premio especial 2010

 

Jun 01

Acostado en la cama, Pablo escuchaba como todas las noches en la radio sus programas nocturnos preferidos. La  radio siempre había sido para él una gran compañía y en la oscuridad de su cuarto, se ponía los auriculares y escuchaba sus  programas favoritos hasta quedarse dormido. Era una costumbre  que había adquirido de su padre.

Aquella noche el locutor hablaba del sentido de la vida argumentando que:

“La vida es una gran aventura que dura mucho o poco dependiendo de la suerte de cada individuo, fruto de la curiosa ruleta de la fortuna. No siempre hacemos las cosas cuando queremos y  creemos convenientes, sino que somos simples objetos del destino  que marcando gota a gota la fluida corriente de nuestra existencia.”.

Pablo analizaba profundamente las palabras de aquel locutor,  cuando de repente observó algo que le hizo abandonar la atención de la emisión radiofónica. Un mensaje de  móvil que tenía sobre la mesita de noche, le convocaba a la mañana siguiente para  la reunión anual de la empresa en donde  trabajaba. Su jefe hacía tiempo que le había propuesto para un cambio de categoría laboral y quizás esta era su oportunidad para su ascenso a subdirector de la Compañía. Un importante puesto, que a sus 44 años recién cumplidos significaba una gran oportunidad para su carrera profesional. Lo raro es que no lo hubiera comunicado con la suficiente antelación para organizar con tiempo el viaje, ya que la central de la compañía se encontraba bastante retirada de su localidad y tendría que tomar un avión.

Tan urgente era el aviso de aquel viaje que aquella noche no tuvo tiempo de despedirse de nadie. Ni siquiera quiso despertar a su mujer, la cual antes de acostarse le había comentado las ganas tan enormes  que tenía de dar a luz debido a su avanzado estado de gestación. Le dejaría una nota pensó, para explicarle su ausencia y por la mañana la llamaría por teléfono y se lo explicaría todo.

Pablo se  había casado con Ana hacía seis años, y en todo ese tiempo y después de varios intentos fallidos era la primera vez que había logrado quedarse embarazada. La alegría de la pareja era inmensa y tras varios años de tranquila y feliz convivencia se acercaba uno de los momentos más felices de su existencia.

Aquel viaje imprevisto tampoco le dio tregua para anular varias citas que tenía para el día siguiente, ni siquiera la de su amigo Víctor con el que tenía previsto jugar por la tarde  una partida de pádel. Ambos eran socios de uno de los polideportivos  más prestigiosos de la ciudad situado en el extrarradio a 3 kilómetros del centro. Solían reunirse allí un día por semana y organizaban campeonatos con su entrañable círculo de amigos.

Pero todo absolutamente quedó paralizado a consecuencia de surgir aquel imprevisto viaje. Revisó su agenda y curiosamente no tenía nada anotado  de reuniones para  esa fecha. Era simplemente una página en blanco de esas que en la parte superior derecha aparece escrita una miscelánea con algún motivo para meditar durante  breves instantes. Se detuvo a leer el pensamiento de aquella rutinaria jornada y decía así:

“La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”

    John Lennon   (Cantante y compositor británico)

 

A Pablo le fascinaba viajar aunque fuera por motivos profesionales. Hace algunos años fue  corresponsal de uno de los periódicos más prestigiosos  del país y estaba muy acostumbrado a aquellos movimientos imprevistos  y apasionantes al mismo tiempo. En aquellos años  los conflictos bélicos le conllevaban  casi siempre riesgos ineludibles. Lo cual no era un pretexto para que  la empresa periodística en la que trabajaba dotara de  los medios suficientes para ofrecer a sus empleados de la máxima seguridad.

Durante el trayecto, sin  maletas  y con lo puesto, comenzó a plantearse si sería un acierto aceptar aquella supuesta proposición. Quizá sería mejor dejar pasar unos años e intentar madurar más, y así asumir con mayor responsabilidad un reto tan importante.

Una vez escuchó por la radio decir al locutor que : “En la vida existe un enorme parecido con una partida de ajedrez,  ya que cada decisión que adoptemos en cada simple y sencillo movimiento puede condicionar lógicamente la evolución de nuestros pasos posteriores”. Aquellas palabras quedaron grabadas en su mente de manera que siempre que tenía que tomar decisiones importantes las recordaba. Sin embargo  no era factible, ya no había tiempo para lamentarse,  y con toda la puntualidad que requería la ocasión llegó a su nuevo destino.

El taxi lo llevó a la dirección señalada que estaba situado en una zona periférica de la ciudad. Se trataba de un enorme caserón de inspiración inglesa. Era extraño que en la empresa no le comentaran que la reunión discurriera en un sitio tan poco habitual. Tampoco le sorprendió mucho ya que al tratarse de una moderna compañía de arquitectura y diseño querrían ser originales.

A continuación tuvo que dar su nombre y apellidos a un ordenanza de aspecto místico, ojos oscuros y  pronunciadas entradas en el pelo, que le propuso rellenar un sencillo cuestionario. Al terminar lo encaminó hacia una gran antesala, llena de gran cantidad de objetos antiguos propios de una tienda de antigüedades o de una mansión de la alta aristocracia. Entre ellos,  había un maravilloso piano de cola con alguna capa de polvo incrustada entre sus teclas, en la que se balanceaba lentamente alguna que otra caprichosa telaraña. También formaban parte de aquel curioso decorado numerosas  esculturas de personajes  célebres, cuadros de distintos estilos y otros muchos objetos de diferentes épocas, qué originaban una curiosa mezcla entre lo puramente barroco  y lo más vanguardista.

Pablo, se encontraba algo confuso. ¿Él era el primero en llegar a la cita? No lograba ver con claridad, todo estaba muy oscuro. Sus pupilas poco a poco se fueron adaptando a la escasez de luz y consiguió apoyarse en una silla  para internarse sin tropezar en aquel  lugar. Había  un pasillo muy largo, y el suelo había sido enmoquetado con una tela de un color rojo burdeos. Todo, absolutamente todo, cabía en aquella gran antesala multicolor curtida por el tiempo.

De repente, empezó a escucharse la melodía Molto allegro de Mozart que envolvió todo el ambiente de sutil y dulce melancolía. Como si de un eco lejano se tratara, escuchó a lo lejos como una tenue voz con tono pausado y armonioso  recitaba un poema de Federico García Lorca.

Súbitamente, empezó a percibirse el monótono sonido de unas  campanadas, y acto seguido, como si se filtrara por debajo de la puerta y a través de las paredes, observó como una nube gaseosa y compacta de colores cálidos flotaba en la atmósfera y avanzaba por la sala como si se tratara de una fina niebla, con perfume a lavanda, esencia de azahar y algunas pinceladas de jazmín.

Empezaba a inquietarse y a sospechar que aquel curioso y mágico espectáculo  parecía una broma planeada por Víctor para celebrar su cumpleaños de forma original. O a lo mejor, se trataba de una fiesta sorpresa (de las que ahora están de moda) en las que se reúnen todos los amigos en una casa a oscuras  y que al aparecer el homenajeado le sorprenden cantando “Cumpleaños feliz”  y sueltan algunos globos. Y eso era algo que a él siempre le habían horrorizado.

En cualquier caso, no le quedaba más remedio que esperar y así poder averiguar  lo que  realmente significaba todo aquello. Seguidamente, sintió como unos ruidosos y acelerados pasos se acercaban cada vez más a la sala. Evidentemente, no parecía que se tratara solo de una persona por la diversidad de pisadas, y por los múltiples susurros que le acompañaban. Por  fin, y sin más preámbulo, se abrió aquella pesada puerta de madera noble, que por su ajado aspecto, pudo muy bien ser  testigo mudo de interesantes intrigas y desnudas e íntimas conversaciones.

Su sorpresa fue inmensa, cuando ante sus sorprendidos ojos, contempló con admiración  a su mujer y a su amigo Víctor que avanzaban hacia él, al tiempo que  le reprochaban  por qué había tardado tanto en llegar a aquel encuentro.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago en este lugar?  Todo esto y mucho más se preguntaba él  al encontrarse de nuevo con sus seres queridos de los que  sin saber cómo ni por qué no había podido despedirse. La confusión se apodero de él por instantes y unas gotas de sudor empezaron a deslizarse por su frente.  Se apoyó  en una silla y deslizando la cabeza sobre las piernas intentó recuperar el tono de la respiración para no sucumbir en un repentino mareo que comenzaba a amenazarle por instantes.

Fue entonces cuando la mano cálida de su mujer le acarició la frente suavemente haciendo círculos con las extremidades de sus dedos. También su amigo se situó junto a él intentando calmarle con su  presencia  dándole pequeños apretones afectuosos en el brazo.

Tras  vacilar breves instantes, Pablo pensó:  “¡Que mala suerte! “ “Ahora lo recuerdo todo muy bien…” “Si no hubiera sido por ese fatídico y mortal accidente de coche que tuve al salir de casa, en el que me estrellé contra el poste de un semáforo en rojo”. “Ni mi mujer hubiese fallecido en aquel complicado y dramático parto que le provocó una súbita y enorme hemorragia en la que perdimos  al hijo  que tanto anhelábamos”. “Ni a mi amigo Víctor le hubiera atrapado la puerta del garaje de su casa cuando se disponía a coger el coche para ir a aquella partida de pádel “

“Si no hubiesen ocurrido todas aquellas  circunstancias todo habría sido muy distinto”.

“¿Y bien…ahora que hacemos?” comentaron los tres con inquietud y estupor. Quedaron en el más absoluto silencio durante unos cinco minutos. No tenían conciencia de su nueva situación y sentían como la confusión y el miedo empezaba a apoderarse de ellos.

Intentaron tranquilizarse un poco  antes de actuar, pues tenían muy claro que ante cambios tan bruscos se precisa tomar una pausa, detenerse, contemplar la esencia de los acontecimientos,  y de ese análisis crítico en el que la mente  penetra más allá de lo superfluo  es cuando se puede llegar a la esencia de las cosas, y es precisamente así como  deben de  surgir con claridad  las acciones a realizar.

 

Entonces vieron como al  fondo del pasillo se empezaba a dibujar un pequeño halo de luz roja muy débil por  la cual se sentían atraídos como por un potente y mágico talismán. La fuerza de aquella luz rojiza los hacía avanzar sin detenerse por el  interminable pasillo parecido a un rompecabezas. De repente, la luz se fue extinguiendo quedando reducida  a un pequeño punto del tamaño de una nuez.

¿Cuál  era aquel poder mágico al que no podían resistirse?  ¿Qué nueva aventura  les brindaba ahora el destino? ¿A quién pertenecía esa extraña mansión?

Sus dudas fueron disipadas rápidamente cuando en una ventanilla que estaba al final del largo y estrecho pasillo que comunicaba con la antesala, había un cartel con un letrero que decía así: “Coja un número y espere su turno” y a continuación justo debajo apoyado sobre una repisa apareció el impreso con el cuestionario  que habían  rellenado al entrar. En la parte inferior del documento se leía lo siguiente:

Enumere todas aquellas cosas que no pudo realizar en la vida y cuando termine le indicaremos su nuevo destino”.  ¡Ah!  Por favor, no olviden apagar sus móviles, en este lugar estamos siempre fuera de cobertura”.

Aquella mañana, Pablo dio media vuelta en la cama y escucho el desagradable ruido del despertador sobre la mesilla de noche. Se desperezó durante unos  instantes y una vez incorporado  se asomó a la ventana, respiró profundamente, y sintió poderosas fuerzas renovadas para marchar al trabajo. Se despidió como siempre  de su mujer con un beso, y recordó que el viernes por la tarde tenía una cita para jugar una partida de pádel con su amigo Víctor. Encontró la radio encendida y un mensaje de su jefe para una rutinaria reunión de trabajo.

277- Sin cobertura. Por Luzzz9, 6.2 out of 10 based on 20 ratings

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21 Responses to “277- Sin cobertura. Por Luzzz9”

  1. Hank dice:

    Eso de las historias raras y de engañar al lector durante todo el relato, para salir al final con que no es más que un sueño, casi que no.

    Mejor si se hubiera muerto de verdad. Sería más verosímil.

    Suerte.

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  2. HÓSKAR WILD dice:

    Esto me hace pensar que una de las ventajas de estar ‘en el otro lado’ es que no suenan los incordiantes pitidos de los móviles.
    Mucha suerte.

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  3. la ciudad dice:

    Yo acostumbro dormir algunas veces con la radio encendida y suelo soñar cosas extrañas, pero no las escribo en largos y cansados párrafos.

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  4. Luzzz9 dice:

    Las críticas bien aceptadas siempres son beneficiosas.

    Muchas gracias y suerte

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  5. Seres Entrópicos dice:

    La historia hace giros muy interesantes y creo que la idea que subyace, la de como un hecho determina una cadena de acontecimientos de forma irremediable, hace que la historia gane peso pero quizá ganaría más abreviando un poco la introducción que está tan trufada de detalles sobre la vida del protagonista y con un final un poco más abierto. Es mi opinión como lector. En general me ha gustado.

    Saludos y suerte.

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  6. Luzzz dice:

    Hola Seres Entrópicos.

    Siempre es un estímulo recibir algún mensaje positivo. No obstante te voy a contar un secreto …..
    Me enteré de este Certamen de Narrativa Breve por casualidad, navegando por internet justo el día 30 de mayo. Como me hacía mucha ilusión participar localicé algunos relatos que tenia en borrador y elegí este.

    Lo retoqué en los ratillos que pude dedicarle y 10 minutos antes de que expirara el día 31 de mayo logré enviarlo. Estoy segura de que le falta mucha reescritura para mejorar, pero no había tiempo y me lancé al ruedo.

    No intento justificarme de nada, es simplemente mi sincera opinión.

    Muchas gracias y ¡ suerte!!!

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  7. Antístenes dice:

    Le sugiero que aprenda a utilizar las comas y su colocación apropiada para definir el ritmo narrativo al menos. En todo caso es un relato aceptable…
    Suerte.

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  8. Luzzz9 dice:

    Encontrar un «Aceptable» en este certamen aunque sea sin colocar bien las comas es realmente un milagro.

    Muchas gracias Antístenes.

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  9. Seres Entrópicos dice:

    Esa justamente fue la impresion que me dio pero me parecia osado decir algo asi. Es entonces un diamante en bruto.

    Saludos y suerte

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  10. Luzzz dice:

    Bueno, si no es un diamante por lo menos «una perlica» jejeje…

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  11. LUCIO ANNEO dice:

    Una perla que bien cultivada será una joya, me ha gustado tu intención de engañarme, has conseguido descolocarme, pero me ha encantado que al final sólo haya sido un sueño…

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  12. ALBA LONGA dice:

    Lo que más me gusta de tu relato, es el tema elegido: El sentido de la vida. Sobre todo porque es un tema universal, de los que nunca caducan. Podríamos estar horas debatiendo sobre el libre albedrío, o si estamos predeterminados, y no habría conclusiones (¡pobres de nosotros si las hubiera!). Es un asunto sobre el que he escrito varias poesías.
    En cuanto a la cuestión formal, es evidente que hay algunos errores que seguramente son imputables a la premura con que tuviste que presentarlo y que son facilmente subsanables. Tal vez el final sea lo que menos me ha convencido pero en los relatos breves la falta de espacio obliga, casi siempre, a estos finales urgentes.
    En fin, que te deseo suerte, te dejo mi voto y te propongo que pases a leer mi relato (el 181) pues creo que te puede gustar pues también está dedicado a las pocas opciones que la vida ofrece, en ocasiones, a algunas personas.

    (Por cierto, según algunos detalles y deducciones que he podido hacer, intuyo que no debemos estar demasiado lejos. Tal vez esté equivocada, pero pudiera ser. De momento, y por razones obvias, no puedo añadir nada más).

    Un saludo.

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  13. Luzzz9 dice:

    LUCIO y ALBA, muchas gracias por vuestras opiniones.

    Un saludo.

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  14. Roberta B. dice:

    Luzz, he leído con atención tu relato, ha conseguido intrigarme y llevarme hasta el final, ahí me he visto un poco decepcionada, el recurso de «todo ha sido un sueño» es, en cierta forma, engañar al lector. Pero no te preocupes por mi comentario, el final de mi relato tampoco ha gustado mucho, es complicado acertar. Enhorabuena y suerte en el certamen.

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  15. Luc dice:

    La idea es muy buena. El Más Allá y a ver cómo se siente uno en ese barrio. Da un juego que tira para atrás.
    Aparte de la precipitación en la escritura, que se nota y mucho, yo hubiera comenzado por la llegada al almacén, porque es, con diferencia, lo más inquietante; y hubiera ido ilustrando al lector sobre molestias gravídicas y rutinas del curro poco a poco, porque, obviamente, de eso hay mucho en este mundo cruel.
    Acabar como que todo ha sido un sueño es un recurso facilón. Funciona, pero los hay mejores y seguro que los encuentras.

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  16. Luzzz9 dice:

    Gracias Luc.

    Un saludo

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  17. Luzzz9 dice:

    Hola Roberta.
    Gracias por leer el relato. En cuanto a lo de engañar al lector acabo de recordar una greguería que dice así:

    «El lector -como la mujer- ama más a quien le ha engañado más».
    Jejeje….

    Un saludo.

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  18. minerva dice:

    Pues mira, me ha gustado esta greguería, sobre todo en lo del lector.
    Tu relato me ha enganchado, tiene mucho ritmo y estoy de acuerdo en que somos igual que figuras de ajedrez. La única pega es que quizás estaría mejor con un final antes del sueño. Mucha suerte.

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  19. Roberta B. dice:

    Hola de nuevo,
    Estoy de acuerdo contigo, al lector le gusta que le engañen, a fin de cuentas es lo que hacemos todos los escritores, mentir como bellacos. Pero otra cosa es tomarle el pelo, no sé si me explico. Hay un libro que habla de esto, y que te recomiendo, El arte de la ficción de John Gardner, en el se habla del sueño de la ficción, un sueño en el que se sumerge el lector y a partir del cual es capaz de aceptar como válido todo lo que el escritor le está contando, aunque sea una historia de marcianos.
    Saludos.

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  20. Luzzz9 dice:

    Hola Minerva y Roberta.
    Estoy sorprendida por los comentarios de algunos de vosotros en cuanto al final, porque el relato original terminaba precisamente sin la intención del sueño. Aunque una vez que hice la lectura final me dió una pena terrible que fuese así y lo convertí en una pesadilla.
    Es muy curioso lo que me comentais ya que parece que el lector intuye la verdadera intención del escritor.
    Roberta, tomo buena nota de ese libro.

    Muchas gracias. Saludos y suerte

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  21. Seres Entrópicos dice:

    Muchas gracias Luzzz9 por tu apoyo al texto. Me maravilla que, ante tan buenos textos finalistas, alguien piense que el mío le dice algo más o conecta mejor con él. Confieso que hay mucho de vanidad pero que sería de nosotros, los escritores, ocasionales o empedernidos, y de la escritur en general, sin esa necesidad de desnudarnos ante los demás, de exhibir la belleza que habita en nuestras palabras.
    Te deseo todo lo mejor.
    Un abrazo.

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