No sé en que momento ocurrió. Ni el por qué. Lo único que sé es que algo le pasa. Se le nota demasiado. Y lo peor es que no me cuenta nada. Me ignora. Así de simple, como si yo no existiera. Ya casi ni me dirige la palabra. (más…)
Todo ocurrió en Siles, querida y venerada Amelia: (más…)
Le han dicho que es fácil, que es rápido, que ni siquiera le preguntarán el nombre. Ella ha escuchado asqueada, con el terror de ser una delincuente o una bestia, con ganas de decir que no lo hará, aunque sabe que lo hará. Le han dado los datos precisos, le han descrito el lugar, el silencio, la privacidad en donde resuenan las pinzas y huele a gasas y a algodones violáceos de alcohol y sangre. Pero ella se ha preguntado lo que nadie cuenta, se ha quedado sin dormir de boca al techo, transpirando las sábanas, tocándose el vientre para luego apartar su mano con espanto, intentando imaginar el rostro de quien se encarga de… (más…)
El silencio recorrió la habitación, aun estando vacía, el eco de mis latidos resonaba profundamente entre los polvorientos estantes, recordando un susurro no nacido, que reflejaba un dolor abismal sobre el espejo de mi pecho, un colgante sucio y pequeño, que guarda un cristalino espejo, un níveo recuerdo de un alma perdida, que talla sus formas bajo el metal, que crea una vaga imagen de un ataúd sin cerrar. (más…)
Si te lo contase, sin duda lo encontrarías del todo absurdo; en los últimos tiempos, encontrabas absurdas prácticamente todas las cosas que yo hacía o decía, pero no podría reprocharte que te burlases de esto, pues yo mismo lo encuentro disparatado, pero el caso es que, desde que te fuiste, no he vuelto a llenar la nevera. (más…)