El aḏān, la llamada a la oración convocando a los fieles al salat, devolvió al filósofo a la realidad. Había estado tan ensimismado en sus pensamientos que a punto estuvo de olvidar sus obligaciones, tales eran los nervios de Abú al-Walid Ibn Rushd, más conocido como Averroes, ante el inminente encuentro con el hijo de Platón.
El cordobés había oído hablar mucho de aquel muchacho imberbe que tan precozmente había obtenido la Iluminación, lo que avivó el fuego en su interior al poder compartir sus preguntas sin respuesta ante alguien que no miraba con la mente y el raciocinio sino con un espíritu abierto a las revelaciones de Alá. Leer más