Traducción de textos. Amelia Pérez de Villar

 Directora del departamento de Traducción de textos

Amelia Pérez de Villar

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Amelia Pérez de Villar es Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid y traductora por el Institute of Linguists of London, he publicado traducciones para Editorial Valdemar (La nave de Ishtar, de Abraham Merritt, en 1991); 451 Editores (Sound Bites, de Alex Kapranos, en 2007); Editorial Experimenta (La estrategia del colibrí, de Francesco Morace, en 2008); Páginas de Espuma (Ensayistas y Profetas, de Harold Bloom (2010), Escribir ficción (2011) y Criticar ficción (2012) de Edith Wharton; Novelistas de Henry James (2012) y Escribir. Ensayos sobre literatura de R. L. Stevenson (2013)). En septiembre de 2011 debuté como autora de la edición completa (traducción, prólogo y notas) de las Crónicas literarias y Autorretrato de Gabriele d’Annunzio para Fórcola Ediciones, que en 2013 publicó, del mismo autor, Crónicas romanas). También en 2013 publiqué las traducciones de Las siestas de Polly, de Peter Newell y Las muchachas de Sanfrediano de Vasco Pratolini, y Ojalá estuvieras aquí de Graham Swift para Galaxia Gutenberg. Además del ensayo biográfico Dickens enamorado, publicado por Fórcola Ediciones con motivo del 200 Aniversario el escritor inglés, he publicado diversos artículos en antologías sobre traducción (“Pescar el múrice. Mi reino sí es de este mundo”, Hijos de Babel, Fórcola 2013) prensa en papel y digital, que versaban sobre el tema de la traducción y la edición, y he impartido conferencias y cursos de traducción y redacción, y ejerzo desde 1988 como traductora free-lance para diversas agencias de Madrid y empresas de todo tipo, vinculadas fundamentalmente al ámbito financiero, jurídico, informático o técnico, que fue originalmente mi área de especialización.

 

 

 traducción de textos

 

Nuestros servicios de traducción

La Asociación Canal Literatura no es solo un portal dedicado a dar voz a escritores noveles de habla hispana de todo el mundo, sino que en sus casi diez años de andadura ha conseguido formar una comunidad centrada en la promoción y difusión de las letras y la cultura española, por lo que ha recibido una mención de honor.

Activa defensora del buen uso de la lengua y consciente de la importancia de la forma en que se presentan los textos para lograr toda su eficacia, la asociación Canal Literatura ofrece a partir de ahora sus servicios de traducción para todo aquel que lo precise, con unas tarifas económicas y ajustadas a la exigencia del trabajo y con descuentos especiales para todos sus socios.

Siempre he defendido la intercambiabilidad del traductor, aunque cualquier profesional puede sentirse más cómodo en un ámbito temático que en otro. Muchos traductores sólo hacen traducción comercial, otros que sólo literaria. La especialización es buena, porque siempre garantiza una calidad superior en el resultado del trabajo, pero eso no implica que para algunos traductores, entre los que me incluyo, no importe mucho de quién procede el texto ni quien es el autor a la hora de abordarlo. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la traducción es un acto de comunicación, y para ello necesitaremos un emisor, un receptor y un mensaje. Cuando el emisor emite su mensaje en un lenguaje que el receptor no comprende, se hace necesaria la figura del traductor. El traductor ha de conocer bien el idioma de partida y el de llegada, una circunstancia a la que muchas veces no se da la debida importancia. Su labor es presentar, a un lector incapacitado para acceder a un código, un mensaje que sea asequible y accesible para él. Por eso es importante que empresas y editoriales sean conscientes de que nuestra labor no es baladí. Presentar textos con una traducción correcta, vertidos a nuestra lengua con un estilo elegante, es parte de la buena imagen de una empresa, igual que su logotipo, el local donde desempeñan su labor, o la imagen personal de sus empleados. Un texto mal traducido, impreciso, que no fluya en el idioma de llegada, no es digno de representar a la empresa que lo ofrece entre su documentación. En el caso de las editoriales es aún más delicado, porque el traductor está dando al lector su versión, su interpretación, de un texto que tal vez compuso una leyenda de la literatura universal.

Defiendo así mismo que el traductor aborde con el mismo respeto y entusiasmo la traducción de una ficha de materiales que un texto de Charles Dickens. Salvando las distancias, y por mucho que uno nos dé más satisfacción moral que otro, nuestra actitud a la hora de abordar el trabajo ha de ser la misma: somos los portadores de un mensaje que el emisor quiere transmitir, y que el receptor necesita –o desea– conocer. Tenemos en nuestras manos una misión importante, a veces incluso delicada. Y esa ha de ser siempre nuestra actitud: dar lo mejor de nosotros mismos. Ofrecer un texto claro, ajustado al original, de calidad literaria –en el más amplio sentido de la palabra, porque todo texto es literatura– y exento de cuanto suele afear cualquier escrito: repeticiones, oraciones farragosas, cacofonías, calcos sintácticos y léxicos, falsos amigos… Un buen traductor tendrá en cuenta todo esto. Un buen profesional sabrá cuándo no es posible prescindir de un traductor.

 

Tarifas y plazos

Teniendo en cuenta todo esto, pondremos un ejemplo práctico de lo que puede suponer una traducción a quien necesitara contratar este servicio. Un trabajo de 8-10 páginas en inglés, a espacio simple y con una letra de cuerpo 12, tiene entre 4.000 y 5.000 palabras, y su traducción al castellano costaría alrededor de 500 euros. El traductor experimentado puede hacerlo en 2 ó 3 jornadas de trabajo. Piense por un momento que ese texto es un contrato importante para su empresa, o un dossier donde expone su actividad en un catálogo para el que ha encargado unas fotos y un diseño también profesionales. Piense en la traducción en términos de inversión para su empresa, en una vía para mejorar o mantener su imagen de marca. Seguramente su respuesta será afirmativa. Naturalmente, como el formato en que se recibe el original (editable o no, Word, PDF, Excel, PowerPoint, etc.) y la dificultad que entrañe el contenido (textos generales o específicos, técnicos, informáticos, jurídicos o financieros), así como el volumen del texto, influyen en el desarrollo del trabajo, un estudio individualizado de cada proyecto nos permitirá ajustar la tarifa en cada caso de manera personal y directa, porque hay tantos clientes como textos, y las necesidades de comunicación no son las mismas para todos.

En el caso de la traducción literaria la manera de abordar el trabajo es diferente, y también la forma de contabilizar las palabras. Por esta razón no es posible aventurar una tarifa rígida e invariable. A cambio, estaremos encantados de estudiar vuestro caso y ofreceros la alternativa más interesante y, sobre todo, más rigurosa y profesional.

En caso de que le interese, puede solicitar un presupuesto previo y, para cualquier duda, escribir a:

servicios@canal-literatura.com

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