Hay tres cosas que nunca vuelven
atrás: la palabra pronunciada,
la flecha lanzada y la oportunidad perdida.
Nerit se contonea y desliza serpenteante despertando la lascivia de los invitados. (más…)
Aquel día iba con prisas. Eran las siete de la mañana de un lunes de febrero. (más…)
Ella estuvo hablando sin parar durante un buen rato. (más…)
A sus 4 años, Dago se había acostumbrado a mirar a los mayores de abajo hacia arriba. Sobre todo los gestos de los mayores. (más…)