He aquí cómo nació un bien con su origen en un mal. No quedaban libros, ni letras y como consecuencia tampoco historias que contar. No había revistas, ni periódicos, ni siquiera instrucciones de manejo de aparatos o recetas de cocina. Los escritores frustrados pasaban horas fútiles frente a sus no-novelas, no-noticias y no-notas. Nadie sabe cómo pero ocurrió de repente. Todo aquello donde había algo escrito de pronto quedó vacío. Un día, nunca se supo qué ni cómo, desaparecieron todas las letras y símbolos de puntuación de todos los idiomas existentes con excepción de los números. Teorías había de todo tipo: contaban unos que fue un maniático literato con mucha influencia que quiso acaparar cada historia del mundo, algunos que se vio una nave espacial abduciendo a todas las vocales y consonantes, muchos que era un castigo de Dios y otros que se trataba sencillamente de autocracia y pura censura. Pero fuese lo que fuese, el mundo no tenía letras. Consecuencias negativas hubo numerosísimas, sin embargo poco a poco se fue poniendo remedio a la catástrofe. Ya que los números existían, todo se seguía comprando y vendiendo, para viajar se iba al país quince que era Armenia o a la ciudad tres-doce que era Córdoba, una imagen vale más que mil palabras era la máxima por excelencia, se recuperó el código Morse y se fusionó con cifras, en todos los lugares se ensañaba Braille y se imprimía donde fuese necesario: billetes de avión, ingredientes, museos, prospectos médicos, etc. Las comunicaciones se abarataron y las personas hablaban mucho más. Todo era del boca a boca y había una extraordinaria comunicación interpersonal. A pesar de que se entrenó al cerebro para aumentar su capacidad memorística, como no se podían almacenar cantidades ingentes de datos, se llegó a un acuerdo mundial en el que prevalecía recordar las cosas buenas olvidando guerras, esclavismos, rencillas, despotismo y todo tipo de barbaries. Así sin querer con los años se fue arrinconando el pasado y aunque, sin ser perfecto, parecía que el mundo se había convertido en un lugar mejor.