175- El Secreto de Mademoiselle. Por Ambrose Bierce
- 15 julio, 2011 -
- Finalistas Premio Público, Relatos -
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‘rucke di guck, rucke di guck,
kein Blut im Schuck:
der Schuck ist nicht zu klein,
die rechte Braut die führt er heim.’.[1]
Aschenputtel, J. & W. Grimm
ACTO SEGUNDO.
Lo único que asomaba en la superficie del parterre era la boca deformada en una horrible mueca. Un rosal empezaba a brotar entre la hilera de dientes ennegrecidos por la putrefacción. La princesa amontonó la tierra revuelta para ocultar aquel macabro alcorque. A continuación recogió la pala y recorrió el dédalo de senderos que configuraban el laberíntico jardín.
—¡Tesoro, Tesoro! —voceaba a la vuelta de cada recodo.
Tesoro acudió por fin a la llamada, sacudiendo agradecido la cola y arrastrándose hacia sus pies en señal de sumisión.
—Ven aquí, perro bonito, ven con mami.
El can la miraba con expresión alegre y satisfecha. Cenicienta descargó un solo golpe con la pala sobre su cabeza y le abrió el cráneo.
—No escarbarás más donde no debes —sentenció—. Después, arrastró el cadáver del animal hacia el lugar donde le daría secreta sepultura. No pudo evitar una sonrisa malvada cuando cayó en la cuenta de que aquel jardín se parecía cada vez menos a un vergel y cada vez más a un cementerio.
ACTO PRIMERO.
A Cenicienta le angustiaba el acoso al que la sometía el viejo verde. Intentando esquivarlo, pasaba las horas fuera de palacio, perdida entre la espesura de los jardines, con la excusa de pasear al perro faldero que tanto apreciaba su marido el príncipe. Esa mañana, y a pesar de su cautela, se topó de bruces con el anciano en un rincón apartado de una escondida arboleda.
— ¿Acaso me rehuís, Alteza?
— ¿Debería tener algún motivo para rehuiros, Monsieur?
— No más que ese perro que no se despega de vuestras faldas.
— Cumplí mi parte del trato. Cuando os conocí erais tan miserable que, si hubierais muerto en ese momento, ni siquiera habríais dispuesto de dos monedas para sellar vuestros párpados. Os saqué de la ruina en la que malvivíais para convertiros en médico de la corte. La salud y la vida de Su Majestad y la del príncipe están ahora en vuestras manos. ¿Aún no estáis satisfecho?
— Tened en cuenta que hasta el perro más fiel mordería a su amo si no está bien alimentado —amenazó con sutileza mientras acariciaba a la mascota de la princesa.
— Sí, pero hasta el perro más voraz terminaría por saciarse tarde o temprano.
— Bueno —sonrió aceptando la alusión—, vos sabéis mejor que nadie que la ambición de un espíritu malévolo no se puede contener en un recipiente pequeño.
— ¿Qué queréis de mí? ¡Decidme, pronto!
El doctor no ocultó una mirada hacia el escote de la princesa, donde entretuvo un buen rato la vista sin disimular su lascivia.
— Si Su Alteza fuese un poco más complaciente —añadió con sorna—, resultaría menos costoso para éste, su humilde servidor, mantener a salvo nuestro pequeño secreto —el anciano sonreía y se palpaba con suavidad un objeto oculto en el costado de su levita.
Cenicienta no se percató de éste último gesto porque se encontraba admirando una crátera de cerámica que hacía las veces de macetero. La vasija, decorada con motivos mitológicos, representaba una escena en la que Lilith, la primera mujer de Adán, chantajeaba a Yahvé con revelar su mágico nombre a su desdeñado consorte. A la princesa le pareció muy irónica aquella coincidencia.
— ¿Cuál es vuestra decisión? —inquirió el médico, que empezaba a impacientarse.
— ¿Mi respuesta? No tardaréis en conocerla…
La princesa levantó la vasija con ambas manos y la estampó sobre la cabeza del chantajista, que cayó herido de muerte a sus pies sin proferir ni un solo gemido. Cenicienta interrogó al cadáver con desprecio:
— ¿Es lo bastante grande este recipiente para vos?
A esas horas, el jardín solía estar desierto, así que le alivió comprobar que no hubo testigos de su fechoría. Ahora necesitaba encontrar un rincón conveniente donde enterrar al desdichado matasanos. Los jardineros acababan de terminar la plantación de una nueva variedad de rosales en una parcela próxima a un elegante gazebo de haya levantado en la intersección de dos avenidas de álamos temblones. La tierra no volvería a ser labrada en varios años, así que el lugar parecía idóneo para ocultar el cadáver. “Después de todo, me resultará muy difícil olvidarme de vos”, pensó con cinismo al percatarse de que serviría de abono para las rosas que perfumarían su estancia.
ACTO TERCERO.
Al príncipe le disgustaba esperar cuando requería la atención de alguien, así que Cenicienta se apresuró a cruzar el patio de armas y a punto estuvo de ser arrollada por un pelotón de zapadores que abandonaba el castillo a la carrera, cabalgando en dirección a la aldea.
Cenicienta ascendió rauda la escalinata de la torre del homenaje y no descansó hasta llegar a la estancia más alta, el salón de caza donde el príncipe solía pasar las tardes estudiando documentos que requerían su firma o simplemente meditando.
El príncipe la aguardaba sentado frente a la chimenea en un gran sillón estilo Reina Ana que lo ocultaba a su vista. Cuando sintió la presencia de su amada preguntó, con semblante triste y sin retirar la mirada del fuego:
— ¿Recuerdas, querida, el día que el Rey, mi padre, nos regaló a Tesoro?
Cenicienta se dedicó a inspeccionar los tapices que cubrían las paredes, fingiendo desinterés por la pregunta. Su marido, que no esperaba ninguna respuesta, continuó:
— Debes recordarlo puesto que fuiste tú misma quién lo bautizó. Nada más dejarlo en el suelo, el pobre corrió hasta la mesa para recoger con las fauces mi espada, que yo mismo había arrojado en ese lugar. Aunque desconocía a su dueño, se dirigió hacia mí y la depositó a mis pies. Mi padre comentó admirado: “Trata siempre bien a este animal, pues quien reconoce de modo tan natural lo que más conviene al cuidado de su dueño, algún día le prevendrá contra las asechanzas de sus enemigos e incluso le salvará la vida”.
—Estúpidas ocurrencias de un viejo chocho —apuntilló Cenicienta, que sentía un particular desprecio hacia su suegro.
El príncipe seguía sentado junto al hogar, sin dirigir la mirada a su interlocutora. Entonces introdujo su mano en un bolsillo de su batín y extrajo un papel plegado que desdobló con mucha ceremonia.
— Esta mañana, cuando apenas había tocado mi desayuno, Tesoro me trajo entre los dientes esta nota manuscrita. Su contenido es tan inquietante que te hice llamar para solicitar tu opinión al respecto. Permite que te la lea. Es muy breve pero bastante reveladora.
El príncipe se incorporó y comenzó a recorrer el salón mientras leía en voz alta la misiva.
“Yo, Maurice Jambenoir, hijo de René y Eduardine, natural de la Aldea de A…, donde vi la luz por primera vez el tercer año del reinado de La Más Graciosa de Sus Majestades, a quien Dios guarde por muchos años, disfrutando en la fecha de la rúbrica del nombramiento de Médico de la Cesárea Majestad del Sr. Emperador, pongo por escrito de mi puño y letra, para mayor defensa de mis intereses y de mi propia seguridad y la de mi familia, lo siguiente:
Que siendo todavía un modesto médico rural en la aldea de mi nacimiento, se presentó en mi morada la noche del 23 de julio de 17… una misteriosa dama que se hacía llamar a sí misma Mademoiselle Javotte, la cual dama conducía sin ayuda de lacayo alguno una carreta cubierta en cuyo interior ocultaba un cadáver recién estrangulado. Según me fue dado a entender por la mencionada dama, el cuerpo inerte pertenecía a una sirvienta a la que apodó Cenicienta, y a la cual entendí, tras veladas insinuaciones, que ella misma había dado muerte con sus propias manos. Por motivos que no se avino a razonarme, la tal Mademoiselle solicitó mis servicios de cirujano con el insólito propósito de que, aquella misma noche, le implantara los pies de la doncella muerta después de amputar los suyos propios, todo ello bajo la amenaza de hacerme cómplice de su crimen si no cedía a este requerimiento. Por el bien de mi persona y de mi familia y, ¿porque negarlo?, por los muchos beneficios que la asesina prometió ofrecerme si cumplía pronto con tal petición, resolví proceder con tan extraña operación, de cuyo éxito puedo dar cumplida cuenta dónde, cuándo y a quien me lo requiera. Como testimonio de estas mis terribles afirmaciones permanecen los restos del cadáver sin extremidades de la mencionada Cenicienta y los pies desmembrados de Mademoiselle Javotte, que la justicia y todo aquel que esta nota lea descubrirá enterrados en el jardín de mi antigua vivienda, cuya situación se explica en el croquis al pie dibujado. Todo lo cual firmo a 17 de septiembre de 17…”
El príncipe volvió a plegar el trozo de papel y, tras un suspiro ahogado, informó a la princesa:
— Acabo de ordenar al comandante de la guardia que envíe un pelotón de zapadores a la aldea con la misión de remover hasta el último terrón de ese jardín. Por nuestro bien mutuo, espero demostrar así la falsedad de lo que se explica en esta carta. ¿Tú no deseas lo mismo, Cenicienta querida? ¿O debería decir Mademoiselle Javotte?
Cuando el príncipe giró la cabeza buscando a su amada, ésta había desaparecido. En su lugar tan sólo encontró los batientes oscilantes de una de las ventanas del torreón, abierta de par en par, y sobre el antepecho de ésta, un par de delicados zapatos de cristal.
Dicen que todos los suicidas se arrepienten de su fatal arrebato en el último segundo de su existencia, justo cuando ya no hay marcha atrás posible. Y debe ser cierto, porque mientras Mademoiselle Javotte se defenestraba habría dado todo su reino, como un Ricardo III cualquiera, por solicitar aquella noche al maldito cirujano que le implantara un buen par de alas en lugar de los pies de Cenicienta. No sirvió de nada. Cuando este pensamiento terminó de cruzar por su cabeza, ésta acababa de estamparse contra el rocoso fondo del foso.
[1] «vuelta y pío, pío y vuelta
No hay sangre en el zapato:
El calzado no es demasiado pequeño,
es la verdadera esposa a quien se lleva a casa. »
Hola!
No entiendo demasiado bien como todavía no tienes ningún comentario. A mi me ha encatado tu relato y me he quedado con ganas de mas.
Mucha suerte!
Muchas gracias por tu consideración. ¿Presentas algún relato al concurso? Estaré encantad@ de leerlo y comentarlo.
Hola!
No es consideración, la verdad es que me ha encantado el relato. Si te decides a hacerlo mas largo, me gustaría volver a leerlo.
Mi relato es el 194, se titula lo que el viento no se llevó.
Un saludo cordial y mucha suerte!
Qué barbaridad! No me podía imaginar que tenías un lado oculto. Felicidades
No lo sabes tú bien…
Real y cruel, como la vida misma,sobre todo cuando se pretende tener lo que no te corresponde, o ser quien no eres.
Paisano,me ha encantado.
Todos somos personajes de algun cuento.
No dejes de contar.
Gracias, María, por dedicarme unos minutos
Excelente relato impecablemente concebido y escrito. Destaco tanto la estructura como el estilo.
Enhorabuena.
Gerardo, muchas gracias por tu comentario. Si participas en el certámen me gustaría leer tu relato (intento leerlos todos, pero no se si lo conseguiré)
Una prosa escueta apropiada para este excelente trabajo.
Felicitaciones.
Te agradezco tu respuesta a mi comentario.
Si quieres leerlo, mi relato es el nº 51. Será un placer conocer tu opinión.
Un saludo.
Muchas gracias por tu amabilidad, H.K
ASOMBROSO RELATO LLENO DE FANTASÍA- MUY BIEN ESCRITO Y CON UN FINAL IMPREVESIBLE. FELICIDADES AMBROSE
Muy buen relato. Y un final sorprendente. ¡Enhorabuena!
Es muy inquietante. Me ha enganchado. Te deseo suerte.
Muchas gracias, Chuss. Igualmente
Me ha encantado tu relato: muy original. Suerte en el certamen.
Muchas gracias por molestarte
Muy bueno. Prosa delicada y limpia. Una perversión del cuento muy atractiva.
Lo único, con todo el respeto, la cita inicial en alemán me ha dejado indiferente, aún a sabiendas.
Por lo demás, enhorabuena y mucha suerte en el certamen.
J. Trescuadras
Estupendo relato, imaginativo en el contenido y en la forma de expresarlo.
Has reescrito el cuento clásico de una manera ingeniosa y con un estilo envidiable. Enhorabuena. Es de lo mejor que llevo leído hasta ahora.
Suerte en el certamen (si es que la necesitas…)
Muchas gracias por vuestros comentarios, J. Trescuadras, Jacobinos y Sally Pimienta.En cuanto a la cita inicial en alemán, es un extracto literal del texto original de la versión del cuento de los Hermanos Grimm (perdón por la sucesión de preposiciones). En es fragmento, los autores confirman por fin, de forma bastante poética, que el principe ha encontrado a la verdadera Cenicienta. En mi caso, se trata de otro guiño irónico, que me sirve para cuestionarme si, a tenor de lo que se explica en el relato, el príncipe se llevó a casa realmente a la verdadera cenicienta.
Un saludo a todos y gracias de nuevo
Un buen recurso el retomar la Lilith que habita en las princesas de los cuentos. Hoy día están tan tamizados y aburridos!! Un cuento bien escrito sobre una perversa (que cuando se leen sus peripecias torna divertida y siniestra)
Suerte Ambrose!
Muchas gracias, Eunice, por molestarte. Te deseo lo mismo. Mucha suerte
Muy bien narrado y escrito, y con un tono humorístico que lo hace más ligero para los que estamos intentado leerlos todos.
Suerte
Gracias por tu amabilidad, Lupe. Creo que ya he leído tu relato, pero no estoy seguro. Si me recuerdas el número estaré encantado de darte mi opinión.
Un saludo
Genial, irónico y divertido. Tendrás las suerte que te mereces.
Un saludo
Gracias Estrella. La misma que te deseo yo
Me ha gustado mucho como implicas al lector. Consigues, tratando a un personaje de cuento bien conocido, mantener la intriga hasta el final.Buen trabajo.
Saludos y suerte 🙂
Salomé:
Gracias por haber sacado un «ratillo» para leer mi relato.
Un avrazo (con b)
Ha sido un «ratillo» estupendo Ambroise. Abrazos (con s);)
me ha gustado mucho
que tenga suerte
Gracias por el comentario Noski. La reflexión final sobre los suicidas no es más que otro recurso literario; como te podrás imaginar, ni yo ni nadie sabemos que es lo que piensan los suicidas en el último segundo de su existencia, porque por desgracia ninguno ha vuelto para contarlo.
Lo dicho, gracias de nuevo
Te confieso que me gusta mucho más esta versión de la Cenicienta, que la clásica. Serán cosas de la edad y del cinismo. Enhorabuena y suerte
Genial, excelente en todos los sentidos. Bien escrito, atrevido, buena prosa, mejor imaginación. Lo mejor de todo: deja intacto el mito de Cenicienta, quien era una niña buena… Felicitaciones.
Muchas gracias por vuestros comentarios, JB Fletcher y Papá Noel
Admiro esa manera de narrar, con su lenguaje y su parsimonia al uso de los cánticos y crónicas medievales. A mí no me sale ni tomándome un coñac con Valium. Excelente historia, compañero, remedo o no de la de Cenicienta, que eso es lo de menos.
Gracias por recorrer mi relato, A.B., y gracias, como les vengo diciendo a los demás esforzados de la ruta, por la tarea impuesta de intentar recorrer las de todos.
Lo mismo digo Rafael. Suertes mil.
Mi relato, tal y como me pides, es el 185
Me ha gustado tu relato. Bien narrado.
Felicidades
Muchas gracias, Barba Negra
Me gusta tu relato, es original y muy interesante esa Cenicienta, o no, reverso de la del cuento. Mucha suerte, la mereces.
Gracias, Leonardo, por molestarte en leer y comentar mi cuento. Un saludo
Brillante revisión del cuento clásico y muy acertado el empezar por el acto II. Mucha suerte.
Muchas gracias Saki, lo mismo te deseo
🙂 divertido, entretenido, original, y bien escrito ¿se puede pedir más? mis más sinceras felicitaciones!
Muchas gracias Catch-22 por dedicarles unos minutos a mi relato. Suerte
Vivo en una ciudad pequeña, que probablemente no sepas que exista, como tantos lugares en el mundo. Cuando termine el anonimato del concurso te visitaré de nuevo para decirte el nombre de ¨mi¨ ciudad. ¿Para qué? Para que, si quieres, busques en un mapamundi y conozcas la ubicación del sitio en donde, anoche, junto con un amigo, estuvimos hablando de tu relato. Para que sepas —y quizá eso te provoque una sonrisa— hasta donde han llegado tus letras, y, lo más importante, que tu imaginación y la forma de plasmarla, no nos ha resultado indiferente. Con mi amigo, un escritor al que admiro y respeto (valga el cliché), pero que no está participando en el certamen, coincidimos en que tu relato es uno de los mejores del concurso (esperemos que el jurado coincida con nosotros).
Bueno, no todo es color de rosa ¿eh? Anoche mi amigo me exponía que el epígrafe que utilizas no le parecía relevante, que le parecía más bien un accesorio, de lujo, sí, pero innecesario. Yo le dije que era un buen recurso para redondear la idea, y que incluso evidenciaba tu habilidad para planificar la estructura (si colocas el epígrafe en español, desde el inicio, pues pierde el misterio el relato). En fin esa parte la dejamos ahí, como en tablas. En lo que sí coincidimos es que el final (enfatizo: desde nuestra óptica) no nos convencía. Básicamente el hecho de que la usurpadora se suicide. ¿Por qué? Porque es un personaje bien logrado: es astuta, ambiciosa, maquinadora y por lo tanto muy inteligente; y nos pareció inverosímil que alguien así se rinda tan fácilmente, que tome una decisión como esa, que se quite la vida al sospecharse descubierta. Yo sé que eso pasa (el suicidio de Hitler, para citar un ejemplo histórico): el ¨malo¨ se quita la vida, recibe, por decirlo de algún modo, su merecido; claro que para que llegue a ese extremo debe estar totalmente acorralado, y en el caso de tu relato, el príncipe apenas lanzaba la primera acusación. También creo que es una especie de lugar común (Hollywood lo ha solucionado de esa forma, muchas veces) que opaca un poco la originalidad de ¨El Secreto de Mademoiselle¨.
Todo esto hablamos con mi amigo. Cuando terminamos el tema dijimos: Pero es muy buen cuento, de los mejores. Después le recomendé otros dos, que desafortunadamente, no han tenido mucha acogida con el público. Pero de estos no digo los nombres, para no crear parcialismos.
Que la imaginación te siga llevando hasta los lugares más impensados del mundo. Te dejo un abrazo desde la distancia.
A H. K. y a tu amigo, escritor desconocido (para mí, al menos):
Agradezco sinceramente el tiempo que habéis dedicado a leer mi relato y a comentarlo posteriormente (espero que rodeados de unas buenas cervezas u otra bebida de vuestro agrado). No voy a negar que, como casi todos, soy un poco vanidoso y no me disgustaría recibir el premio del público o algúna mención del jurado, pero sinceramente os digo que vuestros comentarios han colmado toda la vanidad que mi cuerpo es capaz de albergar. Sinceramente, repito. Y con esto, de veras, me doy por satisfecho (aunque mañana llegara el fin del mundo y este certámen no tuviese desenlace alguno). No necesito más.
Espero no dar la sensación de intentar justificarme, pero debo continuar respondiendo aunque sea sólo por deferencia a vuestro interés. Coincido contigo, H.K. en tu valoración sobre el epígrafe inicial (aunque en este caso no soy objetivo porque mi parcialidad en favor tuyo me favorece también a mi, valga la redund….). El epígrafe está en alemán muy a propósito, con la intención que tú sabiamente has interpretado de mantener el misterio. Sin embargo, debo decir que yo mismo me he traicionado al incluir a pie de página la traducción al castellano, en parte apiadándome de aquellos que no dominamos ese idioma centroeuropeo. Un arrebato de piedad estúpido, si debo ser sincero, porque la traducción al castellano puede descubrir a las mentes más perspicaces que el cuento habla de Cenicienta, pero con esto no descubro nada en realidad pues, aun así, hasta el final del cuento no conocemos de que “Cenicienta” realmente estamos hablando, ¿verdad?
Respecto al final al estilo hollywoodiense, me rindo ante vuestra argumentación, porque tenéis toda la razón del mundo. Que le vamos a hacer: un desliz propio de escritores noveles, que han visto demasiadas películas y han dejado volar su imaginación menos libremente de lo que lectores críticos como vosotros os mereceis. Ahora que me lo haceis notar, veo que ha sido un desperdicio sacrificar a un personaje como el de Mademoiselle Javotte. Cierto. Me debéis de disculpar, porque la proximidad inevitable del límite de 2000 palabras me presionó de tal manera que quizás me precipité acortando innecesariamente una experiencia vital que podría haber dado mucho más de sí. Por otro lado, debo reconocer otra parte adicional de culpa en este desenlace al querer aprovechar el recurso literario del deseo, ya inasequible, de la implantación de ese par de alas redentoras. Me pareció una travesura póstuma (del escritor, no de la protagonista) que no habría sido posible sin mediar la muerte prematura de la malvada Mademoiselle.
Decís que Mademoiselle recibe su merecido, lo que por mi parte es un recurso muy manido (de nuevo acertáis en vuestra apreciación). Aquí todo el mundo recibe su merecido. Bueno, todo el mundo, menos el perro, quizás el más inocente de los personajes, y el príncipe. Aprovecho esta disgresión para compartir con vosotros una intimidad que siempre me ha reconcomido, desde muy pequeño, cuando he leído el cuento original de Cenicienta. Y es que siempre he pensado que este príncipe necesitaba urgentemente, como poco, una reprimenda. ¿Qué clase de sentimiento imperecedero se puede esperar de alguien que confía el hallazgo del amor de su vida en la coincidencia de las tallas de unos zapatos cualesquiera? ¿Tan poco sincero fue su enamoramiento que ni siquiera era capaz de reconocer el hermoso rostro de la persona con la que compartió aquella velada tan repetida en las películas de Disney y en los cuentos de nuestra infancia? Como poco, creo que el príncipe se merecía una traición como la de mi relato, si se me permite la osadía.
Para terminar, y como muestra de agradecimiento, os revelaré dos cosas que no queda del todo claras en mi cuento. Una de ellas probablemente ya la conoceís, y es que la tal Mademoiselle Javotte no es más que una de las hermanastras de la verdadera Cenicienta (al menos así la llama Perrault en su versión original del cuento). La otra es que quizás no os habéis percatado del mayor mérito de mi cuento, y es que de las últimas ocho vocales del relato, siete son “Oes”.
Un abrazo sincero, a la misma distancia que nos separaba anoche. Ardo en deseos de conocer desde que pequeña ciudad
conversábais ayer sobre mi cuento. Mi Google Earth está ya echando humo. Para vuestros cálculos, os adelanto que yo os contesto desde La Alcayna, sita en Molina de Segura, provinci de Murcia, del Reino de España, “cuya situación se explica en el croquis al pie dibujado. Todo lo cual firmo a 17 de septiembre de 17…”
Perdón por las prisas, quise decir que de las ocho últimas vocales, SIETE son «Oes»
Úna narración impecable que da una genial vuelta de tuerca genial al empalagoso cuento de Cenicienta.
Me ha encantado. Enhorabuena!
Hola de nuevo, H.K y compañía:
Revisando los comentarios recibidos, he visto que otros lectores ya coincidían con vosotros en lo superfluo de la cita inicial en alemán. Por si os sirve para resolver vuestras situación de «tablas», os copio a continuación mi justifiación a J. Trescuadras:
«En cuanto a la cita inicial en alemán, es un extracto literal del texto original de la versión del cuento de los Hermanos Grimm (perdón por la sucesión de preposiciones). En ese fragmento, los autores confirman por fin, de forma bastante poética, que el principe ha encontrado a la verdadera Cenicienta. En mi caso, se trata de otro guiño irónico, que me sirve para cuestionarme si, a tenor de lo que se explica en el relato, el príncipe se llevó a casa realmente a la verdadera cenicienta».
Un saludo
Muy bueno.
Original y una estructura novedosa. Me ha encantado esta Cenicienta nueva creada por ti.
Es de los mejorcitos que he leído.
Mucha suerte.
Muy bueno. Una vuelta de tuerca a la clásica Cenicienta con mucha imaginación y creatividad.
Mucha suerte.
¡Buen cuento! De los que he leído hasta ahora es el que más me ha gustado. Está escrito con un estilo suelto y personal, la trama es llamativa y está bien resuelto. Si me lo permites, te diré que, en la carta, queda poco verosímil que el médico acepte porque ella le iba a hacer cómplice del crimen. Yo reforzaría ese argumento. Hay un fallo de expresión cuando dices «el día que el Rey…»; lo correcto es «el día en que el Rey…».
Insisto: ¡muy buen cuento! Creo que estará entre los seleccionados por el jurado.
Suerte.
Muchas gracias por tus comentarios y tus sugerencias, Gretel. Tienes toda la razón en tus correcciones. Y mira que éste lo revisé a conciencia, pero siempre se escapa algún detalle. En cuanto a lo de la falta de verosimilitud, creo que tienes toda la razón del mundo, pero no quería alargar mucho más la carta ni el cuento con más explicaciones. De todas formas, estoy pensando revisar el relato a partir de algunas sugerencias de varios lectores, entre las que tendré en cuenta la tuya. A ver si saco tiempo y ganas.
Muchas gracias de nuevo
Por otro lado,Gretel, tampoco podemos creernos demasiado lo que escribió el médico en su carta exculpatoria, ya que, como vemos, era un individuo poco de fiar. A saber cuales fueron las verdaderas razones por las que consintió en ese trato.
Un abrazo
Sencillamente, una genialidad.
Bueno, Jenofonte, creo que te has pasado. Pero gracias de cualquier forma.
Aunque ya te dí mi opinión del cuento no me resisto a comentarte algo leyendo una de tus respuestas…
El príncipe no reconoce el rostro de la Cenicienta porque cuando estuvo con ella la miró con el corazón. Y no eran unos zapatos cualesquiera, eran unos de cristal, que el hada madrina hizo expresamente para ella. Aquí se suele decir «ponerse en la piel de alguien» para poder sentir lo que otra persona siente y comprenderla, es como si la piel fuera la persona misma, o casi, pero en otros países se expresa lo mismo diciendo «ponerse en sus zapatos»… por eso sólo ella podía encajar en SU zapato.
Al menos así interpreto yo el cuento clásico…
jejeje, bueno, vaya rollo he echado, es que es uno de mis cuentos favoritos.
Y por cierto, también este relato es uno de mis favoritos del certamen!! Muchísima suerte
Catch-22:
Tiene mucho mérito que vuelvas a visitar los mismos relatos y por ello no puedo estarte más que agradecido. Creo que me has pillado: yo, que alardeo de tener una viva imaginación, me dejé arrastrar por el influjo de la racionalidad e interpreté erroneamente la actitud del príncipe. Gracias, Catch-22 por abrirme de nuevo los ojos de la imaginación.
Curioso y sombrío relato, muy bueno. Parecen personajes salidos de un universo timburtiano, a mi parecer. Quizás el final con el suicidio de Mademoiselle Javotte, una mujer que, por su astucia, uno supondría que haría hasta lo imposible por no dejarse atrapar, cualquier cosa con tal de mantener sus propósitos, termina por contradecir un poco la precisa construcción del personaje de Cenicienta que habías expuesto. Cuando el príncipe ve que su amada ha desaparecido, creí que había huido, que había ido a valerse de quién sabe qué artimañas para no dejarse atrapar, no imaginé que se fuera a suicidar, y eso que el príncipe la da el beneficio de la duda, él no la condena a partir de lo que podría ser una misiva falsa (no sabe lo que nosotros los lectores sí, quizás lo sospeche, pero no tiene nuestra certeza porque fuimos testigos de aquella conversación), el esperará lo que los zapadores descubran, le da tiempo para huir.
Éxitos en el certamen, Ambrose Bierce, sin duda un relato bastante llamativo; por su riqueza imaginativa, uno de los que más me ha gustado.
Puede que tengas razón Ti Noel. Tengo otros comentarios que coinciden con tu valoración. Quizás sea un personaje desaprovechado, quizás merezca un reescritura para explotar todas sus posibilidades, quien sabe. También es posible que el personaje estuviera sometido a demasiada tensión: el acoso insufrible del viejo verde, la angustia de ser descubierta por los tres crímenes cometidos (incluio el pobre chucho), el miedo a las represalias del príncipe, vaya Vd. a saber. Bajo esa presión, cualquiera tiene un «arrebato fatal» y opta por la solución más rápida pero más drástica. Pero como ves, no fue más que eso, un pronto súbito y nada razonado del que enseguida se arrepintió, como se ve al final del cuento (arrepentimiento que, claro está, ya no le sirvió de nada).
Gracias por tu comentario.
Ambroce,
no sé si este año la organización establecerá un reconocimiento a los comentaristas. Ojalá.
Sea como fuere, tú, Aval, Noski, H.K., Dimanche, Moreda y alguno más merecéis que, al margen de lo que den de sí vuestros relatos, se os señale como animadores entusiastas, como locomotoras del certamen.
Sería agradable conocer qué seres de carne y hueso van asociados a tales seudónimos.
En estos menesteres de saber comentar la excelencia está reservada a unas pocas personas que al don con el que nacieron unen un espíritu concienzudo en extremo.
Te voto. Aunque sólo fuera por eso.
Rafael:
Me siento muy alagado por tu comentario, como imagino les ocurrirá al resto de aludidos. Muchas gracias (no quiere parecer desagradecido). Pero tampoco quiero parecer presuntuoso. No me considero un buen crítico literario, y me da pánico pensar que alguien pueda pedirme su opinión sobre alguno de sus escritos. Lo único que intento en este certamen es leer el mayor número posible de relatos (si no todos) y dejar mi humilde opinión en aquellos que más me han gustado. Reconozco que no he comentado todos los que he leído, por miedo a herir los sentimientos de algún escritor/a principiante, pero si he visto algo que me ha parecido bueno en algún relato, me ha parecido positivo hacerselo saber a su autor/a, por si de alguna ayuda puede servirle. Al final, me reitero, mi faceta de «crítico literario» creo que se limita a reconocer que un relato me ha gustado o no me ha gustado, y no se si esto ayudará mucho a mejorar en la tarea de escribir.
De todas maneras, gracias de nuevo.
Siempre es un ejercicio atractivo reescribir los cuentos de nuestra infancia dándoles un matiz siniestro, del que no son del todo ajenos. Es un relato sólido, bien escrito, con prosa buida y acerada, y con una estructura narrativa original, entre prolepsis y analepsis. La puesta en escena teatral le favorece.
Te agradezco que hayas votado por mi relato, y te deseo suerte en el concurso.
P.S.: Me gusta tu seudónimo, muy revelador sobre tu obra y estilo.
Mormont:
Me descubriste: siento auténtica pasión por los escritos Bierce (aunque en este contexto pueda sonar a narcisista). Y recomiendo a quien no lo conozca que dedique algunas horas a la lectura de sus cuentos. Creo que es un maestro de la literatura no suficientemente valorado, o eclipsado por Poe, Melville, Hawthorne o Twain, sus paisanos contemporáneos, igualmente geniales pero más conocidos.
Muchas gracias por el comentario.
Si yo fuese jurado en este concurso, lo tendrìa claro: serìas finalista! Original y diferente, bien escrito por tu parte y bien disfrutado por la mìa. No es fàcil encontrar relatos que den algo nuevo, a nivel de historia y de estilo. Gracias! Por desgracia, no soy miembro del jurado. Sòlo soy el nùmero 142, Whistler.
Mil gracias por tus comentarios Whistler. Te acabo de responder en tu relato.
«Terrorífico como un cuento infantil» Debería decirse: «Terrorífico como la Cenicienta de Ambrose Bierce. Un magnífico cuento. ¡Qué más da cita más o cita menos! El cuento te lleva de principio a fin con el corazón en la boca y eso es lo importante.Por eso se llama cuento y no ejercicio de redacción.
Me gusta mucho.
Te agradezco tu lectura de mi relato y tu comentario.
Kellroy, mil gracias por tus amables comentarios (ya se que puede sonar un poco meloso, pero de biennacidos es ser …)
Ambrose, muchas gracias por tu respuesta. Y como dijo Whistler, si yo fuera miembro del jurado…
Igual, me atrevo a darte felicitaciones anticipadas.
Me gustaría (cuando estemos en la recta final del certamen), intercambiar correos con personas como tú, lector y comentarista inalcanzable (al igual que Rafael y una decena más, algunos de los cuales él menciona arriba). Sería bueno para trabajar los futuros relatos, una especie de ¨taller virtual¨ para conocer la opinión de otros lectores y ayudarnos en nuestro crecimiento como autores. También para intercambiar libros digitales o, simplemente, vacilar un rato. A lo mejor y por ahí sale un nuevo Hemingway, quién sabe.
Hola de nuevo H. K.:
Ya estamos en la recta final del certamen y no me olvidé de tu deseo. Puedes solicitar mi mail a los administradores, pues ya he autorizado que lo comuniquen a quien esté interesado. No deseches tampoco la idea del taller virtual. Yo hace años estuve apuntado en un foro de escritura creativa y me pareció una experiencia muy enriquecedora, aunque andaba tan liado que tuve que desvincularmen al poco de empezar. Cualquier de nosotros puede crear un foro nuevo, en Yahoo o similar, para utilizarlos como medio de intercambio de relatos, comentarios, opiniones, etc…
¿Alguien se anima? ¿Alguno de los 193 participantes? Yo siento no poder comprometerme a administrarlo porque ya llevo para adelante un foro, un blog, una página web, mi trabajo y dos hijas adolescentes… Buf, qué fatiga.
Ahí queda lanzada la idea
H.K.:
¡Ah, que habría sido de Hemingway si hubiese dispuesto de los mismos medios que nos facilita esta era digital! Me parece genial tu propuesta y, desde aquí, acepto tu desafìo.
¿Alguien podría mencionarme un cuento clásico en el que el elemento irracional y el desenlace aparentemente ilógico no constituyan la esencia del mismo? Tal vez pocos o ninguno de los referidos standar resistan una crítica exhaustiva si para someterlos a prueba recurrimos a criterios que, en el mejor de los casos, serían aplicables a otro tipo de manifestaciones artísticas. No se si me explico o mejor dicho, sé que no me explico, pero me resulta transparente y diáfano como la misma luz del día que, aunque las comparaciones sean legítimas, son en la mayor parte de los casos, hijas de nuestras preferencias y de nuestras debilidades. En cualquier caso algunas de los por otros mencionadas carencias del relato no son hijas del relato mismo sino del prisma, más o menos deformado con el que algunos han querido, desde el cariño, claro está, examinarlo; evidentemente la amabilidad y el candor contrastado del autor le impiden responder con la contundencia que dichas observaciones se merecen y tambien se de buena tinta que este comentario no sera del agrado de aquel.
Todos hemos deseado desde siempre, en nuestro fuero interno, reescribir aquellos cuentos, hoy ya convertidos en clásicos, como en su momento lo hicieron las glorias extintas, recopilando materiales dispersos y dispares, inventando o reinventando, confiriendoles una estructura de la que carecían originalmente y ese, quizás, no sea el menor de sus méritos; como probablemente, salvando las distancias y la metodología, lo sea el este relato.
A pesar de que el autor se muestra propicio a aceptar correcciones de estilo, de sintaxis, incluso de desarrollo y de desenlace, me atrevo a sugerir que se preste más la debida atención a la tarea del arquitecto que a la ardua labor del albañil -todos los que os dedicais a tiempo parcial o completo a estos menesteres sabeis que la última es la más ingrata, la menos reconfortante de las tareas.
Pero, por otra parte, no es mala señal que cada cual quiera aportar un destino particular a los personajes del relato, señal de que de alguna manera hemos hecho nuestro el cuento, como en su momento lo hicimos con los cuentos de nuestra infancia, anhelando un desenlace que no coincidiera precisamente con el establecido
o ampliando nuestra curiosidad más allá del consabido «y vivieron…», porque en todo cuento siempre hay alguna pieza que no termina de encajar y en ese sentido todo cuento es una historia abierta, algo inacabado e indescifrable.
No estoy cierto de que muchos de los méritos que se le atribuyen al «Secreto de Mademoiselle» sean tales; en cambios sí tengo la impresión vaga de que la mayoría de defectos o vicios que algunos han creído descubrir en la historia, examinados con mayor amplitud de miras y con solo un poco de generosidad, tras una atenta lectura, acabarán por antojarsenos virtudes.
Hola, Ambrose, te devuelvo la visita; hubiera querido hacerlo antes, pero no me ha sido posible.
Enhorabuena por tu relato; sinceramente, lo he pasado muy bien leyéndolo. Desde luego, una Cenicienta original. Y, sobre todo, con una impecable escritura.
Te dejo mi estrellita.
Un saludo.
Gracias Triana y suerte también a tí
J.G.G.:
Gracias por el elogio general a la obra que se transluce de tu comentario. Creo que tú mismo has dado la clave cuando dices «de alguna manera hemos hecho nuestro el cuento». Los lectores, con sus correcciones, sus apuntes, sus sugerencias y mejoras no han hecho más que lo que hice yo cuando pergeñé el relato: coger el original y «destrozarlo» para conseguir una nueva visión más alla de la que Perrault, los Grimm o cualquiera antes de nosotros llegara a imaginar.
Suerte
Excelente relato, he disfrutado mucho leyéndolo, creo que es un firme candidato a estar en la final, y a ganarla. Enhorabuena.
Genial y «encantador». Mi aplauso y un abrazo al autor (a) de tan brillante relato. Sobra desearte éxitos en el certamen, seguro ya los estás teniendo, y los has de refrendar.
Que agradable encontrar narraciones de alto nivel en este espacio. Bravo!
Lucille y Scorpio, muchas gracias por vuestros amables comentarios
Estoy «releyendo» y en algunos comentando algo.
Me gusta el relato, que creo que no tiene nada que ver con Cenicienta o Javotte, solo se trata de plasmar, en este caso dentro de un remedo de cuento popular, la maldad interesada de la mujer.
Bueno, no buscándole más matices, podríamos hablar del interés de una persona, aquí nsí es una mujer, avariciosa y sin escrúpulos.
Suerte y gracias porque tú has puesto mucho interés en los relatos de los demás.
Una de las muchas virtudes que, para mi, tiene la literatura es que otorga al lector la libertad de imaginar sus propias interpretaciones de los textos, algo que en sí mismo es mas bueno que malo. Así que me quedo también con la interpretación que planteas. Otra cosa es que éstas coincidan o no con la motivación inicial que movió al autor cuando desarrolló la idea. En el caso de «Mademoiselle…» debo reconocer que la idea surgió simplemente porque en algún momento me cuestioné que más podrían haber inventado las hermanastras para usurpar la identidad de Cenicienta, y se me ocurrió esta broma macabra. Es que tengo cierta tendencia hacia las situaciones «bizarras» que dirían los franceses; cuando acabe el certamen te mostraré algún relato más que confirma esta perversión mía.
Me alegro que hayas extraído tu propia interpretación del cuento, con seguridad más trascendente que la que me sirvió a mi para escribir el relato.
Un abrazo
Por desgracia no creo que vaya a disponer del tiempo necesario para leer todos los relatos que participan en este certamen, pero no me hubiese perdonado errar el tuyo.
No encuentro elogios mayores, tanto a tu originalidad como a tu estilo, de los que ya has recibido. Aunque te reconozco que me hubiera gustado que continuase la historia de la malvada protagonista, no puedo evitar sentirme atraído por los personajes perversos.
Por otra parte, deseo mostrar el orgullo que siento al comprobar que un escritor de tanto talento (no es una opinión subjetiva, solo hay que dar una ojeada a los comentarios que me preceden), y que probablemente resultará finalista, pertenezca a mi misma región. Desde Puerto Lumbreras te expreso mi admiración y te deseo la mayor de las suertes.
Un caluroso saludo.
Muchas gracias de nuevo, Lupe y Max Stirner (paisano), por vuestros comentarios. Puerto Lumbreras es una de mis asignaturas pendientes en geografía regional, porque apenas si he estado de paso por allí unas cuentas veces (¡es que estáis tan lejos!!!). Espero que, seamos o no finalistas, nos veamos en octubre en Murcia.
Un abrazo para ambos
excelente cuento, con un Pedro Cavadas del siglo XVIII y un principe que valora de las personas más los pies que la cabeza. Espero que el premio lo den por calidad y no al que tenga más contactos en las redes sociales
Beyoncé: muchas gracias por el comentario (espero que seas la auténtica Beyoncé… snif)
Por la hora que es, puede parecer que estoy obsesionado con este concurso. No es que no duerma por subir comentarios. Es que una de mis niñas coge hoy un avión para Bélgica a las 4:00 y estoy haciendo tiempo.
Bueno, a lo que iba: no encuentro mejor sitio que estas páginas para agradecer a todos vuestro interés en mi relato y vuestros encomios. A los que habéis comentado, a los que sólo habéis votado o a los que habéis hecho ambas cosas (incluso a los que simplemente han leído mi relato y no han dejado ningún tipo de huella que delate su paso por éste). Gracias a todos por haberme permitido llegar hasta aquí.
Mi enhorabuena y mucha suerte al resto de seleccionados para el premio del público, y lo misma para los 194 participantes, porque aún queda lo más importante y ahí aún optamos todos.
Ya veremos en que acaba, al final, todo esto.
Me ha parecido el más original de los que hasta ahora he leido. Me gustan las historias trabajadas, arriesgadas y bien estructuradas. Muy buen relato, mi más sincera felicitación.
Que alegría que esté este relato entre los cinco finalistas del público!!!! (aunque estoy segura de que también estará entre los del jurado)
ENHORABUENA AMBROSE!!
me alegro mucho, de verdad.
bueno pues ¡¡VOTO POR ESTE RELATO!!
(es así ¿no?)
Un saludo!
Voto por este relato.
Que razon tienes en lo que les has dicho a los otros finalistas. Yo he votado a dos de vosotros, no podía votar sólo a uno (demasiado difícil para mí), aunque también pensé en hacerlo. De todas formas, con las emocionantes palabras que les has dedicado, yo si fuera ellos, ya me sentiría feliz independientemente del resultado final. Suerte!
Yo al igual que Catch-22, voto por dos relatos.
Así que yo, voto por este relato.
Mucha suerte Ambrose.
Muchas gracias a tod@s: Luna Celentano, Catch-22, Rafael y E. Mendoza
voto por este relato
Voto por este relato
A requerimiento de la organización te he mandado de nuevo mi voto en un comentario separado, para facilitar el recuento. Saludos de nuevo y suerte! 🙂
Voto por este relato =)
Voto por este relato
Voto por este relato.
Voto por este relato
Voto por este relato
Voto por este relato.
Como me gustaría mencionar a cada uno de los relatos que tuve el gusto de leer y comentar. La gran mayoría se merecerían estar en esta lista de cinco. Otros de ellos, aunque no están en este pequeño grupo, bien podrían ganar el certamen. Como participante, se me da el derecho al voto, por el relato o los relatos que bien se merecen ganar el premio del público. Lo repito: por el relato y no por el autor. Tres de ellos, por diferentes razones, desde mi gusto serian los apropiados para obtener ese trofeo de reconocimiento. Cuántas noches en vela, por todo el amor que su historia encierra. Ciento cinco, por la fuerza de su contenido que hace temblar al más insensible. Por último, Bengasi, mayo de 2011, por lo profesionalmente que está escrita esa historia. Aprovecho para darles las gracias a todos los que han votado por MATT. Él también, a su manera, les da las gracias y les manda un saludo. Por último, quisiera agradecer a los organizadores por haberme permitido ser parte de este importante certamen. Beso y abrazo (como corresponda) a los 193 participantes. AVAL
Voto por este relato
AVAL:
Muchas gracias por tu sinceridad, que te honra.
Te deseo mucha suerte en esta fase y en todo el certamen
Voto por este relato.
Javier Trescuadras
PS. Ojala te alces con la victoria, tu relato es francamente bueno.
¡Enhorabuena por ser finalista!
Aún no he decidido mi voto. Quiero imprimir los cinco relatos, y “desmenuzarlos” a gusto, en papel, como mandan los cánones. Volveré, pues.
Beso.
Voto por este relato
Voto por este relato
voto por ese relato
Hola Ambrose Bierce,
Excelente relato, original, impecable.
Mucha Suerte, chao.
Voto por este relato.
Y tampoco sabría decir con exactitud por qué. Me han gustado los cinco finalistas. Ninguno me ha dejado indiferente. Pero he simpatizado especialmente con el tuyo. Suerte.
Muchísimas gracias a JB Fletcher, Catch-22, Vyridia, Archibaldo, Lola Dawn, Triana, Avelaiona, Scorpio, Rocarral, Javier Trescuadras, Jara Maga, Kellroy, Leonard, Huiliche, Mimajo y Sally Pimienta, por vuestro reconocimiento
Un abrazo (no de oso) para tod@s
por si acaso…
VOTO POR ESTE RELATO
Voto por este relato.
Ambrose,
Si por una casualidad del destino nos conocemos en octubre, por descontado que habrá ocasión para que me pases ese relato bélico tuyo.
Tal destino existe por definición como posibilidad, claro; pero como probabilidad está fuera de toda valoración fundamentada, por mucho que hayan habido augurios de ganadores desde casi el día siguiente al que comenzaron a colgarse relatos.
Sea como fuere, no lo he vivido otros años, pero supongo que la administración del certamen facilitará correos electrónicos de participantes si alguno le solicita explícitamente que se lo hagan saber a otro.
En eso quedamos, me lo apunto y por supuesto que para mí será un placer leer más textos tuyos. Me sigo tomando cafeses de vez en cuando con mi amiguete comercial de laboratorios farmacéuticos, el catedrático en ferretería pimpampunera.
Hola¡
Quería agradecerte el comentario. Mi intención para ser sincera no fue la de animar a nadie en ese momento de la vida, sino de aportar otra forma de ver las cosas y de mirar más allá, cosa que pocas veces hacemos.
De paso te felicito por el éxito de tu relato, por supuesto merecido (voté por él así que de verdad lo creo), sorprendente, original y bien escrito. Enhorabuena¡¡
Hola, probablemente no llegues ya a leer el comentario, creo que estoy fuera de tiempo para todo, pero es que además de despistado, soy desastroso con la informática..
Quería agradecer tus palabras a mi texto, no he podido antes, creeme. Concursé sin intención de ganar, sólo como experiencia, y palabras como las tuyas me han llenado los bolsillos del alma… ¡y son muy grandes!, je,je.
He votado por Rafael, pero tu texto me encantó por su musicalidad y su ligereza, tan original que lo leí varias veces, como buscando el truco del mago. Érais, junto con otros dos que no han sido seleccionados como finalistas, mi difícil opción.
Mucha suerte campeón.
Aunque alguien piense que ésto no sirve más que para inflar el número de mis comentarios, de vez en cuando me veo obligado a agradeceros de nuevo vuestro interés: Luna Celentano, Burbuja, Rafael, Vyridia y Angel B.P.
Mil gracias
Mucha suerte¡¡
Con esto reafirmo mis comentarios anteriores:
VOTO POR ESTE RELATO
Hola, Ambrose; muchas gracias por tus palabras, tus comentarios siempre animan a seguir con el bolígrafo y el papel (sí, sí, sigo escribiendo a mano, quizás una especie a extinguir…)
Siento lo de tu amiga, nada mejor que todo el amor que pueda recibir para afrontar con éxito esa etapa tan dura de su vida.
¡Mucha suerte! (aunque creo que no la vas a necesitar)
Enhorabuena por tu relato, por llegar hasta la final del premio especial del público y por los siguientes éxitos que sin duda tendrás.
Voto por este relato
Muchas gracias de nuevo a H.K., Triana, Whistler y Júpite en Sagitario
Voto por este relato
Como cada voto cuenta, me apetece expresar que aunque es cierto que los cinco relatos me parecen merecedores de haber llegado hasta aquí, si tras mi anterior comentario no aparece mi voto (siendo, claro está, mi voto mucho más valioso que mi comentario), es porque puede que mi mente sea muuuuuuuy cuadriculada, pero me decía que debía votar solo a uno de los cinco, y así lo hice…¡Suerte!
Júpiter en Sagitario:
Por mi parte al menos quedó suficientemente claro, así que no son necesarias más explicaciones, teniendo en cuenta ante todo que has seguido el mismo criterio que yo a la hora de otorgar mi voto. Y debo aclararte que, para mí, es mucho más valioso tu comentario que tu voto.
Un abrazo.
voto por este relato
Voto por este relato.
Qué buen rato acabo de pasar leyendo tu relato! Es fantástico, divertido a más no poder. Sólo me apena que mates a Mademoiselle Javotte. A esa maligna no le pega tirar la toalla ante el ligero contratiempo de ser descubierta. Pienso que la malvada estafadora debería tener más recursos y resolver el pequeño problema. Quizás matando a su Rey? La resucitas y haces unas segunda parte?
Voto por tu relato.
Gracias por vuestro voto, Noski, Buñuelo Repipi, Babel y Coco.
Coco: no eres el/la únic@ que considera desaprovechado el personaje de la protagonista, pero la brevedad del texto me urgía un desenlace contundente, sin más concesiones a otros desarrollos que exprimiesen más al personaje. Quizás en una próxima reescritura, que no descarto. Muchas gracias en cualquier caso por tu amable comentario.
Suerte a tod@s
Bien escrito, Felicidades.
PJ
Hasta el último momento he dudado entre Bengasi y Madamoiselle, pero finalmente me he decantado por el primero. ¿La razón? ¡Cualquiera sabe! Quizá porque es más de mi estilo de escritura, o de lectura, aunque al tuyo no hay que ponerle ni un pero.¡Ya me gustaría a mí ese «poderío» léxico.
Un beso y mis mejores deseos.
Espero poder seguir disfrutando de tus letras.
Jara Maga
Hola Jara Maga
Me parece una elección muy acertada: al fin y al cabo coincide con la mía, así que no puedo decir otra cosa. Yo también espero seguir escribiendo, lo que pasa es que soy muy vaaaaaago!!!
VOTO POR ESTE RELATO
Gracias de nuevo a los últimos que os habéis molestado en leer mi relato: P.J., E. Mendoza y Jara Maga
Lo he vuelto a leer y de nuevo me he vuelto a meter en el papel de Mademoiselle Javotte… Y antes que matarme, me habría convertido en Spiderwoman o en Batwoman para poder escaparme… ¡Es una idea más! 🙂
Bueno, me quedaba con ganas de dejar algún comentario más extenso que el que te dejé, ¡me encanta enrollarme!
¡Ya queda nada! Un abrazo.
VOTO POR ESTE RELATO
Muchas gracias por tu voto, E. Withington. Acabo de releer tu relato y sigo pensando que tiene mucho potencial, a pesar de lo que algunos opinen, y a pesar de lo que algunos ni siquiera se molesten en opinar.
Mucha suerte para el día 15
Mientras esperas quiero dejarte este comentario que, a pesar de su forma, seguirá meciéndote en la calidez de mis sinceras palabras.
Guste más o guste menos el tema de tu relato, hay que reconocer que escribes de puta madre. Si el final hubiera sido el que yo esperaba, ¿con qué motivo me habría metido contigo? 😉
Un beso grande y fuerte.
Como ya sí parece que se acaba todo (independiente de que se quede en la web e incluso quizás podamos seguir hablándonos), quiero:
Por un lado expresar mi experiencia:
Es la primera vez que escribo algo para darlo a leer a los demás, bueno, no es del todo cierto, al mismo tiempo lo hice con otro relato corto, pero no tiene nada que ver con el seguimiento de este. Y la experiencia ha sido preciosa. ¿Qué iba yo a imginarme que habría tantas personas comunicándose alrededor de este concurso?, ¿cómo iba a pensar que unos días con más tiempo y otros con menos, esto me iba a llenar tanto?, (tanto que estaba deseando acercarme al pc para ver qué había de nuevo).
Y por otro lado expresar mi agradecimiento y felicitación tanto a la administración, que creo que trabaja con muchísimo interés para sacar esto adelante, como al resto de (¡prepárense!), «escritores y escritoras».
Cuando pueda iré tomando nota de sugerencias hechas en varios campos, tanto en recomendaciones estilísticas como en lecturas, (me permito hacerlo yo con los dos libros a los que aludo en mi relato).
Creo que a unos once relatos les he hecho una consideración especial, para decirles que eran los que por uno u otro motivo más me habían gustado. Digamos que en una libreta puse una frase a todos y una calificación. Esos alcanzaron hasta un ocho, pero hay después un número largo con un siete, de relatos que me han gustado, pero casi en todos, me lo ha estropeado la falta de originalidad en temas creo que demasiado socorridos e impactantes. Si volviera a leerlos, seguro que variaría mi opinión cualitativa y cuantitativamente, pero eso ya queda para otros momentos.
De nuevo, gracias a todos y suerte.
FELICIDADES POR TAN MERTECIDO PREMIO
¡Felicidades!, no te imaginas lo que me he alegrado cuando he visto el resultado, de corazón.
No seas tan vago (palabras tuyas…) y escribe, escribe, escribe; no es justo que desperdicies un don así. Globos y más globos 😉
Enhorabuena!!! Me encanta tu relato y te mereces este premio. Un abrazo.
Felicitaciones y estoy muy contento por ti y este reconocimiento, un abrazo y estamos en contacto si te interesa, dejé información en mi relato (11)
Tomo nota. En cuanto tenga un hueco te miro, E.Withington
Felicidades, me acabo de dar cuenta de que también habían salido los ganadores del público.
Enhorabuena por el bestseller.
Muchas felicidades, es un premio muy merecido de verdad. Precisamente los dos relatos a los que yo voté, resulta que también soy un poco bruja jajajaja.
Espero conocerte pronto.
Creí que serías de los elegidos del jurado. Me equivoqué y bien que lo siento.
En todo caso, enhorabuena por haber sido, al menos, ganador del premio del público.
No te preocupes Luna. Con tantos buenos relatos, era difícil estar entre los diez finalistas. Estoy más que contento con lo que he conseguido y no me debo quejar. Muchas gracias por tu interés.