Me acaban de dar pasaporte
Permiso sellado, en sesiones.
Dolor en radiaciones
para seguir viviendo.
Hay que luchar- me dicen-
tienes que ser fuerte.
Y yo sonrío… y ellos me miran.
Les enseño el papel que me condena
a un viaje hacia el horror y el miedo.
Hay que ser fuerte para vivir
–les digo-
para morir sólo hay que dejarse,
aceptar que somos polvo
y al polvo volveremos.
Que estamos de paso
recorriendo la grava del camino
para llegar precisamente aquí
a la hora plena
a la hora del reencuentro
cuando Él me llama.
Quiero estar solo, prepararme
llegar sereno a mi destino
y encontrarme allí con mis amigos,
mis maestros:
San Juan de la Cruz e Ibn Arabí.
No lloréis por mí, buscadme en el Amor.
Impactante para empezar. Después me deja un aire de aceptación de lo inevitable como algo que debiera ser natural y no lo es.
Me ha removido.
Suerte amigo.
Coincido con Henri,es muy difícil aceptar así el momento de la muerte.
Es un poema hermoso y triste a la vez. Suerte.