Nº6- Una salida. Por Juno

          Una mañana de otoño les confirmaron sus sospechas; la enfermedad degenerativa de María avanzaba con rapidez. Tomás, su único hijo, exprimía al máximo los días que restaban para que le despojaran del tibio amor con que ella le envolvía. Cuando María dejó este mundo, el padre de Tomás sucumbió a la solitaria compañía de cualquier botella de whisky y Tomás entró en un estado de sonambulismo. Al final del invierno, mientras deambulaba por el barrio, se cruzó con un descapotable que anunciaba la inauguración de un amplio local, en el centro de la ciudad, destinado a la venta de coches de lujo. La curiosidad sacó a Tomás de su letargo y, sin dudarlo, fue directo hacia el lugar que se proclamaba a voz en grito. Tras los cristales, un Porsche rojo centelleaba antes sus ojos; sus pasos le llevaron hasta él, necesitaba tocarlo. Buscando el lugar desde el que poder observar todos los coches, acabó a la salida de un despacho; escuchó que buscaban un vendedor. Tomás no dudó y, a pesar de no tener experiencia alguna, se ofreció para el puesto. Insistió tanto que le dieron la oportunidad de demostrar su capacidad durante una semana.

           Irradiaba su pasión por aquellos coches, venderlos a sus adinerados clientes le resultaba fácil. El estado de ánimo de Tomás cambió por completo y su tiempo libre lo ocupaba leyendo revistas de mecánica o acercándose a la costa para hacer pesca submarina. Le gustaba sumergirse en una pequeña bahía a las afueras de Montegris, un pueblecito levantino rodeado de paisajes derruidos. Le fascinaba su diversidad de vida submarina, también su arena gruesa de color gris que, al amanecer y al atardecer, emitía destellos nacarados. A las afueras del pueblo hubo una mina; cuando esta cerró la población emigró, quedando despoblado durante más de tres décadas, hasta que los herederos de la empresa minera, herederos también de gran parte de los terrenos del pueblo, acordaron con varias inmobiliarias la construcción de edificios y dúplex con el aliciente de que, a poco más de diez minutos en coche, se encontraba el mejor campo de golf de la provincia y, a tan solo veinte minutos, una playa paradisiaca. Montegris resurgía poco a poco. Aquel trabajo le generaba a Tomás beneficios económicos pero, por su forma de ser, el trato con el cliente le agotaba. Se fijó un objetivo: conseguir el único taller de Montegris. Estudió mecánica, ahorró y luchó utilizando su innato arte en los negocios hasta quedarse con el deseado taller.

           Sara siempre había llevado allí a reparar su motocicleta. Con los años y el deterioro de la máquina, las visitas eran más frecuentes. Tomás no conseguía entablar una conversación con ella más allá de cuándo podría recoger la moto o el importe del servicio, le era imposible, nunca se había sentido así y se centraba en intentar detener la aceleración del bombeo de su corazón.  Decidió ponerle fin a aquellos ataques rítmicos invitándola a cenar. A pesar de lo distintos que eran individualmente, como pareja resultaba la suma perfecta. A esa cita le siguieron muchas otras, se casaron y se ilusionaron con tener descendencia pronto. Pasaron dos años y medio sin recibir la ansiada noticia, tampoco el haberse puesto en las manos de una clínica especializada parecía dar sus frutos, pero, en el que sería el último intento, Sara se quedó embarazada de mellizos.

           Una noche ventosa de luna nueva, un petrolero con problemas técnicos se refugió en la bahía; no pudo controlar la avería y descargó toneladas de fuel al mar. Montegris pasó de tener una bahía con aguas calmadas y transparentes, llenas de vida submarina, de las que emanaba un reconfortante olor sutilmente salado y herbal, a estar bañada por un mar apestoso y denso sin vida alguna. El hedor de la costa se expandía al pueblo. Aunque rápidamente comenzaron las labores de limpieza de la bahía, Tomás, que en unos meses vería cómo su familia se duplicaba, quedó sumido en un pozo de tristeza; el fuel derramado no sólo había impregnado sus papilas olfativas, también su alma. Sara, que sentía a Tomás hundirse un poco más cada día que pasaba, organizó una escapada al pequeño estudio de sus tíos, en Marbella, mostrándolo como unas merecidas vacaciones; a la mañana siguiente partirían rumbo a la Costa del Sol. Tomás se esforzaba por aparentar ilusión por el viaje pero, en lo más hondo de su ser, sentía que si se iba del pueblo se esfumaría ese ansiado sueño que había comenzado a materializarse.

           Tomás se muestra relajado durante el viaje aunque también muy callado. Al llegar a Marbella les envuelve su luz acogedora. Mientras anochece pasean junto al mar, Tomás sonríe, se siente tan relajado que está convencido de que por fin podrá dormir plácidamente. A las cinco de la madrugada su taller arde delante de sus narices y no puede hacer nada para extinguir el fuego porque él se ha convertido en una estatua; acaba de comprobar que su repetitiva pesadilla se le ha colado entre el equipaje. Aburrido de dar vueltas en la cama, coge los bártulos de pesca submarina y se dirige a la playa más cercana. Un agradable escalofrío recorre su cuerpo al adentrarse en un agua transparente suavemente anaranjada. El sol comienza a despegarse del mar. Con un aleteo lento, avanza mar adentro bordeando las rocas. Se encuentra con tres enormes dentones, les sigue atraído por los reflejos azules intensos de sus escamas que parecen piedras preciosas. Le llevan hasta una extraña gruta, allí les pierde la pista; es una pequeña abertura entre las rocas que se amplía en su interior.  Entra de costado y pisa fondo, el agua dentro de ella le llega hasta la cintura. Pequeños meros y serviolas le rodean, juegan yendo y viniendo a picotear algo que hay anclado en el fondo de la gruta. Tomás enciende su linterna, se acerca con recelo hacia aquello que atrae tanto a los peces. Se sumerge, lo alumbra durante unos segundos. Sobresaltado, sale a la superficie. Decide volver a tierra rápidamente, darse una ducha y acudir a la policía.

           Cuando llega al pequeño estudio Sara está acostada, tiene fiebre y siente pequeñas contracciones. Tras examinarla en un hospital de Marbella, descubren que los bebés tienen un problema de corazón, deben provocar un parto prematuro y realizarles una complicada operación. Tomás indaga sobre los cirujanos de la zona, quiere minimizar los riesgos. El que apuntan como el mejor cirujano de la provincia de Málaga trabaja por lo privado y el coste es elevado. Tomás apenas tiene ahorros y sabe que con la situación actual de su negocio ningún banco le dará un préstamo. La familia directa de ambos se encuentra en una situación económica apretada, descarta pedirles ayuda. Revive la impotencia que sintió esperando la muerte de su madre y no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados esta vez. Lucha consigo mismo. Se da por vencido. Se dirige a la playa. Se zambulle en el agua. Aletea con ansiedad hacia la gruta en un mar calmado que simula ser un lago de vino tinto joven permitiendo el paso lento, hacia la superficie, de minúsculas gotas de mercurio. Lleva consigo, plegado, el saco en el que suele guardar los utensilios de pesca submarina. Cruza la entrada de la gruta, desenfunda el cuchillo que lleva amarrado en su pantorrilla izquierda; corta la cuerda que hace fondear el fardo, lo introduce en el saco. Sale de la gruta llevando cruzado, bajo el pecho, el saco; suelta el cinturón de plomos de su cintura. Se dirige hacia la orilla rápidamente. Eleva la cabeza, no hay nadie, pone los pies en la arena y sale del agua. Se quita las gafas de bucear, resopla aliviado, ya ha caído la noche. Deja el fardo en el maletero de su coche. Hace varias llamadas. Consigue el teléfono de Rafael, un vecino del barrio donde creció que se trasladó a vivir a Andalucía atraído por el negocio de las drogas. Tras una breve conversación telefónica quedan en encontrarse, a la mañana siguiente, en un escondido almacén abandonado a las afueras de Marbella para examinar la mercancía y negociar. Tomás siente remordimientos pero cree que es la mejor salida del túnel oscuro y de aire enrarecido en el que se siente atrapado; se promete a sí mismo no volver a involucrarse jamás con gente de aquella calaña.

           Tomás llega al almacén, Rafael le está esperando acompañado de dos hombres corpulentos. Parco en palabras, le pide la mercancía y pincha en el fardo, extrayendo una pequeña muestra. Reconoce que es una variedad de hachís altamente valorada, regatean. Se realiza el intercambio. Tomás vuelve al lado de Sara con el dinero, le cuenta que ha conseguido de un buen amigo suyo dinero de sobra para la operación de los bebés. A Sara le programan una cesárea; los bebés nacen sin problemas, seguidamente les operan con absoluto éxito. Sus vacaciones en tierras marbellíes se han tenido que alargar por las circunstancias, en cuanto los médicos les dan el alta, Sara y Tomás vuelven a Montegris acompañados de un niño dormilón y una niña llorona.

           Como cada mañana, Tomás se dirige hacia su trabajo; de camino se levanta la espesa niebla. Acercándose al taller vislumbra que hay algo escrito en la fachada. Espantado lee: “¡Camello!”; entra a su negocio acelerado y dando gracias por no haber tirado aquel bote, al que apenas le queda un dedo de pintura, ni su brocha vieja. Aunque la expresión desaparece de la fachada sigue en su mente, alguien le ha descubierto y no sabe cómo actuar. La jornada transcurre sin novedades pero se siente observado hasta que cruza la puerta de su hogar.

           Tomás no consigue dormir, observa a Sara preguntándose qué sucederá en sus sueños. Se viste, algo le empuja a acercarse a su taller aunque todavía no ha aparecido el resplandor de los primeros rayos de sol. Nada más llegar comprueba que la persiana ha sido forzada. Entra al taller sigiloso pero decidido, su interior aparenta normalidad hasta que llega al almacén donde todo el material de las estanterías y los cajones se encuentra tirado por el suelo, y en las paredes han escrito la frase “Camello hijo puta, devuélvenos lo nuestro” bajo el símbolo del ahorcado. Al salir del almacén siente un golpe fuerte en la cabeza.

           Tomás se despierta tumbado boca arriba, completamente desorientado. Desde su posición observa las desnudas paredes blancas. Gira la cabeza con dificultad.

           -¡Sara!… ¿Dónde estoy?

           -Tomás, tranquilo, estás en el hospital.

           Al intentar incorporarse torpemente distingue a Rafael apoyado en una de las paredes de la habitación.

           -Sara, ¿qué hace este tipo aquí?

           -Cariño, mejor que te lo explique él mismo -le susurra Sara, lánguida, mientras coge su mano.

           -La vida es muy curiosa, ¿verdad, Tomás? Verás, no soy el Rafael que crees conocer. Hace tres años me dieron una oportunidad y decidí cambiar el rumbo de mi vida, trabajo para la Brigada Antinarcóticos. Te he estado siguiendo desde que tuvimos aquel encuentro pero esta mañana fuiste a tu negocio mucho antes de lo habitual y te encontré tirado en el suelo, sin conocimiento y con una brecha en la cabeza. Mi equipo ha atrapado a los que traficaban con la droga que encontraste, están todos entre rejas.

           -¡Entonces te debo la vida! Gracias -añade Tomás, rotundo-. ¿Qué será de mí ahora? -pregunta mirando fijamente a los ojos de Rafael.

           -Eso lo tendrá que decidir la Justicia -le contesta Rafael cortante y desprendiendo un atisbo de melancolía.

           Tras unos segundos con la mente en blanco, Tomás se queda ensimismado observando a Sara, la recuerda cantando una nana mientras acuna a sus dos preciosos y sanos hijos. De sus ojos cansados se escapan dos lágrimas, suspira aliviado, ya no tendrá que mentir, ni tampoco que huir. Se siente dichoso porque el tiempo separado de su mujer y sus hijos terminará algún día, entonces comenzará una nueva vida que dispondrá de fuertes cimientos para que el sueño que persigue se convierta por fin en realidad.

 

 

93 comentarios

  1. Alucino al ver que mi relato sigue más que vivo, y que sigue creciendo ese número que acompaña al «Me gusta» de facebook. Y lo mejor es que no tengo ni idea de por qué ni por quién. No hay nada más bonito para el que escribe que el sentirse leído.
    Supongo que ya es hora de que Juno baje el telón, pero no puedo hacerlo sin antes dar de nuevo las ¡GRACIAS! a quienes habéis pasado por aquí antes del veredicto y un ¡GRACIAS, CARAMBA! a aquellos que seguís pasando por aquí. Un abrazo fuerte de Tomás :-)))))))))))))))))))))))

    • Hola, Tomás, yo estaba convencida de que eras mujer. No sé por qué. Gracias por presentarte y te doy la enhorabuena por tu éxito de lectores.

      Feliz verano y vacaciones. Carmen. (También me presento, no faltaba más).

      • Jajaja, Carmen, encantada de conocerte. Espero que hayas pasado un buen verano. Juno es mujer, y con un nombre muuuuy español, creías bien. Tomás es mi Tomás… Busca por mi relato que aparece unas muchas veces 😉

        Gracias por tus buenos deseos. Un abrazo.

  2. Mi cuarta y última visita. Siempre te recordaré como la escritora que me impuso su propio ritmo, que aceleró mi pulso, que me llevó a jopo de peripecia en peripecia hasta el desenlace.
    Sigue escribiendo, quiero volver a sentirlo.

    • Benito P, me han emocionado tus palabras y se me debe haber metido alguna pestaña en los ojos…

      Muchas gracias, siempre que me sienta perdida en este mundillo de las letras, estoy segura de que recordaré este comentario y me ayudará a encontrar cuál es mi camino, para continuar.

      Enhorabuena por estar en la final, ha sido la confirmación de una fuerte intuición. 😉
      Quién sabe, con un poco de suerte en otro camino que se cruza con éste, quizá charlemos la noche de la entrega de premios, y le pueda aplaudir si es uno de los tres ganadores. Por si no se da el caso de encontrarnos, mucha suerte y disfrute al máximo esta final. 🙂
      Besicos.

  3. Voto por este relato

    • Muchísimas gracias, Enara, por tu apoyo.
      Una enooorme sonrisa por ti y para ti.
      Besicos y suerte, que ya queda nada 🙂

  4. Mucha suerte, Juno.

    • Sonrisa de oreja a oreja, Ahuntsic 😀
      Para este premio no hay nada que hacer, como vaticiné; lo siento por los que me habéis votado, aunque por otro lado menos mal, por muy dura y segura que quiera ser una…

      Ojalá nos veamos en la lista final, por soñar que no quede 😉
      Mucha suerte también para ti.

  5. Quería, simplemente, darte las gracias por tu confianza y apoyo. Viniendo de alguien que está entre los más votados, tiene doble valor y dice mucho, y muy bueno, de ti.
    Te deseo muchísima suerte.

    • De nada, Distinta. Desde que concurso en este certamen, siempre he votado, y a un solo relato de los finalistas, también cuando cambiaron las normas y nos dieron la posibilidad de votar a, incluso, todos (salvo el nuestro, claro). Es una manía que tengo, qué le voy a hacer, y aunque creo que cualquiera de mis contrincantes en esta dulce batalla es merecedor de ganar, tu relato me cautivó y se llevó mi voto tras de sí el solito. 😀

      Besicos, Distinta.

  6. Voto por este relato

    • Ahuntsic, me transportas a seguir balanceándome al ritmo de ese vals, al que ahora acompaña el reconfortante sonido de una cascada a lo lejos, y el piar del ruiseñor y el jilguero, acompasados.
      Muchas gracias 😀
      Besicos.

  7. Odiseo González

    Voto por este relato

    • ¡Qué cosas, Odiseo González!, este voto junto a las mariposas azules ¡han transformado el tango en un vals! ¿Puedes escuchar la música? 😉
      Muchas gracias.
      Besicos.

  8. Voto por este relato

    • Don Benito P., al verle de nuevo por aquí se ha puesto a saltar de alegría la chiquilla que hay dentro de mí.
      Su voto desliza mis pies, ayudando a seguir bailando ese tango unos pasos más. 😀
      Gracias, gracias, gracias.
      Besicos.

  9. Voto por este relato.

    • Señorita Bronte, con su voto me está dando pie a comenzar a dar los primeros pasos de ese tango. 😀
      Muchas gracias.
      Besicos.

  10. Me siento incapaz de hacer un relato así. Nunca podría encerrar en menos de dos mil palabras una historia en la que ocurren tantas cosas. Mi admiración por ello y mi felicitación por el camino que has emprendido, plagado de incondicionales adictos a las aventuras trepidantes.
    Toda la suerte del mundo para tí, protectora de las mujeres.

    • Muchísimas gracias, Distinta; es un honor recibir un comentario así de quien escribe de una manera tan elegante. 🙂
      Jajajaja, ojalá me llevara tras de mí una parte de todos esos incondicionales adictos a las aventuras trepidantes, en el futuro… Te confieso, ahora que no nos escucha nadie, que lo trepidante de las historias que escribo son inversamente proporcionales a la rapidez con que las doy por terminadas; soy exigente en mi autocorrección hasta la saciedad. 😉
      Un abrazo fuerte, Distinta y mucha suerte también para ti.

  11. Interesante trabajo de síntesis. Muy lograda esta micro-novela que te engancha desde las primeras líneas. La cantidad de lectores que la proponen ya lo dice todo. Enhorabuena

  12. Odiseo González

    Que las mariposas azules acompañen a tu relato en este certamen; que sin duda lo acompañarán. Suerte Juno.

    • Gracias por tu visita junto a esas mariposas azules que tanto me fascinan. A partir de ahora, cada vez que entre en este rinconcito, la sentiré volando, juguetonas, a mi alrededor. 😀

  13. Este relato, novela comprimida, cautiva y arrasa entre el público. Parece que lleva laurel. ¡Enhorabuena!

    • Gaia, ¡el laurel son palabras mayores! 😉
      Todavía queda mucho tiempo para votar, y, aunque supongo que con los votos que llevo estaré en al final, quién sabe. 😉 Cada concursante decide si, además de dar a conocer entre los amigos su relato, avisa que estamos en periodo de votación; si a tus amigos les gusta ya tienes al menos la mitad de los votos para llegar a la final del público. 🙂
      Lo que siempre he visto una misión casi imposible es ganar ese premio, y el casi lo añado porque claro, uno de los cinco tiene que ganar… Se tienen que dar tantas circunstancias para ganarlo que mejor contentarse con llegar a la final.
      Gaia, muchas gracias por volver a pasarte y por tus palabras; algo me dice que lo que sí es casi seguro es que te veré en esa final. 😀
      Un abrazo.

  14. ¡105 votos! No me equiovocaba, estamos ante un auténtico best seller.
    Repito mi enhorabuena.

    • Benito P., me he emocionado al leer su comentario; una tiene los pies bien puestos en la tierra y valora en todo momento. 🙂

      Gracias, muchas gracias por volver a pasarse por aquí y dejar este comentario.

      Un abrazo.

  15. Hola. Genial !! me ha encantado tu relato . Muy bueno . Saludos .

    • Jorge, gracias por leer mi relato y por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado. 😀
      Un abrazo.

  16. …. sin palabras , engancha , me superencanta, creo de todo corazón que debería ganar. Bravo , así da gusto leer! Felicidades para mí el ganador!

    • Hale, ya estoy otra vez roja como un tomate… 😉
      Estoy muy contenta porque me consta que, de verdad, os ha encantado, y debe de gustaros mucho para querer dejar constancia de ello por aquí amigas y amigos de ámbitos tan distintos.
      ¡Un montón de besos, Isa! 😀

  17. Bueno, creo que es de recibo que deje unas palabras por aquí a todos mis lectores y a todos aquellos que me están apoyando votando mi relato. Si escribiera todo lo que pasa por mi cabeza, me pasaría del máximo número de caracteres admitidos en un comentario :-P, así que, emocionada os digo:

    ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!

  18. Hola Juno,

    Realmente fantástico tu relato, mis Felicitaciones!!!

    • Gracias, Montse; no te imaginas qué satisfacción siento al leer que te ha gustado tanto. 🙂
      Un abrazaco con apretujón. 😀

  19. J.B. Ballantines

    Singular y llamativo, desde luego. Me lo leí del tirón ayer y lo he releído esta mañana. Yo también creo, como algunos otros lectores, que, según la ortodoxia, habría que darle más páginas para desarrollar personajes o primar algo menos la trama, para poder dar más detalles, profundizar, dejar respirar la historia… El caso es que así como está se lee con perplejidad y admiración por lo extraordinario de la propuesta, lo mucho que puede contarse en tan poco espacio. Creo que este tipo de textos que no se ajustan a convenciones, a veces, descubren nuevos caminos. Es un estilo diferente, y rápido para contar una historia esperanzadora sobre caída y redención que engancha.

    Enhorabuena y suerte.

    • Me ha encantado tu visita por aquí, J.B. Ballantines, y sigo pensando en esos tres últimos párrafos de tu relato. 😀
      Singular y llamativo… Me gusta 🙂
      Me ha aparecido una sonrisa pícara al leer que los textos que no se ajustan a convenciones, a veces, descubren nuevos caminos; me ha venido a la cabeza el fenómeno microrrelato, palabra que no está ni reconocida todavía por la RAE…
      Quién sabe, quizá algún día esté reconocido como género de un relato la mini-novela 😉
      Muchas gracias, compañero.
      Un abrazo.

  20. Me a en catando tu relato. Te mereces ganar. Un saludo muy grande. Suerte.

    • Muchas gracias, Ana. Ayyy, si cuando digo yo lo peligroso que es dejar un comentario por el móvil…
      A pesar de sacarme los colores, un abrazo enooorme para ti, Ana. :=)))

  21. Hola!
    Intenso relato y esperanzador. En los tiempos que corren es importante creer que todo tiene salida.
    !Mucha suerte!

    • Muchísimas gracias por tu lectura y por dejar tus palabras. Y esa mucha suerte la guardo a buen recaudo. 😉
      Un abrazo fuerte. 🙂

  22. Juno, me ha sorprendido tu relato porqué no me esperaba tanta historia en dos mil palabras.
    Tienes muchos comentarios, sólo he ojeado algunos, he leído algún reparo y muchas felicitaciones a las que me sumo. Aunque al principio me ha desconcertado un poco tanta información al final todo cuadra. Sí es una mini-novela y se podría desarrollar como una historia más larga. Pero me gusta porqué has hecho algo diferente y personal y finalmente has conseguido engancharme y que conozca a Tomás además de su salida.
    Suerte.

    • Muchas gracias por tu visita para leer mi relato y por tus palabras, me ha dado mucha alegría cuando he visto que tenía un comentario tuyo.

      El hijo del Infante, un abrazo con una sonrisa de oreja a oreja. 😀

  23. Juno
    Un relato en verdad farragos, espeso, poco digerible en principio. Esta historia debió ser mejor elaborada es demasiado densa para el lector. Consagra muchos en datos en un solo pàrrafo impidiendo la fluidez del mismo. Usas frases como esta: «Irradiaba su pasión por aquellos coches» cuando el verbo irradiar pudo ser reemplazdo por otro como por ejemplo: expresar.
    Hubiera sido bueno, detenerte, revisarlo, y tomarte un poquito mas de tiempo antes de presentarlo a concurso. Pero vale el intento
    saludos
    Malú

    • Malu (o Malú, según donde se lea), no tiene mucho sentido ejercer de crítico literario sin llevar a cabo previamente el higiénico acto de la auto-corrección gramatical.
      Sin ninguna pretensión de entrar en el fondo de sus palabras, es decir, en la mayor o menor calidad del relato comentado, he visto que en las sucintas ocho líneas de su comentario ha insertado usted un generoso y surtido muestrario de faltas de ortografía, acentos erróneos, palabras que sobran, otras a las que les faltan letras, comas ausentes o colocadas al tuntún, etc. O, como ejemplo concreto, esa peripecia verbal de decir que los datos se «consagran».
      Seamos sensatos, Malu (o, insisto, Malú), debemos repasar un comentario con lupa antes de lanzarlo como juicio de un relato; aun con ello algún desliz siempre se nos puede escapar. A mí el primero. Es lo menos que se nos debe exigir y donde más podemos aprender. Y, no tengo duda, también es una muestra de respeto hacia el autor comentado.

  24. Una novela en ciernes. Trepidante. Me gusta la apuesta por la bondad del ser humano entre un laberinto de fatalidades, fortuna y despropositos.

    Suerte!!

    • Muchas gracias, Towanda, por pasarte a leer mi relato y por dejar tu comentario 🙂
      De paso, aprovecho para aclarar una puntualización que haces en tu respuesta a mi comentario en tu relato; mi relato aparece con los párrafos un poco descuadrados y una raya de guión cortísima pero no está escrito así en el original, en el que está perfectamente cuadrado y con raya «raya». Son problemas técnicos que suceden en algunos relatos 😉

  25. Hola Juno, la verdad es que no sé qué añadir a los numerosos comentarios que te han hecho. En general, estoy de acuerdo con ellos. Tu relato se lee como si se tratase de una mini novela, con sus diferentes personajes y vicisitudes varias que le suceden a Tomás, el personaje principal. Y éste es tu mérito: contar una historia escalonada en el tiempo pero con la suficiente cohesión como para mantener el interés del lector en todo momento.
    Enhorabuena y suerte.

    • Una mini novela… Me gusta 😉
      Ahuntsic, muchas gracias por pasarte por mi rinconcito y por tus palabras 🙂

  26. Creo que ya te lo han dicho casi todo, Juno, intentar condensar una historia tan densa en dos mil palabras, es una tarea difícil. Entre medio se quedan muchos porqués que hacen el relato algo inconexo. Hay otra cosa que me sorprende (perdona mis intromisiones bienintencionadas) aunque igual tiene su razón de ser. ¿Por qué ese cambio temporal a mitad de la historia? Pasas del pasado al presente a partir del viaje a Marbella. No comparto, sin embargo, otros comentarios que hablan de la dificultad de leerlo y creo que eso es algo a tu favor. Es posible que en algunos momentos haya que retroceder alguna frase para concretar alguna nueva situación que aparece de repente, pero, en general, yo al menos, lo he leído con facilidad y diría que hay párrafos muy bien estructurados. El resto, ya sabes, tratar de escribir historias mas sencillitas.

    Suerte, Juno

    • ¡Hola, Enara! No hay nada que perdonar; me vienen genial vuestros comentarios para crecer como junta letras y si además mi relato genera alguna cuestión, aún más. A partir del viaje a Marbella paso del pasado al presente separando lo que ocurre en un largo periodo de tiempo de aquello que sucede en uno corto; también para acelerar la acción, y por otro lado intentando que el lector se involucre más con Tomás.
      Respecto a lo de escribir historias más sencillas, sea una virtud o una maldición, lo que realmente me divierte es escribir historias nada sencillas, ¡qué se le va a hacer! 😉
      Un abrazo. 🙂

  27. Un ritmo trepidante,parece como si fuera el bosquejo de una futura novela.

    Mucha suerte en el certamen y felicidades por tu buen humor.

  28. Freya, lo que me gustaría verte entonando a Sara, Tomás y Rafael mientras todos a tu alrededor te observan con los ojos muy abiertos… Jajaja…
    Gracias por volver por aquí y darme estas risas 🙂

  29. Vengo a comentar tu relato Juno después de leerlo despacio porque efectivamente es intenso.Unos relatos cuentan la historia de un segundo y otros abarcan más tiempo, pero sigue siendo un relato.Está bien escrito y cierra bien las incognitas planteadas al lector algo que me parece fundamental para poder recordarla y recontar la historia a otros.
    Te deseo mucha suerte.
    Saludos afectuosos
    Freya

    • Freya, muchísimas gracias por leer mi relato con atención y dejar tu opinión.
      Me ha encantado lo de «para poder recordarla y recontar la historia a otros»; me ha trasladado a los campamentos de verano, sentados alrededor de una fogata, contando las historias que aparecen en cada mente… Sería alucinante que un día una persona desconocida recontara nuestro relato, ¿verdad? Lástima no enterarse de ello si eso sucede 😉
      Un abrazo.

      • jaja pues si Juno, yo la contaría en algún campamento.Aunque me ciñera al guión, algo le añadiría con los gestos y el tono de voz para el final. 🙂

  30. Hola, Juno. Aquí me tienes para darte mi opinión sobre tu relato.
    Estoy de acuerdo con aquellos que te comentan que se condensa mucha acción en poco espacio. Bien escrita, sin dejar demasiados cabos sueltos en la historia necesariamente atropellada, que quizá es lo que, a mi parecer, le está perjudicando: no tienes espacio material para consolidar a los personajes, y sus motivaciones para actuar como lo hacen las «explica» breve y tajantemente el narrador, sin dejar que el lector descifre sus sentimientos; por ejemplo: «Revive la impotencia que sintió esperando la muerte de su madre y no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados esta vez. Lucha consigo mismo. Se da por vencido.» y luego «Tomás siente remordimientos pero cree que es la mejor salida del túnel oscuro y de aire enrarecido en el que se siente atrapado; se promete a sí mismo no volver a involucrarse jamás con gente de aquella calaña.» Y ahí está contado todo el dilema moral de Tomás que, a mi entender, es lo más interesante del relato.
    Sin embargo, se percibe en algunas descripciones un gusto por un ritmo más pausado que, bien dosificado, conseguiría meter al lector más en situación: «Aletea con ansiedad hacia la gruta en un mar calmado que simula ser un lago de vino tinto joven permitiendo el paso lento, hacia la superficie, de minúsculas gotas de mercurio.» Si no fuese con ansiedad y lo dijese él mismo, en vez del narrador, yo como lectora asociaría la imagen del mar al estado de ánimo del protagonista… pero, así, me descoloca.
    En cualquier caso, da mucho juego la historia que narras, y eso creo que gustará a muchos lectores. Ojalá lo entienda también así el jurado. Te deseo mucha suerte.

    • Muchísismas gracias, Bogardilla, por tu completo comentario. No te puedo quitar la razón en nada ya que explicas perfectamente por qué para ti es así; es la magia de la literatura y esa magia es la que hace interesante cada relato, y con ello cada comentario, porque cada mente es única y mezclada con cada escritor, o «juntaletras» en mi caso (que después del comentario que dejé a Furtiva, debo ser justa conmigo misma), que también es único, no da un único resultado sino infinitos.

      Respecto al ritmo más pausado cuando describo el mar, te confesaré, ahora que no nos escucha nadie, que yo he sido submarinista y me encanta el mar; en lo que escribimos siempre hay algo de nosotros y seguramente lo que más llegue al lector con facilidad. Y no, en mi relato el mar y el estado de ánimo de Tomás son independientes.
      Gracias por tus deseos, ojalá… Ojalá coincidamos en la cena 😉
      Un abrazo chillao, Bogardilla.

  31. Hola, Juno,
    Estupenda historia. Al acabar de leerla, me ha dado la impresión de estar ante la sinopsis de un novela, creo que funcionaria perfectamente. Enhorabuena.

    • Un comentario positivo que, sin embargo, sumado a otros me ha generado el temor de que mi relato no sea valorado como relato, que ahora mismo es lo que es. Gracias Hypatia por tu lectura y tus palabras 🙂

      Un abrazo a todos los que os asomáis por aquí.
      Lo he escrito sin pensar… ¡Ups! Creo que es un efecto secundario del temor 😛

  32. Llegué jadeante al final. No sólo por la densidad argumental de la historia, también y sobre todo por la rapidez con que la leí.
    Yo, que soy un lector lento, había acelerado mi ritmo de lectura para acomodarme el relato, forzado por él.
    Tengo la impresión de haber leído mi primer bestseller y me ha gustado.
    Enhorabuena.

    • Buenas tardes, Don Benito P.

      Su comentario lo asemejaría a un buen microrrelato en su efecto. Nada más comenzar a leerlo, pasaba por mi cabecita algo así como: «Parece que me he pasado, me he debido equivocar en los cálculos de la aceleración centrífuga, la centrípeta y la gravitatoria». Qué sorpresa al llegar a su penúltima frase.
      Si el resultado a la utilización de todas las aceleraciones ha sido ese piropazo a mi relato, me alegro mucho de haberme arriesgado a salir lanzada hacia mi planeta, de rebote, antes de tiempo.

      Ya estoy viendo la frase reclamo a mi relato: «El tiempo es oro: lea más en menos tiempo.» 😉
      Muchísimas gracias, Benito P., es usted muy amable.

  33. Coincido con Nominá en que su apuesta resulta de agradecer. Qué titulo tan acertado ,y sí, lo trepidante de la acción lo necesitan. Felicidades.

  34. La concentración de acontecimientos hace, de este relato, como un atisbo de novela. De la mano te lleva por toda la vida de Tomás, por el que el lector llega a sentir empatía y comprensión. Un suspiro de tranquilidad me ha recorrido al ver que, al final, todo está bien cuando acaba bien y al pobre protagonista le esperarán esos niños, su mujer y su negocio. Los pajaritos cantan, las nubes se levantan, y ya era hora de que en este certamen alguien apostara por la bondad del genero humano y la reinserción de los delincuentes.
    Mucha suerte para esos buenos deseos.

    • A veces, mientras simplemente vivimos, nos atropella un torbellino que nos atrapa, y dependiendo de nuestra personalidad tomaremos una salida, de alguna manera, o permaneceremos en el torbellino. Así de interesante es la naturaleza humana y por eso existen tu Pilar y mi Tomás. Al final conseguiréis animarme a escribir esa novela, una novela corta en la que la historia de Rafael se merece, como mínimo, un capítulo.
      Muchas gracias por tu visita y esa mucha suerte, Noniná 🙂

  35. Hola Juno, un relato denso, en una primera lectura es quizá demasiada la información para ser asimilada de una sentada, pero que después, con más sosiego descubres que es en si mismo una novela encajada en 2000 palabras.
    Excelente

    • Madroca, has dejado «EL COMENTARIO», no me puedo creer haber recibido ya mi comentario de ensueño. ¡Que nadie deje ni un comentario más por aquí!, no vaya a ser que vuelva a poner los pies en el suelo… 😛
      Muchísimas gracias, Madroca, no voy a disimular que me has hecho muuuy feliz 😀
      Soy consciente de que es un relato tan rápido y con tanta información que puede agobiar si no se lee con tranquilidad, dato que no se avisa al lector cuando comienza a leer… Es más, a quince días de enviarlo a este concurso, estuve a puntito de dejarlo guardado en un cajón por temor a que no se valorara en absoluto, pero me animaron a seguir puliéndolo y aquí está (gracias R.).
      Y, por supuesto, era broma; ir dejando vuestros comentarios sinceros por aquí, todos me ayudan a crecer como escritor.

  36. Juno:

    Te prometo que, cuando tenga un rato libre, volveré a tu cuento.
    Voy dejando rastros por todas partes, pero la vida me lleva de cabeza y tengo más historias que tiempo.

    • Gaia, ¡qué alegría volver a verte por aquí! Cuando quieras. ¿Prefieres té o café? Si es café avísame, que soy de las personas a las que les gusta el café soluble y creo que no queda muy bien invitar a eso…

  37. Curiosa la historia de este Tomás a partir de la muerte de su madre. Creo que el tema merecería el espacio de una novela para dar cabida a todas las variaciones que propone. Bien escrito, por supuesto. Suerte

    • Eso mismo me dijo un buen amigo, añadiendo el tiempo que se suele tardar, de media, en escribir una novela; no sé si el dato me lo dio para animarme o para desanimarme, jejeje (gracias J.).
      Muchas gracias, Anaconda 🙂

  38. Un relato vertiginoso.
    Suerte!

    • Duna, gracias por tu visita; las iré devolviendo. Si es vértigo lo que has pasado, siempre que el aterrizaje haya sido bueno, me alegra 😉

  39. Ricardo, gracias por leerlo, y siento haberte agotado, bastante agotadora es ya la vida.

  40. Ricardo C. de León.

    Si, agotador relato. Suerte

  41. Un relato rápido, probablemente debido a ese consistente presente… Desde María hasta los bebés de Sara, ¡cuántas cosas pasan! Y las consigue encerrar en tan pocas palabras.

    • ¡Hola Aisara! Gracias por la lectura a mi relato y por dejar constancia de ello con tu comentario. 😉
      Bueno, para ser más exactos, comienzo a relatar en presente a partir del quinto párrafo separando lo que ocurre en un largo periodo de tiempo de aquello que sucede en uno corto, y, por supuesto, para acelerar la acción. Respecto a lo mucho que se cuenta, pues sí, el relato quizá podría comenzar ya en ese quinto párrafo, pero necesito que el lector se vaya sintiendo Tomás antes de llegar a ese momento, porque Tomás ¿actúa de esa manera por necesidad real?; “una complicada operación”… Tomás actúa así por miedo, por pánico; debía haber acudido a la policía y, sin embargo, se convierte en un traficante, pero mientras leemos nos sentimos ese Tomás que defiende lo que hace y lo aprobamos, o al menos eso pretendo… :-D

  42. Todas las vicisitudes por las que tiene que pasar un hombre para sacar a su familia adelante. Hasta hacer lo que no debe. Al final parece que la vida le dará tregua.

    Enhorabuena, Juno, y suerte.

    • Tras un particular duro día, me asomé a mi relato a ver si había algo nuevo por él, y sí, me encontré con un comentario de Gaia. Abrí muchos los ojos y me pregunté qué pensaría de mi relato esa cabecita pensante, acordándome de tu relato. Gaia, muchas gracias por leerme con atención, por dejar tu comentario y por esa enhorabuena que para mí ha sido una grata sorpresa. Yo también confieso que mi relato lo he trabajado muchísimo, confesión que no sé si me beneficia o me perjudica 😉
      Respecto a la suerte, la guardo en mi cofrecillo; tiende a evaporarse… 🙂

  43. Me llenan de alegría vuestros comentarios al llegarme que he conseguido meteros en la piel de Tomás. Juno, legalista, escribe a Tomás eligiendo una salida ilegal. Empatizar con Tomás es la clave para que el relato sea lo que se quiere relatar.
    Greta, gracias, por leerlo, por dejar el comentario, y por esa suerte; me la guardo 🙂

  44. Los personajes son buenos y todo acaba bien. La cárcel pasará sin dejar huella y serán felices. Alguien como Juno se anima a poner un puntito de esperanza. Menos mal. Suerte.

  45. Alex, «se entiende mientras se lee», ¡me has quitado un peso de encima!
    Bromas a parte, me has arrancado unas buenas risas con tu comentario y me ha llegado tu energía positiva hasta donde estoy, creemé. Esa suerte que me mandas, me la guardo en mi cofre de los sueños para que no se escape. Muchas gracias, Alex 😀

  46. Se entiende mientras se lee. Eso ya es importante en literatura, aunque por desgracia no frecuente.
    Un relato directo, sin funambulismos arriesgados, con una prosa sencilla e inteligente al tiempo. El mensaje del empeño en alcanzar un objetivo que lo merezca añade, si cabe, mayor densidad al texto.
    Mucha suerte, Juno, salgas de la galaxia que salgas. La vas a tener.

  47. Enrique, esta hormiguilla junta letras se ha emocionado al ver tu comentario. Mil gracias por colocar siempre ese escaloncico que nos ayude.

  48. Odiseo González, lamari y El Pérfido Samaritano, gracias por leerme y ración extra de gracias por dejar vuestro comentario, tan necesario para crecer sea positivo o negativo siempre que sea constructivo y lo que hace que este certamen sea tan especial.
    Por cierto, Pérfido Samaritano, ya se ha asociado tu seudónimo a una sonrisa mía en su lectura 😉

  49. Conmovedor relato de personajes creíbles con los que no cuesta identificarse. Estupenda narración, felicidades.

  50. El Pérfido Samaritano

    La demostración de que uno está dispuesto a hacer lo que sea, sin sopesar las consecuencias, para conseguir que se cumplan sus sueños. Una historia de amor y superación que casi deviene en un relato policíaco. El párrafo donde se describe el rescate del fardo, lo que más he ha gustado: frases cortas y precisas, acción trepidante. Bien logrado.

  51. Te quedas sin aliento.Siete folios , casi cerca de dos mil palabras del tirón, porque los diálogos son como un respiro y una salida esperanzadora.

    Suerte Juno

  52. ¡Que acción más trepidante! No se puede dejar de leer desde que empieza hasta que acaba.
    Bien.

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