Si hubiera sabido que iba a ser presa de la nocturnidad, y que alguien iba a velar mi sueño, tal vez habría entrado en aquel pueblo despierta. Matías estaba enfadado con lo del fin de semana, pero no había podido hacer nada para evitar el encargo.
Mi jefe lo había «sugerido» con ese tono que le conocía y que no podía pasar por alto, era una orden, camuflada de favor personal. Todo era un tanto peculiar, no era un caso como tal, no había demanda, al parecer solo se trataba de una mediación, de ahí que tuviera que ser en fin de semana. El párroco del pueblo había sido compañero de estudios de mi jefe en los jesuitas, la lealtad era muy importante para él, pero por supuesto no iba a ser él, quien mediara, la implicación personal, «ya me entiendes..», fue su última frase. El “senyoret” del pueblo, tenía en su casa familiar, una casona grande, vestigio de la época de esplendor, la talla de la Virgen del Amparo, patrona del pueblo, virgen que cada año en las fiestas patronales, se desplazaba a la Iglesia, para salir en procesión. Durante el resto del año, unas feligresas devotas se ocupaban de hacer las tareas de camareras de la virgen, mantenerla limpia, restaurar sus ropas, y tenerla siempre con flores.
Toda esa labor resultaba más complicada al encontrarse dentro de una capilla particular, y ahí estaba mi trabajo, mediar para que el “senyoret” aceptara que la talla se trasladara para siempre a la Iglesia, haciendo mención con una pequeña inscripción, agradeciendo a su familia la custodia durante tantos años y su posterior donación.
El pueblo estaba situado en la Marina Alta, era un lugar tranquilo, aunque invadido por el turismo cercano, y sus gentes al mismo tiempo que se mostraban abiertas, guardaban celosamente su arraigo. Llegué alrededor de las 18.00 del sábado tarde, ese había sido el motivo que enfadó Matías, era incapaz de entender porque una cita de trabajo tenía lugar en sábado, y más aún cuando supo que pasaría la noche, pero estaba acostumbrada a trabajos «raros» con mi jefe. Me dirigí al despacho parroquial, allí tenía mi primera entrevista con el párroco, él debía contarme los pormenores, después cenaría en la casona con el “senyoret”, la otra parte, la casa funcionaba como albergue rural, aunque según mi información, el pueblo entero la boicoteaba, y no debía irles muy bien, cosa que a su propietario no parecía importarle mucho, su gran fortuna permitía seguirla manteniendo. El párroco, no estaba, la señora bajita que me abrió la puerta, puso cara circunspecta al decirme que una urgencia le tendría alejado esa tarde del pueblo, añadiendo -«campanas a muerte, ¿me entiende usted señorita?-, le expliqué el motivo de mi visita, a lo que me remitió a la casona, al parecer no esperaba que D. Jenaro volviera antes de la medianoche. Indicándome el camino que debía tomar se despidió de mi con una sonrisa extraña «Tirali, Aixó es bufar en caldo gelat, el senyoret es un borinot».
La casona, era impresionante, un palacete de unos 2000 m., rodeado de un frondoso jardín, con dos palmeras franqueando la entrada, un hombre me esperaba en la puerta. Me impresionó su voz, siempre pensaba que la voz era mejor carta de presentación que el aspecto, y en este caso, ambos concordaban. Desde el primer instante me sentí acogida calidamente, me entregó la llave de mi habitación y me acompañó hasta la puerta, despidiéndose con esa frase tantas veces escuchada en el cine «la cena se servirá a las 9», y me quedaron tantas preguntas en los labios, que su sonrisa respondió en un segundo.
La habitación no me sorprendió, porque todo en ella era esperado, la cama alta de hierro, las contraventanas, los cortinones, la descalzadora, el olor a azahar. Para mi tranquilidad comprobé que la habitación contaba con cuarto de baño completo, por un momento pensé que tendría que salir a aquel largo y oscuro pasillo, empecé por una ducha rápida, prefería cambiarme y bajar a ver la casa aunque no fueran las 9.
La cena la sirvió una dulce ancianita vestida de negro y mi anfitrión fue contando la historia de su familia, de la casa, y de la talla, que me había llevado hasta allí. La propiedad de esta se remontaba a 1885, fecha en la que la familia Mons mando tallarla a un artesano de Valencia, para sustituir la existente más pequeña y de menor calidad, pero la matriarca del momento exigió que siempre estuviera ubicada en la capilla de la casa. Me aclaró que no estaba dispuesto a faltar al deseo de su antepasada, argumentando que cada generación se había visto obligado a cumplir este deseo. Y llegado ese punto, añadió como de soslayo una frase en voz bajita «imagino que ya sabrá lo de la maldición». Por supuesto le aclaré que no sabía nada de eso, y empecé mi disertación sobre los motivos de mi visita, barajando todo tipo de posibilidades que el pueblo le ofrecía en cuanto a la disponibilidad de la talla en determinadas fechas, los agradecimientos públicos, el bien que haría a su vecindad, y cuantas cosillas por el estilo se me habían ocurrido. Ferran me miraba calido, entendiendo cada cosa que decía, y en su mirada fui viendo que nada iba a hacerle cambiar de opinión, así que las palabras fueron extinguiéndose, apagándose, como si hubiera olvidado el motivo por el que me encontraba allí. El magnetismo de la mirada de Ferran, creó un campo alrededor de mi memoria, un campo donde no había un antes, una laguna en el tiempo, un gran charco en mi memoria, solo escuché su voz. Durante todos estos años su familia había creído que si alguien se desprendía de la virgen su alma vagaría incansable hasta restablecerla, nadie sabía el porqué de esa maldición pero inexplicablemente todos acataban el deseo de Doña Herminia, una mujer con una fuerte personalidad, que al parecer no creyendo que sus descendientes cumplieran su deseo, invento esa maldición. Me parecía inverosímil que hoy día siguieran creyendo que eso podía ocurrir, pero cada vez que Ferran dejaba caer su mirada sobre mí, veía inútil la petición de Don Jenaro y el pueblo. Cuando la ancianita nos sirvió el postre y una infusión, se despidió, dejándome una sensación de estar indefensa ante la mirada de Ferran. Y lo estaba, indefensa cuando en la puerta de mi habitación al despedirnos y besar mi mano, la otra se pegó a mi cintura, como si no existiera la diferencia entre su piel y la mía, se derritió y fui notando como bajaba liquida por mis caderas, y volví a encontrarme nadando en esa laguna intemporal, en la que no quería saber ni oír nada que no fueran sus susurros.
La mañana siguiente desperté con un aroma a azahar y un recuerdo vago de lo que había ocurrido la noche anterior, demasiado vago para estar tan reciente. Bajé al comedor dispuesta a desayunar y tratar la negociación, no podía creer que todo se fuera al traste, que hubiera sido capaz de caer en las redes de este hombre, se supone que tenía que convencerle, que había que negociar, que tenia que volver con una virgen como trofeo, en cambio había despertado rodeada de flores y con la piel repleta de estigmas y polen.
El café en esa casa no era tan negro como las esperanzas que tenía acerca de mi trabajo, no sirvió el desayuno la misma mujer de la noche anterior, era también entrada en años, pero más arisca, con un acento cerrado apenas ininteligible, solo acerté a entender «El senyoret baixara de seguida» aunque sabía que algo más había mascullado. Cuando degustaba mi segunda tostada, irrumpió un señor en el comedor, disculpándose por la tardanza y por haberme dejado sola la noche anterior, pensé que era el párroco y no me gustó demasiado la idea, me iba a resultar incomodo el desayuno con ambos contrincantes y yo respirando aún azahar, pero según iba hablando tuve que interrumpirle – Disculpe es usted D. Jenaro, ¿verdad? –
– No, por dios, siento haberla confundido, usted no tiene porque conocerme, para mí ha sido más fácil saber quien es usted, soy Ferran Mons –
Estaba desconcertada. Así que pregunté por su hijo. Mi desconcierto fue en aumento, su única hija vivía en Londres, intente tranquilizarme, de lo que estaba segura es que este hombre no era con quien había cenado, ni por supuesto el hombre que me lleno la piel de azahar, no era el hombre que me susurró letanías nocturnas en esa gran cama de hierro, ni el hombre que atravesó mi cintura para adherirse a mi cadera. No era, simplemente no era. Cuando mentalmente hube ordenado en mi cabeza lo que quería decir, le relaté todo desde mi llegada, omitiendo el final de la noche.
– Señorita, he llegado esta mañana de Madrid, intente avisar a su jefe, pero ante la imposibilidad de contactar con él, lo más que pude fue hacer que Rosa le preparará la cena y una habitación, pensé que aprovecharía para charlar con D. Jenaro , puesto que necesitará hablar con él, pero el párroco es un viejecito, nada parecido a un atractivo hombre de unos 40 años, no tengo ni idea con quien ceno anoche, no hay huéspedes y no creo que nadie se haya colado en la casa esta noche. Todo esto es incomprensible. –
Intenté no prestarle mas atención a lo ocurrido, y me centré en intentar esclarecer algo sobre la cesión, pero mi capacidad de asombro no había llegado al limite, el fin de semana pretendía estar cuajado de extrañezas, el nuevo Ferran sentenció el asunto de mi visita cuando me hizo saber que le era imposible ceder la talla puesto que no estaba desde hacia un par de años. ¿Que estaba ocurriendo en ese pueblo?, nadie me dijo que los dos últimos años no hubieran sacado a la virgen. Según Ferran, el pueblo entero creía que él guardaba la talla con la intención de no cederla, pero nada más lejos, dos años atrás, a la vuelta de un viaje a Londres, encontró a Rosa llorando, alterada y murmurando – «ha tornat a fer-ho, el senyoret ha tornat a fer-ho»- . A mi pregunta de que es lo que había vuelto a hacer, Ferran simplemente me dijo, – Sígame- .
Entramos en la capilla, una preciosidad neogótica de caoba, y allí en el centro, erguida, impasible, vigilante, atenta a cualquier nocturnidad, majestuosa, una lechuza parda disecada. Ferran me explicó que no se encontró explicación a aquello, lo mantuvo en secreto, no le vendría nada bien al pueblo, otra historia más de fantasmas, que era lo que Rosa intentó hacerle creer, decía que cada vez que alguien intentaba sacar la talla de la casa, El senyoret rompía los planes de alguna forma, Ferran Cantó Mons, hijo de D. ª Herminia. Corría la leyenda que al intentar vender la talla, un extraño accidente en una escalera acabo con él, y desde entonces vagaba por la casa custodiando la Virgen.
En estos dos años nadie había entrado en la capilla, por lo que nadie sabía que la Virgen estaba desparecida, y así pretendía el actual propietario de la casa, no quería que sobre su propiedad cayera el titulo de casa encantada, y estaba convencido que en algún momento iba a volver a aparecer la talla. Sentía haberme hecho ir hasta allí, pero debía comprender que la situación no era como para habérsela explicado a mi jefe por teléfono, pedía nuestra discreción. D. Jenaro sería fácil de engañar, a Ferran no le importaba los motivos a dar, solo quería que se dejara el tema dormido.
En cuanto a mí, entendí todo, en el instante en que junto a la observadora lechuza, vi unos ojos envolventes, y percibí un aroma a azahar que iba penetrando por los poros de mi piel. El fin de semana terminó y afuera la lechuza ululaba sintiéndose vencedora.
264- El Senyoret. Por Violeta Nerolí,Enviar a un amigo Imprimir
Un relato magnífico, verosímil y con un ritmo trepidante.
Enhorabuena
Un relato especial lleno de mediterráneo , azahar, estigmas y magia. Merece un premio tanta sensualidad.
Las sopresas que guardan las vírgenes. No hay que fiarse.
Mucha suerte.
Aunque veo algún pequeño error ortográfico que empaña la lectura como «dios» con minúscula y un par de «porque» cuando deberían ser «por qué»… he de decir que estoy completamente de acuerdo con Hank. Suerte en el concurso.
me ha encantado…enhorabuena…
Rita
Pues a mi me ha resultado muy difícil de leer. Me ha parecido que había un exceso de comas y algunas ocupaban el lugar dónde tendría que haber habido puntos. También había errores que el autor debería haber repasado antes de enviarlo.
interesante relato, pero a mí me pareció un tanto confuso. suerte
Gracias ante todo..haberlo leído ya es un pequeño premio..
Entono «mea culpa» por los errores…que sería de mi sin mis imperfecciones..
Me preocupa más que haya resultado confuso, eso es más dificil de corregir.
Suerte a todos y gracias!
MUY LEVANTINA,, MUY DE AQUÍ, CON SU PÁRROCO. SI VIRGEN,SU SEÑORITO Y LA DEVOCIÓN, AMENA Y ENTRETENIDA, Y CON LA TURISTA ACCIDENTAL DANDO VUELTAS POR EL PUEBLO…SEGURO QUE REVOLUCIONANDO A LOS PAISANOS…MOLT BE.
Más de medio relato se le va en descripciones. He quedado anodadado, en todo caso, al saber que el «aroma de azahar penetra a través de los poros de la piel», aunque me ha resultado simpática la lechuza, mira por donde…
Gracias enddark! cada pueblo da para una historia…
antístenes ya le he explicado en su relato como penetra el azahar por los poros de la piel…; estaba deseosa de su critica, gracias!
Las descripciones licuadas dejan una sensualidad que se acerca tanto a la realidad tangible que puedes sentir en la piel las letras a poco que cierres los ojos. Me gusta. SUERTE.
Dentro de los comentarios que te han echo, lo que me queda por decirte que es extraordinario.Me gusta.MUCHA SUERTE
Una excelente historia, Vio. Los cuentos de fantasmas siempre me han gustado. En el tuyo, a pesar de todos los pormenores de la casona, la forma extraña de hacer la mediación y el recibimiento nocturno, nunca pensé que el anfitrión de la noche, no fuera el de la mañana. Felicidades.
una historia genial! me ha encantado!
te deseo toda la suerte del mundo, te la mereces!
ojalá que ganes!!!!!!!!!!
muchos besos guapa!
Un relato correcto a excepción de algunas tildes, de fácil lectura. Imaginativo y envolvente, está bien.
Muy divertida. Tienes una gracia para hacer fluida la historia que me ha hecho leerla con atención desde el principio. Suerte
He disfrutado con la lectura. Suerte
Hola Violeta; tienes mi voto… y mis sentida y sincera admiración.
Suerte y un beso.
Suerteeeeeeeeeee¡¡¡¡¡¡¡¡
Una lectura amena y entretenida.
Un besooooooooooo
El relato es muy bueno, Violeta. Me ha gustado. Felicidades y suerte!
Descontando las pequeñas imperfecciones que ya te han mencionado, creo que la historia es aceptable y que mantienes la intriga sin descuidar el lenguaje.
Te deseo suerte en el concurso.
Con sólo leer el primer párrafo, ni se sabe qué va a contarnos el narrador en este relato. Ya no hablemos de que se intuya, a falta de elementos concretos y tangibles. El resto, por tanto, puede ser cualquier cosa. El relato, sin embargo, va por los 32 puntos; destacado, en cierta manera, sobre la media.
¿Qué es lo que se vota, en realidad, en este certamen?
A ver si de enteran de una vez M Hurtado y compis, el premio del público es la fiesta de los amigos de los participantes y se vota por lo que cada uno quiere. Por que es amigo, porque me gusta el relato, porque me he apostado con mi amigo que este o el otro gana, porque estoy aburrido y le doy a las estrellitas o a las manzanas o lo que sean y sobre todo porque puedo y quiero votar y no tengo porqué dar explicaciones.
Que el certamen es cosa del jurado pero este del público es para nosotros joerrr. A ver si dejamos en paz a la gente disfrutar de lo poco que se puede.
Que pesadez.
Cuento y Pilu, muchas gracias por vuestra lectura…y vuestros buenos deseos!
Maparo a mi también me gustan las historias de fantasmas..de hecho tengo algunas, y por supuesto siempre es un fantasma seductor…
Gracias por tu lectura!
Patricia la competencia es dura…hay relatos muy buenos!
Gracias por tus deseos
Ruiz de la Muela, es cierto que siempre fallo en tildes…las prisas, pero me reconforta que la lectura sea amena y fácil, no le vamos a quitar el trabajo a los correctores, no?
Gracias!
Canquel y Edward Teach, llegar con ganas al final no siempre es facil, Gracias por vuestra lectura!
Gracias Manuel, Loli, y Josebal, me guardo vuestra suerte…
M Hurtado, pues imagino que se vota lo que a cada uno le gusta, puesto que para elegir realmente está el jurado, y a esos ni invitandoles a cañitas, pero en cualquier caso, me parece lógico que no le cuente en el primer párrafo todo..debo hacer que llegue al final, ¿acaso no recuerda que en los conos de helado la punta de abajo era lo mejor? pero nadie le daba a probar esa punta..siempre había que comer el helado por arriba.
Entiendo y acepto que no le guste;recuerdo que de pequeña conocí a alguien que no le gustaban los conos de helado y por ello dejaba de jugar con él.
Gracias!
Ay…quise decir «no por ello dejaba de jugar con él» (me traicionó el subconsciente..)
Lo siento M Hurtado!
Osezno anda dime cual es tu relato..que vea a ver si le pongo alguna estrellita (siempre que me guste…)
Gracias, me resultó muy simpático tu comentario, se capta el sentido que tiene la votación popular..no deja de ser nuestro pequeño juego, verdad?
No concurso Violeta, pero si tengo varios amigos que lo hacen este y otros años. Luego me engancho y me leo unos cuantos y aparte hay gente que me cae simpatica por los comentarios y eso…
A lo mejor debí dejar mi opinión en el hilo del premio del público, porque fue el comentario de Esperanza00 el que me revolvio, pero estaba por aqui y con la pregunta de Hurtado ya me se me fue la pinza.
Te dejo unas manzanas porque me ha gustado tu relato y me caes bien.
Yo también te dejo unas manzanitas, y eso que no nos conocemos ni somos amigas ¿Será porque me gusta? Igual es por eso. Muy bien Violeta.
Ah, y que viva Osezno.
Mi comentario, Osezno, no hablaba exclusivamente de los votos. No me quejaba del sistema de votos ni de nada de eso. Protestaba un poco por el tono de los comentarios, y por las envidias que se habían generado desde mucho antes de que llegará las votaciones.
Coincido con usted: este premio es nuestro. Además es bastante divertido; esta web, este certámen, consigue atraparme de nuevo. También admito que mi comentario era un poco exagerado.
Muy bueno el relato. Dejo mis manzanas. Devórelas gustosamente, golosa Violeta Nerolí.
Saludos y suerte
No entiendo porque discuten la validez de los votos de este relato si el verdadero problema es otro; que los organizadores de este certamen nos dicen que votemos «con un máximo de diez estrellas», cuando en realidad son manzanas lo que otorgamos. Me parece que no es serio y que nos están tomando el pelo y lo peor es que en realidad se parecen a naranjas chiquitas, lo cual es una blasfemia porque las manzanas son más dignas y está repleto de ejemplos literarios que abalan las virtudes del mencionado fruto, pero que sean naranjas me indigna a tal grado, que me vi en la necesidad de escribir este mensaje en el espacio de la compañera, que le mando un abrazo y le dejo las manzanas, «estrellas» o naranjas chiquitas. Espero poder obtener respuestas de los concursantes sobre este preocupante tema, estoy sin dormir, dándole vuelta al asunto
Hola Violeta, tu relato me ha gustado mucho, tiene un halo de misterio y sensualidad que engancha. El lenguaje sencillo y correcto, con algunas expresiones muy acertadas.
Suerte!!!
Tu primera frase me ha dejado desconcertada e intrigada … y después han llegado momentos breves y sublimes (decirlo al revés habría sido una reiteración grosera). Me has dado una imagen y un aroma, que debo agradecerte. Será porque yo también soy una florecilla, o no, pero por eso me has ganado. Enhorabuena, Violeta.
He entrado a ver como iba el relato de mi amiga y me encuentro con insinuaciones absurdas…. sí M HURTADO, has leído bien, VIOLETA es mi amiga y le voto por eso, además de porque el relato es bueno, porque me gusta como escribe, como transmite, porque escribe con mucha gracia y mucho arte que parece que despierta tu envidia y también porque si gana nos iremos a cenar para celebrarlo y la fiesta con amigos siempre es estupenda….quizá ahí encuentres la respuesta a la pregunta que planteas.
Una cosita, tu relato no tiene tantos puntos???aysss que pena…
Un beso para ti VIO…y suerte, ojalá ganes, tu relato lo merece!!! 54 manzanitas y subiendo.
Realmente es un relato digno de publicarse. Violeta, por favor, nunca dejes de escribir.
Un abrazo,
Nemesio.
Adafina..gracias por tus manzanas! y eso de que no nos conocemos ni somos amigas que más da! acaso hay impedimentos para serlo?
Dulces me saben Esperanza!
Y como dices…es divertida esta forma de leer y puntuar, amén del juego que nos estan dando los comentaristas y las manzanas!
O no es así luchoX? tampoco es mala idea que fueran naranjas…
Gracias a ambos!
Roberta B. ya te dije que teniamos un personaje inexistente en ambos relatos…
Gracias!
Gracias Yasmina! y si eres una florecilla seguro que los aromas te son propicios, propios y prometedores.
B-gus…si es que eres toda temperamento!!
Gracias guapa….y da por hecho que gane o no..hay cena! es más la proxima luna llena, cena, terraza, velas y piscina, hace?
Gracias!!
Por mi parte ningún impedimento, ya soy amiga tuya
Je, je….por supuesto que sí…y cuándo es la próxima luna llena??? Pero eso ya me lo dices por móvil que si no dirán que te voto sólo por invitarme a cenar, jajaja!!!!
De nada!!!!
Un besete
Enhorabuena por el relato. Sin duda una nueva leyenda urbana que tiene a la sorpresa como aliada.
Tiene su enjundia malévola. Una protagonista seductora: esta especie de agente chica 007 (con jefe mandón y todo), cargada de pensamientos ardientes que lo mismo sabe resolver la mediación para el traslado de una Virgen que, estoy seguro, dar con el almacén donde guarda los dientes el Ratoncito Pérez.
El mago Merlín se tiraría por la ventana de pura rabia si le presentaran a tu protagonista.
Al margen de la parafernalia mística con la aparición de fantasmas libertinos, lechuzas y todo ese tipo de gente, el cuento rezuma vitalidad mediterránea y socarronería huertana.
Y el estilo se atiene al guión (a ratos algo explicativo), que avanza sin estridencias.
El final es de primero de licenciatura en Ciencias Quimerísticas. Estupendo.
Algún acento se ha dispersado, pero volverá.
Enhorabuena.
Nadrosual muchas gracias por tu lectura! cuando al menos se consigue eso, ya es mucho.
Luc, tu comentario me ha encantado! has captado la esencia de la historia…muy bien!
Gracias!
He pasado un rato agradable leyendo tu relato.
Felicidades.
Gracias Atenea, buscaré tu relato.
Estimada Violeta:
Muchas gracias por pensar que ‘Cartas desde París’ merece un pequeño reconocimiento. Por otra parte, me pregunto si esa cena a la que se alude en los comentarios con velas, piscina y luna llena será de entrada restringida o habrá hueco para una aprendiz de casi todo.
Te deseo muchísima suerte en el Certamen.