¡Mierda! ¡Mas errores! ¡Si sigo así esta obra no va a estar lista para la semana que viene!
Pero bueno, basta. Seguí con Beethoven que no llegás al examen. si si sol mi re fa si si sol mi…..este pasaje no me sale ….. y mamá siempre tan histérica y gritona, tendría que habérmelo imaginado. Fue toda la vida así, pero… Y papá, siempre silencioso, encerrado con sus arañas…¡Me estoy dispersando y no escucho lo que toco! Seguí con Beto que todavía no sale. Estos tersillos están desparejos. Practicar, practicar, practicar. Siempre practicar.
Do si do re mi do re mi fa …Esta mañana no empezaste a las ocho como siempre. Ese fue el problema, ¿ves? Se acostumbraron a eso y vos los sacaste de la rutina. …re do re mi fa re mi fa… ¡Pero si no me aguantan! Siempre me andan gritando porque toco todo el tiempo y muy fuerte. Papá cierra la puerta de su laboratorio cuando empiezo a tocar. ¡Ja! A lo mejor tiene miedo de que sus arañitas se pongan sordas con mi música. Que injusto. Yo también tengo que estudiar. Pero cuando toco Bach… ¡Ah si! Bach. Tengo que practicar Bach. A él le gusta Bach…. pero si me equivoco va a cerrar la puerta de nuevo…. bueno, no ahora. ¡Calláte y practicá! La sol fa mi.
Y mamá gritando desde la cocina. Nena, hace esto, lo otro, ¡no hiciste la cama! Yo, por supuesto, no le doy bolilla y sigo con mis preludios y fugas, pero a veces se pone insoportable. Me acuerdo…..Esto sale mal. Volvé. Dejá de divagar que no te estás concentrando. Así no hay Beethoven que valga.
Ayer de nuevo se metió entre mis pies, gateando por el piso, cazando arañas como loca. Después agarra la aspiradora y hace ruido por toda la casa así se asegura de que no haya arañas ni polvo…. me enferma. Y después, ¡bam! ¡Bam! Revienta los zapatos contra cualquier bicho que camine…Oh…Me duele la cabeza. ¿Que voy a hacer? Me acuerdo…. ¡No! Esto no está bien. Volvé. ¡Dejáte de pensar en otras cosas y concentrate!
No, pero me acuerdo cuando mamá encontró el porrito en el cajón de mi mesita de luz. ¡Los discursos que se mandaba! Venía a  llorarme al comedor y no me dejaba estudiar. Y cuando me agarró de los pelos y de la nariz, y me sacudía y gritaba… No me olvido. Pero Bach….sol fa mi re do si la sol….la tocata, que linda…
No, no me olvido. Ya sabia que estaba loca.
Papá y sus arañas. Eran su vida, su amor. Todos los días antes del trabajo, después del trabajo, se la pasaba ahí adentro con ellas. Las arañitas. Sólo salía para cenar, y entonces actuaba como si todo estuviera bien, como si fuéramos normales. Comíamos todos juntos en la cena entre risitas y ja ja. Acá esta todo bien, no pasa nada…Teatro. Yo siempre sentí que la vida era un gran teatro, y a veces papá me lo decía. “Vos tenés que representar tu papel lo mejor posible. Cada uno tiene el suyo, y esa es su obligación.” Claro, él hizo su actuación de hombre resignado a permanecer casado con una mujer loca, por los chicos. Y nosotros, los chicos, participamos en la obra con el silencio. Y ahora…No. Calláte. Te falta hacer bien esta parte. Está muy fuerte. Ni te escuchás sonsa.
Pero ahora es distinto. Las aspiró a todas, a todas las arañitas. No se por qué. Se cansó de ellas supongo, del polvo. A lo mejor estaba enojada porque volví tarde anoche. Pero papá volvió tarde también, mas tarde que yo. ¡Ay! ¡Mi cabeza! Y hoy papá volvió del trabajo y encontró todo roto, destrozado, vidrios por el piso… ¡Estas escalas que no me salen! ¡Volvé! Demasiado hablar…. la gente va a pensar que estoy loca también…. hablando sola. Pero no me puedo concentrar. Se fue. Se pelearon y el confesó que tenía una amante, y ¡bum! Se fue golpeando la puerta en medio del kilombo. Un kilombo. Un gran kilombo ahora. ¡De nuevo! ¡No estás practicando! ¿Por qué te distraes con tanta pavada? ¡Volvé a Bach! sol sol fa mi re mi…
Mirálos ahí, tan quitecitos. No pensé que mamá iba a reaccionar así. No pensé…. … sol…sol fa mi… Esta parte es muy difícil. ¡Estos tersillos! ¡Ahhhhhh!
Papá volvió a buscar sus cosas y mamá fue a su mesita de luz, la de papá, donde él guarda la pistola y…. ¡bum! Escuché el ruido y corrí hacia la pieza y pensé… pensé, ¡Oh no! ¡La mató! ¡Y yo no lo detuve! Era su pistola… Pero me sorprendí porque no era papá el que tenia la pistola en la mano, no, él estaba ahí, tirado en el piso al lado de la cama, y mamá estaba parada al lado de él, con la pistola en la mano. Lo miré, y no entendí, y ella me miró, y me siguió mirando mientras levantaba su mano, lentamente, lentamente hasta llegar al punto, el punto, el mismo punto casi el mismo punto donde la sangre estaba saliendo de la cabeza de papá, y la miré, le supliqué, pero… ella no me veía, estaba mirando mas allá de mi, y entonces dijo «Sucio….» y tiró del gatillo… ¡Bum! Y vi la sangre… desparramada en la pared, la pared blanca… todavía esta ahí, en la pared. Si… Supongo que a él le gustaría eso. Parece… se parece un poquito a… si, es como una araña. Y ahora están los dos ahí, en el piso. ¡Ay! ¡Mi cabeza! Me duele…. si. Ahí están, durmiendo como dos angelitos.
Lo que no se es que voy a hacer con los cuerpos. Yo tengo que estudiar y no tengo tiempo. Alguien tendrá que venir a buscarlos antes de que empiecen a descomponerse. Pero no tuvo que haberlo hecho. Ojala hubiera pedido ayuda. Ayuda, ayuda. ¡Ayuda! ¿A quién Dios mío? ¿Alguien podrá ayudarme?
No. Falta Bach. Tenés que rendir el examen.

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