Mi padre se llevó el minúsculo cuerpo de mi hermano en una bolsa al bosque para enterrarlo. Bajando las escaleras flexionó y tensó varias veces el brazo con el que portaba la bolsa, pero por más que lo intentara no consiguió sentir el peso de lo que había dentro; era como llevar un poco de aire. (más…)
¿Por qué me pegaste ese golpe en la boca del estómago? Cuando iba hacia la urna sentí como el cabezazo de un niño embistiendo a toda carrera. Un chorro de energía salió de ese cofre donde estabas y se hundió en mi cuerpo, doblándome como a una hoja de papel. (más…)
Muchos vecinos de Salazar dormían con tapones en los oídos. Otros sin embargo aseguraban que el monocorde y leve tañer de la campana les servía para conciliar mejor el sueño. (más…)
Comenzar un cuento con ¨ había una vez ¨ es egoísta, ya que si había una vez, esa vez fue única en su ser de vez y no podría haber otra vez, ya que sólo hubo una, pero si ¨Había una vez una niña muy bonita¨ no podrían haber niñas bonitas otras veces, sólo esa vez hubo una niña bonita, entonces si quisiera volver a escribir ¨Había una vez una niña bonita¨ ya no podría, con lo cual estoy obligado a comenzar diciendo que ¨Hay muchas veces, cuantas veces haya, mujeres feas¨. (más…)
Cuando yo era pequeña, solía pasar mucho tiempo en casa de mi abuela materna, una mujer muy instruida para su tiempo y a la que las vecinas llamaban «la abuelita que lee» (por aquello de que se pasaba horas en la terraza con un libro entre las faldas). (más…)