FRAGMENTOS DE UN DIARIO METAFÍSICO
(O PEQUEÑAS ANÉCDOTAS DE LA VIDA MÍA, TUYA Y DEL ÁRBOL QUE DESCONOCE SU ETERNO Y FLUIDO EXISTIR)
RECORTE PRIMERO
Me extraña toda esa gente adulta que tiene que ser adulta. Como si un vertiginoso miedo confluyese en algún punto íntimo y tocara algo que no quiere ser visto. Y así son adultos y tienen sexo adulto y catapum, ahí tenes los meses, la espera, el dolor, el pibe. Bueno, y ahora tienen un nene y pueden volver a ser nenes. Que feliz que feliz la vida.
SUBIBAJA
Pensando que pensaba un pensamiento me di cuenta de algo infinitamente horrible
-como exagera uno con la literatura. Algo tan penosamente ingenuo como el subibaja no es más que un engaño queridos lectores, o quizás ustedes sean el engaño y el subibaja el engañado, no sé no me importa. Miren lo que subyace a tal inocencia: dos hombres, niños en potencia, luchando por la obtención de un estado más elevado el uno del otro. Sí, los hay socialistas que se conforman con un eterno vaivén o un estado equilibrado y ya deja de ser subibaja y pasa a ser un banco o atroz marxismo (¿Y el proletariado donde está? ¿Serán tus piernas la plusvalía?). De todas maneras eso no sucede a menudo o si sucede es al principio y luego cada quien quiere estar arriba, siempre arriba y que el otro lo mire desde abajo. Una técnica para obtener más peso y bajar es alejarse lo más posible del otro y posicionarse en la punta del tablón, ahí donde duele pero a la física le chupa un huevo tu dolor. ¿Qué obtenemos entonces? Claramente la separación entre los individuos forma los estratos sociales, mientras más cerca estén más equilibro toma el asunto, y no sólo eso, sino que es racista, xenófobo, ¿pesas más? te vas abajo nene. Una vez uno arriba las piernas pierden poder, uno se vuelve capitalista y depende totalmente del otro, de su peso, de sus piernas, de la plusvalía. Sí el otro se baja uno cae como relámpago y se queda solo, adolorido y sin subibaja. ¿No suena esto a la revolución del proletariado? Mirá que si me bajo te caes vos también. Engels se confabuló con el inventor de juguetes, que Capitalismo ni ocho cuartos, la revolución rusa tiene su causa en el subibaja. O quizá sea al revés, estás abajo y tenés total dominio del otro, de su plusvalía y el estrato de arriba-abajo no importa, total la gravedad no es cosa de chicos y a quien le importa esto que digo si total ni saben leer y se creen muy felices arriba y abajo arriba y abajo.
RECORTE SEGUNDO
Si Jesús hubiese ladrado… ahí te quiero ver.
SALTITO CON UNA PATA U OCURRENCIA DE ESCRIBIR UN CUENTO
Ocurrencia extraña la de escribir un cuento, más extraña la de no escribirlo.
Realmente me gustaría el poder hacer uno, que tenga un buen principio, toda una trama, un nudo y un espléndido desenlace; pero aquello no ocurre y se repite.
Vamos a ver, a intentarlo.
Historia de Raúl el inodoro.
Raúl era un inodoro de apenas cinco años cuando la familia López decidió cambiarlo por un modelo nuevo, mejor, inquebrantable, infaltable, insospechable; ¿la marca? Roca por supuesto. Raúl esa mañana se despertó ocioso y con ganas de un despertar digno de un inodoro –que censuro por la obviedad de los menores-, pero pasó el tiempo y pasó y pasó y resulta que entró un hombre no de la familia López sino de la Benitez y lo desencajó y se lo llevó. Raúl sorprendido intentó hacer algo pero pronto recordó que era solamente un inodoro y nadie escucha a los inodoros, menos a los que se llaman Raúl, y así fatalmente se entrego a su destino de pobre inodoro que resulto no ser tan pobre porque terminó como obra de arte postmodernista en una vidriera donde todos podían ir a verlo y sacarse fotos y tirar copetín incluso la familia López. Raúl fue feliz como lombriz y todos comieron perdiz.
FIN.
No, la verdad que no pasa y se repite. ¿Una novela me digo? Pero eso es interminable, y no sólo interminable, sino que gasta y se extiende en insensata charlatanería, mejor escribir piezas cortas, concisas, donde el lector pueda leer un párrafo y sentirse satisfecho de que leyó y nadie puede recriminarle que es un mediocre y un idiota.
Al fin de cuentas algo hay que leer, ¿no?
RECORTE TERCERO
Tengo que parar. Dormir interminablemente hasta terminar, abrir los ojos y voilá.
Kant me explica el a priori del tiempo, más no como manipularlo.
Extrañables, extrañables místicos.
ANÉCDOTA FICITCIA DE MÍ MUJER
Mi mujer tiene remolinos en la cabeza. Cosa curiosa que al despertar me sienta como un orangután atragantado con una cola cao sabor lima-limón. Esto no es más que producto del hambre y de que mi mujer tenga remolinos en la cabeza. De todas maneras es probable que el lector capte la sentencia relacionándolo con la idea de mambo mental, de crisis emocional, de todo eso que nos imaginamos porque somos gente grande que lee literal y unilineal las cosas. Pero no. No me refiero a que mi mujer esté estresada ni tenga un patatuí en el bocho, ni que la mate la rutina o el exceso de ocio. No. Es mucho más simple que eso, es cosa de que dejen de leer todo como piensan que es y empiecen a leer como quieren que sea. De cualquier manera eso siempre pasa, imposible que sepan a que me remito al decir que mi mujer tiene remolinos en la cabeza. O quizá si. Quizás son almas sensibles, espíritus iluminados a gracia del señor y entiendan exactamente a que hago referencia cuando sentencio la sentencia. Mi-mujer-tiene-remolinos-en-la-cabeza. A ver chafirete (me tomo la libertad de robar la expresión), analicemos algo tan complicado. MI; es probable que hable de mi persona, ó, bajo el contexto y es indicado, que me pertenezca, ¡aplausos! MUJER; subespecie de homo sapiens sapiens desvirtuado de su antecesor original pero indispensable para su forma más evolucionada (en la cual se nota un descenso de sus órganos sexuales y un aumento de su capacidad mental a tal nivel que le ha posibilitado usar corbata, crear aviones e inventar cosas tales como la filosofía que solo entristecen su peculiar existencia). TIENE; del verbo tener, que significa deseo cumplido dando lugar a la nueva etapa de desear y así sufrir y repetirse a si mismo hasta las consecuencias menos pensadas. REMOLINOS; concepto chistoso que se le da a todo lo que gira insensatamente y nos recuerda lo estupido de esta lectura. Aclaración: es plural, lo que multiplica incipientemente la sin razón del texto. EN; en este texto, en la copa de un árbol, en la punta de la escoba de la vieja del setenta y siete, en el ojo izquierdo de aquella mariposa multicolor, en el fondo del esfínter donde te nace el cáncer y agarráte, y así hasta el infinito. LA; Los Angeles (y no los de Charly); CABEZA; sitio propenso a la aparición de ideas ridículas como este texto, evocador de la representación de Schopenhauer, de materia carne y forma oblonga. Puf, ¿ya estamos? Pido disculpas de contramano por la falta de elocuencia y el cambio brusco de toda la posible significación de este texto, pero como todos sabemos, es imposible predecir cada frase por venir.
Para ir resumiendo, que mi mujer tiene remolinos en la cabeza significa nada más y nada menos que su pelo es un horror universal, que se le gira y gruñe y grita a las viejitas que pasan por plaza 25 de Mayo, o lo era, ya no recuerdo, creo se lo cortó la semana pasada y nos quedamos sin pelo, sin remolinos y sin texto.
RECORTE CUARTO
Cuando el dinero se acabe negociaremos lluvia
ÚLTIMA EXTENSIÓN CUTÁNEA QUE SEPARA HACE Y DELINEA LO QUE NO ES
Mariel se cansaba de mirar siempre a manos y que sea manos.
Indefectiblemente ahí estaba: manos, con jabón en los surcos; manos con uñas y harina y pintura y esmalte: manos. Se pensaba a si misma y a manos, se pensaba en sus trabajos plásticos y sus trabajos de cocina, la cocina y el detergente, sin guante, todo manos. Y llega el día, siempre se recae en el día.
No pasaban de las siete y cuarto y Raúl que ya llegaba. Era hora, tomar los platos de cerámica –esos lindos platos de cerámica, esos lindos platos que le gustan a la gente, a Raúl, pero no a manos- y toda ella entregarse a la tarea. Las cerámicas sobre los individuales de madera, sobre otro pedazo recortado, translucido, frío; indudablemente se trata del vidrio. Una mesa de vidrio y los vasos que la acompañan. Finalmente llega el momento, el instante donde se recae: recobrar, depositar, usar, duchar, guardar; y se repite. Cubiertos, esa extraña anomalía que intenta –y logra- enloquecer lentamente a toda buena voluntad. La mesa está en orden; proceder a lo indispensable: the kitchen.
Mariel se acompaña de manos a quebrar pastas, el incendio de Prometeo parece ser poco. Las hornallas y el vapor de las cacerolas, una de agua –metal, digamos, perdón- y la otra con salsa. El automatismo y manos y Mariel, un poco de crema y todo que se va al diablo; un espacio agujero tiempo y luego se recobra uno: Raúl ya duerme, los platos sucios y Mariel sola.
Pasadas las diez y media Mariel se da cuenta, fatalmente se da cuenta. Lavadas las cerámicas, enjuagados los vasos y trapeada la mesa Mariel se da cuenta. Mariel y solo Mariel se mira lo que antes era manos, gira intentando comprender, mueve y ondula tratando. Aún así no comprende. Manos ya no es manos, Mariel no puede siquiera agarrarse a manos para corroborar delirio tan inconmensurable. Ya Mariel no podrá volver a enjuagar y recaer en el día, guardar ni clasificar cubiertos.
Mariel saluda a garfios. El día de lo que será; y no fue.
RECORTE QUINTO:
Sosiego piadoso que acontece al acto no premeditado, oportuno caso para saborear cielos y masticar infiernos.
POSIBLES AGUJEROS ESPACIO-TIEMPO DE UNA ESCALERA
Luego de releer Instrucciones para subir una escalera (dulce Cortázar) tome conciencia del error –y la farsa- en el cual estaba inmerso. No existe dicho manual capaz de anticipar la inmensidad de sucesos oportunos e inoportunos del automatismo mencionado; el agorafóbico miedo invade entonces. Migaja se quiebra, gota se escurre gato maúlla por lo alto, viento peina pestaña, puerta anuncia; ultimo escalón, miedo sucumbe. El ocio, la entrega, nuevamente nos enfrentamos a ella, pero de sentido inverso. Vacío, nadie ha escrito siquiera la sátira del no-manual, pánico. Se piensa, racionaliza y, sin darnos cuenta, nos encontramos abajo nuevamente.
Miedo activo, miedo inactivo; simple.
Segundo minuto hora día mes año, que importa, se la vuelve a enfrentar. Obstáculo nuevo, sexo opuesto en dirección opuesta nos bloquea, nos induce. Maniobramiento equivoco de los pies y errores faciales, labios y brazos se encuentran, automatismo y razón fallando; nuevo plan: cero. Se maniobra se intenta se siente. Escalera da fin, agujero espacio-tiempo no cesa, desprende nuevas e infinitas escaleras. Maniobramiento nulo, sentimiento elevado; automatismo y razón al borde del suicidio. Carnes simbióticas nacen desgarran unen en inexplicable ritual; sentimiento disminuyendo placer engendrado. Escalera muere transmuta aflora: algodón poliéster madera sudor lagrimas gritos. Apocalipsis inminente y consumado, físico recobra razón, orden vigente. Vago sentimiento de vergüenza da comienzo, la ducha, el jabón y la escalera permanecen intactos. Ella repite el automatismo del no-manual, pronto almorzaremos.
RECORTE ÚLTIMO:
Se es lo que se es. ¡Sé!
92-Fragmentos de un diario metáfisico. Por Andrés Rián,Enviar a un amigo Imprimir
Debe olvidar a su psicoanalista durante una temporada, aunque sea lacasiano…
francamente se me hizo una pérdida de tiempo el haberlo leído, pero algún mérito debe tener para estar en esta antología.
Comentario 1: Sin comentarios.
¿Por qué? : Y ¿por qué no?. O tal vez porque sí. Bueno, no sé, es todo tan confuso.
Seguir el rastro de la ciudad es sorprendente
¿¿Antología??
Curioso.
Ah.. del relato. Me quedo con la última frase. Se puede escribir un tratado nada breve con, sobre ella. O toda una biblioteca.
Con el resto, pues…
Buenísimo. Una obra maestra.
Müller o Artaud, incluso Lautreamont, tienen a menudo un estilo muy semejante. No obstante en ellos, a pesar de un lenguaje tan surgido de las entrañas, te conducen a algo. El problema que veo con tu relato es que no conduce a ningún sitio o quizá tenga demasiado sueño para captarlo. En cualquier caso te doy mi enhorabuena por atreverte con el formato, es muy valiente.
Antistenes, chato, será escuela lacaniana y no lacasiana, a no ser que haya una corriente que trabaje con lacasitos 😉
Suerte.
Seres.. ¿lees para que te conduzcan?
¿Valiente? Extraño concepto del valor.
Comentarios cada vez más curiosos.
Ahora que sé que su mujer tiene remolinos en la cabeza y que la revolución rusa tiene su origen en el subibaja, me quedo más tranquilo.
Mucha suerte.