Icono del sitio V Certamen de Narrativa

198-A nosotros no nos pasará eso. Por mudokon

«El chat  es el ejemplo perfecto de aquella frase que decía: Lo importante es la belleza interior, no la belleza exterior. A través de él, se conocen a personas, no a cuerpos y caras, y más de una historia de amor ha surgido de el, aunque también alguna que otra historia de desamor en el momento del encuentro, pero igual que la vida misma, ni más ni menos.»
–         A nosotros no nos pasará eso, ¿verdad?
–         ¿A que te refieres?
–         A que nosotros nos queremos de verdad, y no importa el físico.
–         Tienes razón. A mí me daría igual como fueras. Yo sé que te quiero y eres lo mejor que me ha pasado por la vida  y nada me quitará esa sensación.
–         Pero te advierto que no soy ninguna belleza.
–         Da igual, yo tampoco.
–         Seguro que si lo eres.
–         No sé. Eso tendrías que decírmelo tú.
–         No te preocupes que seguro que te lo diré.
–         Tengo que irme ya. Te quiero.
–         Yo más.
–         No, yo más.
–         Que no, que yo más.
 Se conocían desde hacía seis meses. Seis meses en los que pasaron de ser amigos a lo que se puede decir novios. Cada día esperaban encontrarse el uno al otro y cruzarse cariño de pantalla en pantalla. Estando juntos ambos pensaban que el otro era la persona que había estado esperando toda su vida.
 

–         No me importa como son otras personas. Yo sé que tú eres de verdad y con eso me sobra.
–         Si es que tengo un poco de miedo, por si no soy como te pensabas que era, por si no te gusto.
–         ¿Cómo no me vas a gustar? Sabes que no me importa el exterior de las personas, solo su corazón y sus sentimientos.
–         A mí también, pero es contigo es distinto. Tu me gustas de verdad, y el pensar que puede que yo no te guste me da miedo.
–         No tengas miedo, que yo te quiero de verdad.
 A ciertas edades las cosas del amor duelen. Aunque ambos eran jóvenes buscaban alguien a quien querer, alguien de quien enamorarse y alguien al que enamorar. Enamorarse de alguien es lo más fácil; lo difícil es que ese sentimiento sea reciproco.
 Pero ellos habían encontrado ese amor que parecía verdadero. Ninguno de ellos tuvo suerte anteriormente en el amor y poco a poco perdían la esperanza de encontrar a alguien con quien compartir su vida, a pesar de tener solo 20 años. Quizá para algunas personas 20 años sean muy pocos para preocuparse de esas cosas y lo único que haya que hacer con esa edad es pasárselo bien y divertirse. Pero hay gente que con 20 años piensa que su vida no es todo lo feliz que hubieran imaginado, y aunque lo tengas casi todo, si te falta el amor y lo que deseas es encontrarlo pero se te resiste, te produce una amarga sensación.
 

–         Me esperaras en la parada, ¿no?
–         Claro que sí. ¿A que hora llegaras?
–         Supongo que estaré allí a las doce. Lo peor es que es una hora en autobús.
–         No pasa nada. La próxima vez iré yo a verte.
–         Me encantaría.
 Habían quedado para verse. Vivían en sitios distintos, pero estaban a una hora de viaje en autobús, muy poco tiempo cuando se trata de ir a ver al amor de tu vida. Quedaron para verse ese sábado a las doce de la mañana y recuperar juntos parte del tiempo que hasta entonces solo habían pasado sentados delante del ordenador o llamándose por teléfono. Ella le prometió esperarle en la parada con un periódico en la mano y sentada en un banco. El le prometió buscarla entre la gente que hubiera.
 

Cuando él llegó observó detenidamente a la gente, y sentada en un banco al fondo le pareció ver a una chica leyendo el periódico, y seguro que era ella. Sería tan bella como siempre se había imaginado, incluso más, así que fue inmediatamente. Cuando la vio mas de cerca. no era lo que pensaba.
La chica de aquel banco era una muchacha gorda, bastante gorda, que entre sus gruesas manos apretaba el periódico y miraba repetidas veces alrededor como si esperara a alguien, seguramente a el. Como estaba por detrás ella no le pudo ver, pero a el le bastó ese momento para desear no haber hecho ese viaje y encontrarse con esa chica asquerosamente gorda.
 «Quizá pudiéramos ser amigos», pensó él, pero rápidamente desistió de la idea. «Esta chica no vale ni para eso», y tan pronto como vino se fue a dar una vuelta por la ciudad. No iba a hacer el viaje para nada.
 

Ella le esperó hasta las tres. El móvil de él estaba apagado y le aseguraron que el autobús había llegado a su hora. «Quizá se le ha escapado», pensó ella. «Quizá en el ultimo momento no pudo venir, aunque si no pudo me podría haber llamado. Luego le llamaré otra vez».
 Al día siguiente ella intentó llamarle pero nadie cogía el teléfono. Entró al chat a buscarle pero el no aparecía. «¿Y si le ha pasado algo? ¿Y si ha tenido un accidente? ¿Y si ha sido por mi culpa, por querer que viniera a verme? Al final lo que parecía una historia de amor se quedó en nada, aunque ella pensó: “¿Y si hubiera sido aquel chico tan feo que se me quedó mirando y que se marchó enseguida? Solo me faltaría eso, que la persona de la que me enamoro sea alguien como ese chico”.

197-La linea recta. Por Nepc-64
199- ZEOLITA. Por Anquintolfin
Salir de la versión móvil