(Dedicado a Pacientes Oncológicos)
Diagnosticada de cáncer en mi mama derecha, operada para extirpar el tumor y tratada con quimioterapia y radioterapia, debo decir que, atendiendo recomendación de mi médico tratante, lo primero que opté fué por tener control mental: ante tal diagnóstico, la tendencia de la mayoría de las personas es a abrumarse y a deprimirse, asumiendo una posición negativa desde todo punto de vista. Una cosa segura es que TODOS en este mundo, nos vamos a morir algún día: unos del corazón, otros de accidentes, otros de viejos, otros de enfermedades varias y algunos de ellos de cáncer, pero nadie sabe cuándo, eso solo Dios lo sabe!
Con el tratamiento de la quimioterapia, una de las primeras cosas que se pierde (salvo algunas excepciones) es el cabello, cejas, pestañas y todos los bellos del cuerpo; algunos pierden las uñas; se pierden leucocitos, hemoglobina y plaquetas; muchos pierden los sueños y las esperanzas; se pierden amigos; familiares a veces; trabajos; se pierde al glamour, porque luego de perder los bellos, la persona se encuentra horrible ante el espejo, afortunadamente las mujeres podemos acudir al maquillaje (tenlo en cuenta como una buena herramienta, por tí y por tu familia); lo último que nos podemos permitir perder es el sentido del humor y el de la responsabilidad: lo primero porque será lo único bueno que podremos dar a quienes nos rodean y lo segundo, porque hay circunstancia que no podemos evadir, mientras vivamos. Pero hay una cosa que no podemos perder nunca: la Fe! y la Fe, no es pensar que no nos vamos a morir, la Fé es entregarnos a los designios de Dios con humildad, aceptando su Santa Voluntad, cualquiera que ella sea. En lugar de reclamarle a Dios, por habernos dado este mal, debemos agradecerle, porque con ello nos acercamos a El a pasos agigantados y porqué no, pedirle, si es su Santa Voluntad, que nos ayude a recobrar la salud. Debemos tener siempre presente que El, no nos da más de lo que podemos soportar, ni menos de lo que merecemos, por lo tanto hay que darle gracias, por permitirnos vivir esta circunstancia que nos hace evolucionar espiritualmente……
En relación a las quimioterapias: siempre son una expectativa, porque no sabes cómo nos va a afectar cada nuevo ciclo. En mi caso, mi médico tratante me prescribió una serie de vitaminas y minerales, desde el mismo post-operatorio y para el día de las quimioterapia y los dos días siguientes, me ordenaba administrarme, vía endovenosa, una combinación de vitamina C y ácido fólico, diluidos en solución. Todo esto, con la intención de contrarrestar los efectos secundarios del tratamiento, el cual generalmente produce mucho vómito y diarreas entre otras cosas.
Con la pérdida del cabello, no hay nada que hacer, más que esperar (ése vuelve a salir y es lo menos importante) y con la mayoría de todos los demás efectos, es muy valiosa una aptitud positiva ante las circunstancias y la Fe por supuesto; pero lo que sí hay que cuidar es el descenso de los leucocitos, hemoglobina y plaquetas, porque es cuando estamos expuestos a lo que no queremos…..Octavo y noveno días, posterior a cada quimioterapia, se siente un decaimiento….que no se quiere nada! Si nos preguntan: no habrá ningún dolor que reportar, pero no hay voluntad de hacer nada! (es cuando pensamos que no lo vamos a lograr, pero no es así). El décimo día, es bueno revisar los valores de hematología completa y plaquetas, los cuales siempre van a estar fuera de lo normal; la evaluación es para cuantificar la baja y tomar medidas o no, según corresponda….en mi caso, los leucocitos bajaron drásticamente desde la primera quimio (1.850, cuando lo mínimo normal son 5.000) razón por la cual, mi médico tratante me prescribió una inyección, la cual, en 72 horas da una respuesta favorable, como estimulante para la generación de leucocitos. Lo mínimo que me bajaron fue hasta 1.100 pero siempre fue combatido con la inyección. Según los médicos, pudieron haber bajado hasta a 600 y con esa cifra, si me daba una septicemia, me podía morir…….Así es que ATENCION CON ESTO!!!!!. Las plaquetas, me bajaron a 89.000 con la tercera quimioterapia (lo mínimo normal son hasta 150.000) y mi médico tratante, comenzó a pensar en transfusión de sangre, si llegaban a 80.000 aunque el oncólogo clínico, veía permisible que llegaran hasta 25.000 o 30.000 antes de transfundirme, el primero no quería correr riesgos por nada y yo estaba de acuerdo con él, pero tampoco quería la transfusión, por los riesgos que conlleva de contraer hepatitis y hasta sida. Por tal motivo, el médico tratante siempre me habló de conseguir dos (2) donantes familiares, para no transfundirme sangre ajena, cuidando riesgos de contaminación. Mi médico tratante, siempre me recomendó tomar abundante agua de coco (pero del coco tierno y sólo el agua, no el coco) para alcalinizar la sangre y evitar que bajaran las plaquetas……….La hemoglobina en mi caso, fue la última en bajar (en algunos casos es la primera), pero siempre es la última en subir. Me llegó hasta a 7.4 (cuando lo mínimo normal es 11.0) y volvió la amenaza de transfusión (si me llegaba a 7.0). En este caso, me prescribieron unas tabletas, pero su acción es muy lenta. Cuando finalicé todas las quimios, mi hemoglobina estaba en 7.5 y el oncólogo clínico, evaluó la posibilidad de inyectarme, para estimular la subida de los valores, pero afortunadamente no fué necesario, la hemoglobina comenzó a subir y con 7.9 comencé radioterapia……
Para las tres cosas (leucocitos, plaquetas y hemoglobina) es importantísimo consumir muchos vegetales verdes (espinacas, brócoli, acelgas, etc.) desde el inicio de las quimioterapias y frutas en general, especialmente guayabas rojas. Puedes probar en ayunas, el jugo de remolacha con zanahoria crudas (no le agregues jugo de naranja, porque los cítricos son contraindicados, en tratamiento de quimioterapias).
Desde el post-operatorio, mi médico tratante me ordenó entrar en control con una nutricionista y ésta, para todo el período de las quimioterapias, me prohibió consumir: grasas, dulces y cítricos, porque son los que causan, las náuseas y muchos efectos secundarios de las quimios. Olvídate de la mantequilla, la mayonesa, los dulces (endulza todas tus cosas con Splenda. El otro azúcar de dieta, tampoco sirve), los refrescos (si es mucho el antojo del gas, puedes tomar chinoto, 7up o sprite), el jugo de naranja, los jugos envasados, el café (si lo necesitas mucho, tómalo descafeinado, pero si lo puedes evitar mejor. Incluir fruta en tu desayuno, te ayudará a prescindir de él) y todo lo que se encuentre en los rubros de grasas, dulces y cítricos. Hazte cuenta que no existen en el planeta………..ya podrás retomar algunos de ellos, después de la última quimioterapia y te sorprenderá ver cómo te habitúas a estar sin ellos. Aprenderás que en la vida nos acostumbramos a cosas que realmente no necesitamos……La carne, limítala a sólo una o dos veces a la semana (el hígado, que es tan bueno para lo de la hemoglobina, hay que evitarlo, por su contenido de grasa y toxinas de la vaca). Prefiere el pollo y el pescado con muchas ensaladas. Haz tus tres comidas y si es posible dos meriendas (a media mañana y media tarde). Las meriendas pueden ser: fruta, yogurt Light, un paquetico de galletas integrales…No olvides tomar como mínimo ocho (8) vasos de líquido al día (es fácil: uno antes y uno después de cada comida y ya llevas 6 y los otros dos con las meriendas). En la noche, coloca dos (2) cucharadas de avena en hojuelas en un vaso, complétalo con agua y déjalo reposar tapado, durante toda la madrugada a temperatura ambiente (no en la nevera) y en la mañana, en ayunas: lo revuelves, te bebes el agua y te comes las hojuelas y si quieres, tomas un poco más de agua. Esta operación la puedes repetir desde el mediodía, para tomarlo antes de la cena. Es para ayudar a bajar el colesterol y controlar los niveles de grasa.
Aún con todas estas medidas, hay tips, importantes de tomar en cuenta, para evitar los malestares propios del tratamiento:
.- Los días de quimioterapia, toma un protector gástrico al despertarte.
.- No llegues de la quimioterapia a acostarte; si puedes hacer ejercicios mejor y si no: trajina, camina, siéntate a leer o conversar. Yo como norma, los días de quimio (que me las aplicaban por la mañana) no me acostaba antes de las 6:30 de la tarde.
.- No tomes los alimentos muy calientes (ni siquiera las sopas) todo más bien refrescado
.- Espera mínimo dos horas para acostarte, después de comer
.- No te acuestes completamente horizontal, más bien recostado. Salvo cuando vayas a dormir por la noche que puedes asumir tu postura natural.
.- Si te dan náuseas, come hielo, para enfriar el esófago y evitarlas
.- Consulta a tu médico, la posibilidad de colocarte (en forma endovenosa) los 3 grs. de vitamina C y los 30 mgr de ácido fólico, diluidos en solución: el día de las quimios y los dos días siguientes.
.- Si se te presenta el decaimiento del octavo y noveno día, pregunta a tu médico, si puedes colocarte algún complejo B endovenoso. Se colocan tres ínter-diarias, partiendo desde el día sexto, posterior a las quimio.
Finalizada la quimioterapia, ya la nutricionista me permitió algunas libertades, como la mayonesa (con moderación, para conservar la línea). En función de mi baja hemoglobina, también me permitió comer carne roja tres veces por semana e incluir el hígado de res en la dieta, aunque me recomendó cocinarlo en agua, desechar ésa agua y luego prepararlo como lo desee, para cuidarme de toxinas durante la radio.
La quimioterapia y especialmente la radioterapia, son tratamientos que atacan el colágeno, que es la sustancia que une las células del cuerpo. Imagínate una pared: los ladrillos son las células y el cemento es el colágeno: si se deteriora el cemento se cae la pared; si se te daña el colágeno, te pones vieja y se deteriora tu salud drásticamente. Para ello, mi médico tratante me prescribió la Glucosamina con Condroitin. La dosis? Dos cápsulas una hora antes del desayuno y otras dos, una hora antes de la cena, por lo menos hasta terminar ambos tratamientos.
Inicié mi tratamiento de Radioterapia a los 21 días de mi última quimioterapia y me fue aplicada por seis semanas: todos los días de lunes a viernes, descansando sábados y domingos; es decir, asistí a 30 sesiones. En teoría, después de la tercera semana, se comienza a quemar la piel, pero en mi caso no ocurrió así; mi médico tratante me instruyó, para colocarme cristal de sábila licuado y frío, libre de yodo, para evitar las quemaduras. Diariamente, al salir de la Radioterapia, mi brazo quedaba pegado al cuerpo, por lo cual, llegaba a mi casa a hacer ejercicios con pesas (de 1 Kgr.). Estos ejercicios los efectuaba 3 ó 4 veces al día. Cuando iba al día siguiente a la sesión de radioterapia, ya mi brazo estaba nuevamente despegado y el tratamiento me lo volvía a pegar, de manera que fue una rutina que mantuve durante las 30 sesiones
La recomendación de la nutricionista, fue suprimir por completo el consumo de lácteos y sus derivados (leche, mantequilla, yogurt y quesos) durante las aplicaciones de radioterapia.
Es importantísimo mantener una dieta, para no aumentar de peso, ni tampoco perder masa muscular, ya que ambas cosas son contraproducentes ante nuestra enfermedad. También la actividad física es altamente recomendada: caminar una hora diaria y complementar con algún ejercicio aeróbico. No te metas a la cama, porque es lo peor! Si tienes sobre peso, trata de nivelarlo al cual corresponda. Según mi médico, los tumores se alimentan del dulce, de manera que cuando todo pase, trata de prescindir en lo posible de él, por el antecedente que tendremos…….
Ten siempre pensamientos positivos, disfruta la vida que aún tienes, sé feliz y ten mucha disciplina con tu tratamiento.