una atmósfera más relajada y tranquila. Pero de ahí a que denunciemos que en un país como España hemos encontrado «demasiados españoles», el asunto tiene más delito que otra cosa.
Hace unos días me hice eco de una noticia cuando menos peculiar. Una turista británica denunciaba a la tour-operadora porque sus vacaciones «distaron» mucho de sus exigentes expectativas. Quejarse de que en España encuentre españoles, es como extrañarse de ir al bosque y encontrarse con árboles o como ir al cine (elevando el símil) y tener que escuchar al de al lado tuyo mordisquear las palomitas de turno. O como ir al supermercado y tener que esperar la fila de la caja. De cajón.
Reconozcamos que hemos perdido los papeles. Aceptemos que no vivimos en islas inhóspitas. Que vivimos en primera instancia en Comunidad y en última en Sociedad y que el Otro es parte del universo de Uno. Razón tenía Martín Luther King.
USUE MENDAZA
Más razón que un santo tienes.Y lo peor es que estos despropósitos se tomen en serio y crean precedentes: parece que a la británica le van a devolver el dinero de su viaje.
Saludos.