premio especial 2010

 

May 05

Madrid 4 de Mayo de 2010.

La avenida está llena de gente, cualquiera, la tuya por ejemplo. Sí, por ejemplo la tuya.  Y miras, simplemente echas un vistazo. Por todas partes, en cada esquina, en cada portal, la gente fluye como vida , como un río que no cesa ni da calma, como un torrente que arrastra, como una corriente contra la que no puedes luchar. Supongo que a todos nos sucede que, un día, en la Gran Vía, por ejemplo en tu Gran Vía: tienes la sensación de ir en dirección opuesta a los demás. Lo jodido es pensar que, en realidad, no llevas ninguna dirección, simplemente caminas. Un día sales a la calle y en el portal de tu casa, te detienes y te quedas inmóvil, no sabes a dónde coño vas ni porque has salido. 

No vuelves a casa y te metes en la cama o te pones a hacer algo de provecho, no, simplemente sigues caminando y en un momento determinado tienes esa sensación: la de no ir a ninguna parte o de ir en contra-corriente a algo o a ese grupo de personas que seguramente piensan lo mismo y están igualmente jodiendo su cabeza pensando en lo mismo que tú: en que “no perteneces” ni quieres pertenecer y, en el caso de que pertenecieras a… te encantaría salir cagando leches de donde fuera que estuviese ese sitio. 

Y te quedas mirando. Miras y miras. A ellos, con paso firme, dubitativos, felices, tristes, agresivos, con indiferencia unos y otros con miradas de bondad pre-fabricada para la ocasión. ¿Qué es eso de la bondad pre-fabricada? carajo, para mí, es la que me transmite nausea y provoca una palpitación en la traquea que hace que trague saliva y me falte por unos segundos el aire. Lo bueno es saber detectarla, reconocer a quien la provoca y razonarlo de esta manera y sentirme mejor porque, así, ya sabes por donde no tienes que pisar ni en donde malgastar tu tiempo. Me fijo en estas personas sobre todo porque son el único baremo que me permito a la hora de elegir mis compañías. Tampoco es que pueda ser muy exquisita con mis exigencias sociales. Además, muchos de ellos me han quitado el hambre en muchos días de escasez. Para que negarlo, mi baremo es muy maleable, según el hambre que tenga… 

Éste me ha echado un ojo, un ojo de repugnancia; quizá mañana, hoy tengo las tripas llenas. Me fijo en todos, todos son pan, carne, agua y vino de mi salvación. Todos son vida y sangre que mañana fluirá por mis venas y sudor que hace que mis heridas me recuerden el dolor de mi conciencia, de mi alma. 

Patrañas, un montón de patrañas, de basura, de mierda, que no soy capaz de guardar debajo de la alfombra, que comparto como un tesoro y no es mas que escombros de alguien que nunca pude evitar ser, de alguien que ya no puede ser otra. Soy alguien que  ser o no ser le da exactamente igual y prefiere existir y agarrarse a la vida por vocación más que por convicción. Vocación de… 

Hablar. Hablar, siempre hablar, creo que es lo único que me hace saber que no estoy muerta. Luego, escribir, que es la forma de sentir que no estoy seca y mantengo un ligero apego a la cordura.  Eso me permite mantener ciertas máximas por las que se guían mi profesión. Por ejemplo, mi criterio sobre mi fuente de ingresos no ha cambiado un ápice. Y llevo un tiempo en esto. 

Me gustaría definir todo como una putada; a todos, como unos hijos de puta; a la vida, como una mala pasada y a Dios… A Dios como ese ser al que esperamos sentados en un banco mientras le queremos robar la zanahoria al de al lado. O algo así… Pero soy rencorosa y, sobre todo egoístamente vanidosa, sí, además de pedante, cuando tengo que expresar mi forma de ver la vida, esa filosofía que dicen algunos de vida o convicciones. Prefiero divinizar un poco este coño vanidoso y lleno de orgullo con un poco de literatura barata y punto. 

Y la gente sigue caminando, se corren… de un lado a otro para dejar el sitio a otro que les haga compañía. Miran entre las rendijas para ver si está vacío el retrete, la silla del fondo, el  buzón de sus facturas. Abren puertas y esperan que alguien se asome y les diga “hola”, simplemente hola. Se insinúan, se dejan ver, se explotan mediáticamente, se venden, se contonean, seducen o pretenden hacerlo, adelgazan, hacen deporte, juegan en la barra de los bares en busca de… compañía, de amistad, de un círculo social. 

¿Hace un día caluroso hoy no? Y sin embargo, hay una brisa que encubre el mal olor de los desagües, de las cañerías, de la pescadería que acaban de  cerrar. Son las ocho y veinte y cinco; ya estoy preparada para un día más. Me he preparado física y mentalmente. Es decir, me he depilado y he conseguido escribir dos páginas en mi diario. Con letra pequeña. Que hay gente que llena diarios y diarios sin que le haya pasado mayor cosa.  Por ejemplo,  “24 de Diciembre: Navidad”. Otros, con una vida más ajetreada: “24 de Diciembre, Navidad en familia… el marisco por las nubes”. 

Mi vida, me gustaría resumirla en…  en un hombre, por ejemplo, pero es casi imposible evocar a uno, simplemente a uno,  para que se hagan una idea de cómo es mi vida.

Cuando hablas con otra mujer de tus “hombres” no es tan difícil, pero con otros “hombres”, entonces la cosa cambia, porque en seguida, sin darte cuenta, ya estás hablando con otro hombre del anterior que fue muy importante para ti en algo en particular pero que en general… y ya te encuentras hablando con otro “hombre” que le cuentas que el anterior te dejó porque le hablaste de uno que… y ya estás hablando con otro que… así que, terminas hablando con un amigo gay de todos los hombres que te han dejado por… por ser sincera y buscar limar asperezas digo yo, pero mi amigo gay dice que por muy puta. De broma claro… es mi amigo! 

Sin embargo, hay uno… Todavía tengo su aliento en mi cuello. Es de esas sensaciones que te hace caminar por el mundo con ese halo de inocencia, esa sonrisa coqueta, esa mirada sencilla. Una sensación elaborada, pero mía, elaborada, no real, pero mía y, así, verdadera. Y aunque su cuerpo nunca me pertenezca, me conformo con su aliento en mi cuello. Ese calorcito que me dejó al despedirse.  Cuando me dijo… Necesito un trago. 

Ayer mismo, como un recurso antipático, me senté al borde de mi silla y recordé su nombre. Y el alma se me vino encima, despacio, como un accidente que uno no busca. Al ritmo de aquella música que una vez bailamos en ese bar cuyo nombre no quiero recordar. Lentamente. Todavía puedo sentir sus brazos rodeando mi cintura, rondando mis costillas. Qué gracioso. 

Ayer, una silla, media luz una copa de vino y, de fondo, aquella música. La música, esa que todos creemos nuestra y solo nuestra. Esa que parece que el compositor conociese nuestras desdichas y nos la clavara directamente en el pecho como una aguja de quince centímetros atravesando el esternón. 

Pero ayer, él no estuvo, solo su aliento, o su recuerdo. ¿Mi compañía? Un compás de tango, cuatro tiempos. Un, dos tres ,cuatro, adelante, atrás. Un dos tres cuatro, adelante, atrás… Media vuelta, mirada, te acercas, te beso… Adelante, detrás… Qué borrachera… 

No me hacía falta nada más. Sinceramente, no fue necesaria su presencia, ya tengo su imagen perfecta. Es suficiente. Luego, luego la habitación daba mil vueltas a mi alrededor. Entonces caí dormida sobre mi silla con un vaso de vino que gritaba su imagen. Nadie alrededor. ¿Te lo imaginas? Qué patética soy, verdad? Qué patéticas somos? Verdad? Pero me gusto, me caigo bien ¿O no?… 

Si pudiese olvidarme, dejarme aparcada en un rincón, escupirme cada vez que pase a mi lado, entonces, entonces sería mejor compañía. Pero me resisto a mi misma, me doy una y otra oportunidad, y me aviso a cada paso para protegerme. Soy débil. Pero me gusto. Qué ironía!. 

En fin, que siga la música, sigamos poco a poco, despacio y al compás de… de lo que sea!. ¿Loca? Qué va, no me des tanto crédito, soy una más. De esas, de las treinta y tanto añeras que buscan un eslabón de inocencia en sus paraísos perdidos o desperdiciados. Marca ese compás, despacio, despacio. Silba esa melodía Sam! Ja, ja, ja!! Silba en mis oídos, susúrrame, por favor susúrrame. Luego tómate una copa conmigo, te invito, hoy, hoy tengo el estómago lleno. 

Bebe conmigo, bebe por mí, la botella está ya cansada de mí, la copa me aborrece, me mira y se ríe en mi cara, no quiere entenderme, no me comprende, solo me acompaña, se queda conmigo, no tiene alternativa. Él, él la tuvo y, mira, voló, no quiso ser más conmigo más que dos. Uno a uno más que dos. Que te jodan! Vuela entonces, llega lejos, busca, encuentra, disfruta; eso sí, avísame cuando tu camino te traiga de vuelta, para tender sábanas limpias y recibirte con un puñal tras la espalda y amenazar con matarte y, cuando sujetes mi mano, caer rendida sobre tus pies y rogarte que me hagas el amor. 

Adiós recuerdos, al menos hasta mañana. El sol ya se ha ocultado, ya empieza todo… Me retiro de mi espacio, ahora vuelco mi celofán sobre mis pupilas y miro las cosas envuelta en fracciones de segundo en donde me puedo lucir. Llegan las bambalinas, llega la primavera negra, me lleva en volandas a lo otro real… maldita sea! 

No te esfuerces, quizá esto solo tenga sentido “en-migo mismo”. Si lo comprendes, quizá te equivoques… Es mejor no esperar nada, para, cuando, no recibes nada, no sentirte mal. Escucha, no digas nada, no me hables de mí, a través de las cosas que te han sucedido a ti… porque me estarías hablando sobre ti y pasando de mi como de comer… y entonces podría pensar que te da igual mi… Escúchame, por favor, escúchame! El sin sentido es sentido al fin y al cabo… Escúchame, no me cierres tus ojos! Por qué no se mueren las letras, por qué no me muerdo la lengua y muero sin aire ni canción que me recuerde, por qué el sentido?, por qué te recuerdo en mi palabra? 

Y a mi que me gustaban tanto las matemáticas. Todo iría mejor así, todo contado, todo numerado, equivalente, regular, absoluto. Pero no, tenemos que sentir, deberían anular el genoma de los sentimientos, o al menos de la cognición de los sentimientos. Supongo que me entiendes, Verdad? Me entiendes? Me escuchas? Si no, paga y márchate, no me hace falta tu comprensión. Lárgate! O quédate, al fin y al cabo soy una …



Imprimir Imprimir


13 Responses to “48- Diario de una… Por PDAC”

  1. Capitán Wentworth dice:

    No sé si a esto se le puede llamar un relato, no veo el nudo ni el desenlace. Es como un monólogo interior que no llega a ninguna parte.

  2. PDAC25 dice:

    Gracias por su comentario, en realidad nunca fue mi intención contar un cuento, de ahí que no encuentre un nudo o un desenlace. Llámelo monólogo si quiere o de la forma que más le guste, nadie mejor que usted (que ahora es el lector) puede etiquetar este trabajo. Le voy a dedicar una de mis poesías.

    La verdad es ésta

    Supo, sabe quien dijo,
    que nadie a sabido más
    que el que dijo que no sabe.
    Que importa lo que digan,
    dijo el sabio,
    si los que dicen, dicen más de lo que piensan.
    UNO sólo sabe ser lo que es
    si de verdad sabe lo que dice
    si lo que dice es lo que piensa
    y piensa cuando dice
    que lo que es
    realmente no es.

  3. Capitán Wentworth dice:

    Hmmm

  4. Luc dice:

    Tampoco lo veo como relato, por ningún lado. Pero supongo que en un concurso como éste caben toda clase de propuestas.

  5. Bartleby dice:

    Alguien me puede explicar qué es un relato?? Por cierto, tu poesía me ha gustado más que tu relato (o no relato). Suerte!

  6. Fra dice:

    A mi me parece que este relato está muy bien escrito y además es uno de los que más me gustan. Hay muchas sensaciones que me parece que están muy bien conseguidas y que hacen que te pongas en la piel del personaje. Quizás un poco pesimista para i gusto, pero bueno. Está claro que no es un relato típico en el que conduzca por un camino concreto al lector, pero me parece interesante la propuesta, precisamente por esto, por la necesidad que tiene el lector de suponer la situación del personaje.

  7. PDAC25 dice:

    Gracias por vuestros comentarios, es curioso ver los diferentes puntos de vista que puede tener un mismo objeto de crítica y más si ese objeto es producto de tu propia inspiración. Entiendo y comparto los comentarios tanto del Capitán como de Luc (sobre todo después de leer vuestros relatos y entender vuestra forma de escribir) y sí, me gustaría que en este concurso se valoren nuevas alternativas y se entienda el relato más allá de lo que la norma estipula (si es que existe alguna norma, -quizá con esto te esté contestando Bartleby-) Gracias Fra, me gusta que le guste. Suerte a todos.

  8. Antístenes dice:

    Me detengo el primer párrafo, lo siento… No le indico algo, por si las «moscas», no quiero que se enfade…
    Suerte.

  9. Ágata dice:

    PDAC, para mí también es un monólogo, te fluyen los sentimientos de forma espontánea y así los vas plasmando. Lo más atractivo de ese intento de diario es el desorden de pensamiento. Me gusta.

    Suerte.
    El mío es el 41

  10. Hara Kei dice:

    Bueno, primero una aclaración (ya saben, la parafernalia y todo ese bombo de lo políticamente correcto): Respeto de opiniones.

    Ahora a lo que iba: la verdad a mi me ha encantado, es una propuesta diferente, una forma de deconstruir (permitan que lo diga así) el relato tradicional, de narrar de manera visceral, de experimentar. A lo largo del texto me he forjado una imagen, una historia bastante cruda. Ojala no sea sólo mi caso.

    keep walking

  11. la ciudad dice:

    En lo particular no me gustó, eso no quiere decir que no esté bien escrito, creo que si lo está, pero me parece un escrito más sobre una mujer que se siente «victima» y ya está bien de «víctimas». Lo siento PDAC.
    pd. en tu poema utilizas un «a» que debió haber estado escrito como «ha», no soy muy afecto a señalar faltas de ortografía, pero este «a» me HA chirriado mucho». otra vez lo siento

  12. HÓSKAR WILD dice:

    Ojalá los hijos de estas señoras tuvieran al menos la mitad de la conciencia que ellas poseen.
    Mucha suerte.

  13. ALBA LONGA dice:

    Puta, esa es la palabra que cierra (y no hay ni un ápice de ironía o intención de hacer gracia en mi comentario, sino que es lo que me sugiere el texto: Gran Vía y aledaños, comienza la noche… todo suma).
    En cuanto a los otros asuntos (forma, fondo etc…) no voy a hacer comentarios, no me siento capacitada.

    Suerte.

 

 

 

 

 

 

 

Pagelines