188- Soy perfectamente inexperto, pero te amo. Por Alessandro Ilimurí
- 15 julio, 2011 -
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La historia del que no supo amar empezaría de una manera muy peculiar ante un universo de frialdad. Intentar amar no tuvo límites ni mucho menos edades; solo llegó y se estacionó en la puerta blindada número 33, con un perfume emocional para recorrer el puerto del Sou.
En aquella época nos llenamos de ilusiones al mirar por los balcones, y demandábamos al señor cielo ser más grandes y menos inexpertos.
Caminando por una avenida cerca del puerto, leí la leyenda de la apostasía dictada con la mano del gran dictador que surgió de los más recónditos lugares del apocalipsis humano. Fue atraída por esa fuerza que no puede eludir ni el mismo rey con cuernos de oro. Un extraño ser que aspira a ser querido; que se enfada, que no ríe y que de repente sueña con el cielo.
Muchas veces, en aquella habitación oscura, me pregunté el por qué del amor, ¿dónde nació? y ¿dónde morirá? Me gustaría presenciar tal ceremonia.
En una de esas tardes, reflexioné e imaginé muchos avatares que me dio el destino, entre ellos, la muchacha de pelo castaño y firme presencia. Aquella mujer fue la leyenda en vida de los cuentos del abuelo. El amor fue la injusta e inexperta idolatría que tuve con Eva. La tribuna de la justicia no tuvo criterio de salvación, ellos ya se perdieron hace miles de años en el juzgado primero de la calle tentación, pero si acaso quisieran opinar sobre la vida en un paraíso de afluencia de estrellas, pienso que darían el paso más profundo en su historia de justicia y realidad. A muchos pobres amantes del amor, les vendieron una falsa idea y, por ello, fueron juzgados como soeces paganos de la oscuridad.
En ese sentido, la muchacha Eva, cambió el curso de la vida intentando ataviar el terrible dolor de una persona que suele vivir con una simple y llana ideología, pretendiendo cambiar el verbo y la verdad de la palabra. Intentando hallar otro significado al amor, y otro, a la aventura.
Así surgió de lo más profundo de la mentira, el odio al amor, el odio a no saber amar, o mejor aún, saber amar pero nunca ser amado. Son terribles afirmaciones desde la radio nacional de los sentimientos rendidos, y una gran verdad de la televisión de los críticos emocionales.
Y, ¿en qué dirección podría recorrer la perfecta inexperiencia para encontrar al amor? Ciertamente la encontré en un puerto desconocido; llevaba el pelo suelto y una camisa muy pegada al cuerpo, a ese cuerpo bonito.
Ni los nombres del viejo velero de la abuela tenían tanto contenido; solíamos escuchar bellas melodías que salían de ese pedazo de madera flotante. Un mar de recuerdos. De ella salían tristes melodías que encarnaron la feliz etapa de la vieja amiga de la vida.
Las tardes venían solas y el lugar quería ser visitado y pisoteado. La antigua embarcación tenía vida propia, tuvo emociones abordo y amores con morbo.
I love you “Yemei Sou”, así se escuchaba la canción del pianista fantasma. Encarnaba una bella historia de amor de los años 30, un amor que además de ser pasajero, fue el sentimiento más puro que guardo el puerto del Sou.
Solo cuando recuerdo cada instrumento que salía de aquella época sin nombre, recuerdo tu cuerpo junto al mío, tus ojos clavados al destino, y por sobre todo, me hiciste la persona que debió ser desde siempre.
Quién como tú, y quién como yo, quien como esos dos seres amantes que disfrutaban del instrumento efímero de la vida.
Yemei Sou, no son solo palabras que brotaron de una pasión desmesurada, o miradas de los años 30. Algún momento pude preguntarme si en verdad viví lo que vivimos, y ahora me pregunto ¿por qué lo perdimos? Sin embargo, el viejo velero se llevó nuestro romance, y tú, te llevaste el gran significado de nuestra palabra… amor. Mis opiniones me trasladaron por el camino equivocado, y por sobre todo, me alejaron de aquella tarde llena de coqueteo, donde tú y yo jugábamos a querernos, a prometernos el tiempo y el espacio, las noches y las mañanas.
Después de todo, logré entender que tu amor, no me pertenecía. Que encontré la respuesta a mis preguntas, en aquella confesión a escondidas. En esa última nota que había dejado en tus manos, y que tristemente recogí del fango y las cenizas.
Siento decir que fuiste la única en mi vida, siento escribir tu nombre y no el mío, siento mil veces siento mis dudas en mis romances, siento que es hoy, y no es ayer. Por todo ello, digo lo que siento.
Entro en el viejo velero del amor, me siento y respiro, respiro nuestro aire flotando en mis pensamientos. Eres dueña de mi ayer y fiel reflejo de Yemei. Giro la cabeza y observo cada rincón del recuerdo… de los coqueteos…de tu sonrisa…de mis lágrimas. Esas lágrimas fingidas que muchas veces te creía -tonta infidelidad- no demostraban el verdadero calor de la melodía. Lo evidente y sincero es que fui el único de amor de por vida, en eso nunca me mentías. Y si ahora derramo unas muy cansadas lágrimas, es por el vino y la alegría.
En pos de nuestra felicidad me mentías, pero claro, el dolor que tú sentirías me destrozaría. Nunca creas ni te mientas, nunca frenes si aceleras y nunca digas nunca si de amor has vivido o si de amor quieres vivir.
En este ocaso de mi vida, pongo las manos sobre mi cabeza, dejo mis ojos sin rumbo, y mi corazón casi lento y ya marchito. Quién diría que de amor no se vive, que una copa de vino no emborracha y que una mujer nunca se enfada. Eso no se escribe ni se delata, no se siente pero se vive, no se habla se lo demuestra, y mucho menos te delatas, es más… te lo guardas.
Aquellos puertos agruparon veleros y romances, los violines fueron pasiones en notas musicales, la botella de vino fue la sangre que circula por el cuerpo de dos tiernos enamorados, y el motorcito del velero dirigió aquel peculiar romance.
Que tierna es la vida decía la abuela, y que sencilla la muchacha que visita el puerto. Esa fue la imagen que dejaste a la experiencia. Nos encariñamos de los verbos, de lo justo y de lo injusto, de tus besos y de mis caricias. De los abrazos prometidos y el disco jazz de los rendidos. Mil armónicas en mi cabeza y mil te quieros en mis deseos. Soy lo que soy y te he fallado. Te llené de ilusiones, de promesas, y lo más injusto fue decirte que no te amo. Es el barco de los caídos, de los que algún un día se amaron, de los dos que bebieron el vino prohibido.
Los párrafos de la historia congratulan un año más de nuestro aniversario, un año más de una falsa historia que nació en los puertos de la ilusión, la esperanza y la atenta mirada de firmar un buen convenio. Una ocasión que sin duda alguna se metió en el oasis de mi vida, de la vecina y por supuesto no olvidar al extraño en mi vida, y conocido en el tuyo, aquel que te miró, te sonrojó y luego “te liberó de mi”. Esas fueron tus palabras en medio de una explicación inexplicable. Parecía todo mágico y solemne, pero al parecer cuando tú te sonrojas, te enamoras de la cálida mirada de un espectador.
Pretender ser lo que no eres fue el primer gran error de tu juego, intentamos llevar una relación que no tenía la dirección correcta, solo a nuestra habitación. Unos cuantos ruidos de pasión o discusiones inexpertas, fueron los temas de repercusión. Después, quedó el agraciado beso que me diste en esa noche romántica y esplendida, donde te vi muy enamorada, bellamente comprometida con nuestra historia, y claro, un ser que te querría para toda la vida.
No es temible lo terrible, ni mágico lo nostálgico, es vida lo que vemos, latidos los que sentimos y besos los que añoramos. Ni la cartera, ni la riqueza y mucho menos la decencia lo que se olvida; es la verdad y la carencia de entrega.
Las preguntas viajaban en mi mente, se enlazaban con los recuerdos y revivían bellas emociones. Momentos perdidos que instigan el ego del que ya ha caído. Es profundo aprender a perder, cuando ya lo has perdido todo, y superficial el dolor cuando pensé que vivir junto a ti sería mi salvación. Allí, en aquel bello puerto, perdí la brújula del amor.
Mi pretérito, mi verbo y mi sustantivo han llegado a quedarse sin más que acotar a esta sincera historia que jamás renacerá.
Son las veinte horas, con treinta minutos y escribo el reglón de mi trágica perdición con un ápice de mala intención. Y por ello, me siento satisfecho, pasó el tsunami con tu amor. Arrasó mi huerta, mi espacio, mi mundo, mi nombre, mi orgullo, y por último, los minutos de amor que dediqué para quererte y hacerte la mujer más feliz del mundo. Ahora, veinte horas, con treinta y cinco minutos presiento que derramaré unas cuantas lágrimas que recuerdan tu partida, mi agotamiento, y aquellos versos sentidos de templanza emocional.
La inexperiencia viaja por mis venas, recorre cada espacio de mi mente y regula las tristezas momentáneas que desencadena una experiencia. No fui perfecto, no lo soy, ni lo quiero ser.
Aún te amo, no lo niego, ni lo desmiento, pero siempre lo retengo, es mi espada en la batalla y mi defensa en el ataque. Siento y lo deseo, añoro pero jamás lo imploro. Es una suculenta y aciaga obra de teatro que montamos, y gracias a ello pedimos votos de aplausos, y votos de santidad para asegurar una vida eterna. Ambos dijimos si a la vida, al amor, a la religión y al todo e infinito universo.
Encontrarme en mis últimos minutos, no es el mejor final que había soñado, pero prefiero morir acompañado por aquella botella de vino del 34. El mejor regalo que dejó la abuela.
Es posible que alguien encuentre mis notas, mis apuntes, la vieja máquina y el habitáculo con pocos secretos. No escondo nada mío, solo un amor rendido. Estaré sentado hasta notar la ausencia de luz por la noche, y en ese entretanto, saldrá mi amiga la luna. Me llevaré sus últimos reflejos y seremos cómplices del fin de algo, y el nacimiento de esta bella historia. El puerto de Sou, y tú, conquistaron la pluma que escribió los relatos mas anhelados de un ser apasionado. Muchas veces y sin mirarme al espejo, me di cuenta que los cabellos blancos tienen su historia, sus respuestas y sus propios sentimientos. Sé que pronto sellaré el oasis vivido, pero aún así te digo bien despacio y por escrito…soy perfectamente inexperto, pero te amo.
Marcaré el propio final de la historia, dejaré clara evidencia de los hechos para alejarte de cualquier falsa culpa, ya tendrás suficiente cuando lo sepas. Una botella rota, y una camisa con lágrimas de vino, te alejaran de la culpa.
Y así sucesivamente fueron cayendo los seres más molestos de la historia, con sus aptitudes, sus hegemonías, el misterio y la curiosidad de saber el fin de su leyenda. La oscuridad del cielo y el resplandor de la luna en mi botella inician el camino que dejaré con tantos latidos. Unas líneas que fueron escritas con sentimiento, y unas cuantas gotas de dulzura que no mojan el sucio engaño.
Así concluye el capítulo ajeno de la triste pluma con sangre que derramó el susceptible agresor de leyendas y sin más, salgo de la historia por la puerta más pequeña e ingreso por mi ventana para continuar con mis secretos.
Excelente trabajo!, merece el primer premio!
magnifico!
Felicitaciones al autor del relato por el magnífico trabajo..
PODRÁ SER UN MAGNÍFICO TRABAJO EN CUANTO A SU POÉTICA ESCRITURA, ASÍ LO SEÑALAN NICOLÁS Y SARA. A MÍ ME CHIRRIARON ALGUNAS METÁFORAS. SUERTE
Alesandro, solo hacerte llegar mis felicitaciones por la obra, en hora buena!!! y este relato sea un camino al exito…
Alesandro, me encanto tu relato,felicitaciones, te mereces un diez, adelante
Alexandro buen trabajo los diez son tuyos, exitos
Alesandro esta buenisimo te mereces los diez puntos fuerza y q sigas adelante
buen relato Alessandro….felicitaciones…
Estuve leyendo los relatos publicados y la verdad, el de Alessandro me gustó mucho, es una literatura.
En primer lugar quiero felicitarte por el empeño puesto en el relato y desearte mucho éxito…
Felicidadesssss Alessandro, que bueno saber que decidiste participar del concurso…fuerza!!!!
Bonito relato Alessandro…Exitos….te mereces lo mejor.
Me gustan estos concursos, felicitaciones a los organizadores y mi voto va el Sr. Alessandro. Felicitaciones
whoooooouuuuuuuuu que tierno.. fuerza fuerza..
Buenisimo…FELICIDADES…!!!
Alessandro!!! Muy lindo!! Me encanto la verdad, vamos a conseguir mas votitos!!! Jeje saludos, todo un escritor.
!!!! en estos tiempos de cambios a la gente nos gusta ver que todabia ecisten personas como tu que exploteb su arte y nos hagas participe FELICIDADES ERES GRANDE continua asi con ese arte gracias
Me encanto el titulo del relato.No es necesario que seamos expertos para vivir un amor. Felicidades.
Posiblemente con palabras no podría decir cuanto gusta, per q la situacione es muy interasante. Un puerto y una «muchacha». No obstante un contenido serio y hasta filosófico. Espero contactar con usted,y debatir.
Alessandro: Me encanto, !!Felicitaciones!!! mereces ganar.
Me gustaría saber, el por qué de la historia. Es sumamente cálida y metafórica, incluso diría hasta irónica. Contiene magia y realidad. Veamos qué pasa?
Te deseo tanta suerte en el cértámen como amigos parece que tienes (enhorabuena por ello), pero me ha parecido un texto más apropiado para una poesía que para un relato. Y reconozco que la poesía no ha estado casi nunca entre mis principales inclinaciones.
Un saludo
Me encanta lo romantico, y desde que segui tu carrera, sigues en esa linea. Has evolucionado, pero debes continuar, no frenes. Besos
Comenzé a leerlo con la desconfianza de que sólo fuera un título…para nada, absolutamente precioso.
Suerte
Buenos días estimados amigos/as;
Sencillamente es precioso saber que aún quedan personas que aman un poco de “tinta literaria”. Es una mezcolanza de palabras y de aquellos sinceros deseos hacia mi persona.
Hoy, podré decir que éste certamen ha ganado una batalla, un algo que llena de esperanza y nos dirige al añorado parque de emociones.
Con toda la humildad, agradezco sus cálidos deseos.
Hasta pronto.
Alessandro Ilimurí
Quién diría que la inexperiencia es pasajera? Personalmente pienso que el relato poético, es una sucia verdad, que cubre el dolor y el engaño con sutiles palabras. ¿A quién le paso esto?
Saludos y suerte¡¡¡
Un gran relato lleno de sensibilidad y sabiduría. Mucho ánimo. Un diez.
Mas que en el certamen,te deseo suerte en tu carrera. Eres una persona muy calida y humana.Soy fer del circulo bellas artes. Saludos
Siempre te conocí como un valor jóven de la literatura. Sigue adelante que llegarás muy lejos
Victoriano Cabronne
felicidades amigo, sigue dando rienda suelata a todas tus inquietudes literarias.
Lo siento por Alessandro y por todos sus seguidores, pero no solo me ha parecido, sino que creo positivamente que este texto es un auténtico TRUÑO.
Soy malo, lo sé.
Soy amante a la lectura, y en cuanto supe que participabas de un Certamen, quise leerlo con mucha atención. Sinceramente no has perdido la metafísica en tus escritos. Haces una mezcla poética y eso gusta. No obstante, debes seguir, por que te falta mucho camino. Gracias
..Muy Buen Trabajo…no esperabamos menos de alguien como Vos…
Felicitaciones… mucha Mer…
Enhorabuena por tener tantos amigos, además de esos que dan palmaditas en la espalda, al margen de la realidad.
Buena suerte con el premio del público, que creo que es al que optas dada tu popularidad.
En cuanto al premio del jurado, si consigues algo no volveré a entrar en esta página en mi vida.
Alejandro creo que los amigos son los que dicen la verdad a la cara, guste o no. Si meditas sobre esto daré por bueno el tiempo invertido en tu pseudorelato.
Lo dicho no quita que te ponga un 10 en el amor a escribir que se te ve; con eso y con amigos de verdad que te ayuden con críticas mas serias seguro que llegarás a escribir rebien.
Mucho ánimo y sigue escribiendo, pero procura rodearte de gente crítica si quieres mejorar.
Estoy de acuerdo con las opiniones críticas y constructivas, y en desacuerdo con los(as) ordinarios. Existe un léxico amplio para sugerir y sencillamente éste «relato» va dirigido a un público específico. Si lo segmentó ocasionalmente o intencionalmente, y por lo que se puede leer, le funciona.
Alessandro le sugiero,tome en cuenta las opiniones.
Suerte.
Buen trabajo.
Suerte
Que tenga suerte, me gusta su relato.
No soy amante de la poesía, pero como distracción literaría, y sobre todo de enamorados, se acepta.
Saludos
Es la inexperiencia pasajera? o de por vida?
Lo mejor es debatir en medio de un mar revuelto lleno de sorpresas, Hakim
Buen trabajo Alessandro..exitos….
Hola Alessandro, te comento que me gustó mucho tu trabajo, fuerza y adelante.
felicidades es un muy buen trabajo espero q t vaya super en el futuro
Interesante.
Suerte.
que buen relato… espero que gane
Un contenido profundo. Suerte.
un exelente trabajo y muy bueno, felicitaciones..!!
la historia me parecio muy buena y espero q gane
¿La historia? Pero, ¿que historia?
Que lindo encontrar a una persona que puede expresar sus sentimientos de esa manera… sin duda lo que hoy haz escrito merece el primer lugar… SIGUE ADELANTE!!!
Apreciado autor veo, o mejor leo, que tienes inclinación al lirismo, a la imagen, pero que no la fusionas con la narrativa, o al menos intentas balancear la ecuación, buscar el equilibrio; el resultado es que este texto que presentas me parece más un ejercicio poético que un relato. Con este comentario busco ofrecerte otro punto de vista (quizá errado, pero honesto) ya que en esta versión del certamen contamos con muy pocos críticos severos y, aunque a veces me parezca ofensiva la forma como exponen sus ideas, creo que son necesarios para nuestro crecimiento como escritores. En síntesis: mucho elogio y poco, poquísimo palo, en muchos casos necesario. O, sacando de contexto un adagio popular de antaño: ¨La letra con sangre entra¨, especialmente para los autores noveles que somos tan propensos a creernos el aplauso y al hacerlo, nos dejamos de esforzar.
Te recomiendo: ¨Tres colores¨ de Gretel, desconozco si lo has leído, pero me parece que es un texto muy bien logrado cuyo estilo narrativo tiene una poética especial, sensible y nivelada (y eso que en la primera lectura me pareció algo dulzón, pero a la segunda le capté la intención y vaya…)
Mis mejores deseos.
no se puede comprender el verdadero mensaje de este texto con solo leerlo una vez, la profundidad de el mismo es un abismo de sentimientos que buscan salir a la luz sin haberse jamas ezperimentado, exelente trabajo, Alessandro
Cuando llega la hora de la verdad los temibles suelen atacar a los más débiles, a las mujeres, a esos sentimientos que nacen y que muchas ocasiones se pierden en el camino de la frialdad, o el egocentrismo rendido.
Es posible que las causas sean conocidas, que las secuelas de aquellos esbirros quedaran plasmada en ojos de niños desabrigados; cruda realidad que muchas veces se han obviado. A todo ello, las semillas vuelven a crecer, los bosques a respirar y los pueblos con un nuevo amanecer.
Estimados lectores, hay una sola vez en la vida que podemos hacer lo que realmente deseamos, las otras veces, generalmente obedecemos a las masas sociales, a la vecina, al ejecutivo de marca Ferrari y, al cura de la iglesia. Es cierto que unos lo hacemos mejor o peor, pero la condición radica en el hecho, en realizar la acción tal y como lo hemos idealizado.
La mezcolanza de letras que han leído en este “campo literario” no enriquecerá a Alessandro Ilimurí, sino, a algunas personas que intentaron cruzar la frontera de la experiencia anticipada. El amor no es un juez dictador, y por ello me declaro perfectamente inexperto, pero amo.
Reciban mis más sinceros deseos de equilibrio y reflexión por aportar sus ideas, sus críticas y sus sentimientos. Cada palabra es mi galardón y lo demás un complemento para dilucidar al gran vencedor.
A.I. [viii-viii-mmxle]
Ha sido bonito leerlo…
Es poesía…
«Siento decir que fuiste la única en mi vida, siento escribir tu nombre y no el mío, siento mil veces siento mis dudas en mis romances, siento que es hoy, y no es ayer. Por todo ello, digo lo que siento.»
Me voy a guardar esta frase.
Sin embargo, estoy de acuerdo con el comentario de H. K. Y también te recomiendo «Tres Colores».
suerte!
ES muy profundo……….es como ir a una realidad la cual cuesta ver………por q vives en otro mundo…….pero el hecho de q solo exista es hermoso
Un texto suave y desgarrador. Prefiero ser inexperta.
La verdad Alessandro, lo vi al principio e intenté soslayarlo. Me pareció, al igual que a casi todos, más poesía que relato. Quería haber pasado de soslayo por él, pero me ha sido imposible. Por dos motivos. Desde siempre la poesía (la corrientita, no la otra) se me ha dado mal, me suena a complejidad, algo donde todo vale, cualquier cosa (un ángel o un demonio) puede explicar el todo o la nada. Y eso, a mi juicio, es lo que ocurre en esta extraña historia. Hay frases que no entiendo, otras no sé en que parte del cuento pegarlas, en algunos párrafos el final desbarata el principio. En fin, que estoy hecho un verdadero lío.
El segundo motivo es que, con la procesión de admirador@s que iban apareciendo, me costaba creer que fueses un camelo o una puñalada por la espalda.
Yo sé (porque lo he leído en algún lado) que la poesía es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético a través de la palabra. He leído asimismo algunas cosillas de poetas como Ángel González, Gil de Biedma, José Ángel Valente…, verso libre en poetas comprometidos. Poemas sin ambigüedades, poco confusos y muy directos. Donde no hay sitio para el retruécano o la incertidumbre. Si me lo permites tú y el administrador del concurso te voy a poner uno cortito (es de Ángel González):
Así nunca volvió a ser
Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.
Si pones todos los versitos seguidos, podría quedar como tu cuento. Bueno como el tuyo es un decir. Por que yo en el tuyo no me entero de casi nada, Alessandro. No sé quién es quién, ni siquiera si existe algún quién. Puede que sea el recuerdo de un amor inexperto, pero intenso. Puede que el protagonista esté muerto: “Encontrarme en mis últimos minutos, no es el mejor final que había soñado”, dice en las postrimerías del cuento. O puede que se haya recuperado: “salgo de la historia por la puerta más pequeña e ingreso por mi ventana para continuar con mis secretos”, que declara en el último párrafo.Así que he decidido pedirte (por favor) una cosa: que me hagas una breve sinopsis del cuento. Me vale una sencilla, al estilo ortodoxo que aprendimos: planteamiento, nudo y desenlace. He visto que, entre tanta adulación, has dedicado un par de ratitos a tus lectores. Por eso espero que me hagas a mí ese favor. Tal vez me taches de necio o de inculto, pero tengo una verdadera lucha conmigo mismo. Te aseguro que lo he leído más de una vez, pero me cuesta. Espero que no te haya molestado y, de cualquier manera, te deseo la mejor suerte en el certamen.
Confuso y certero.saludos
Alessandro:
Enhorabuena por tu escrito. No creía posible una reedición del futurismo casi un siglo después. Si el éxito que todos te vaticinamos no alcanza a malograrte estamos ante una de las plumas más prometedoras de los próximos años.
Eres un escritor de casta, alguien a quien las buenas o pésimas, muchas o pocas lecturas mal digeridas, apenas han dejado huella o mácula. Tu estilo es personal y, afortunadamente, inimitable. Mi referencia al futurismo tiene una explicación. He descubierto el secreto de tu arte. Pero no sé hasta que punto es legítimo este artificio, como tampoco sé si es ético revelarlo; bueno venga, vamos allá: tu secreto consiste en escribir en inglés y utilizar el google translate para reconvertir el texto al castellano. No es mal recurso, cualquiera puede hacer la prueba, pero por esta razón reconozco en ti antes al artista revolucionario e innovador que al estilista o al poeta incapaz de desenvolverse con soltura en la construcción de versos y estrofas. En cuanto al sentimiento…. sobre este punto reconozco que he sido incapaz de desentrañar los secretos de tu corazón
Solo una pregunta más ¿que significa eso de «el gran vencedor»?
Vaya cuanta nostalgia y melancolia, que sin uno pretenderlo te envuelve y atrapa, mucha suerte y exitos;=)
Una nota interesante, sin embargo no es de mi gusto literario. Suerte
No esta mal, suerte.
Mi identifico con el título de su nota. Debido a mi juventud muchas veces no me tomaron en cuenta. Soy inexperta, pero con muchas ganas de seguir aprendiendo.
Mis sinceros deseos.
Apasionado, triste y tierno. Gracias a Isabel por pasarme el dato. La inexperienciaaaaaaaaaaa……
Apasionado sí. Más penoso que triste. No adivino la ternura por ninguna parte sino el resentimiento llorón de alguien que no sabe aceptar un no por respuesta. Me refiero al personaje de la historia, que no cuento, no al autor, porque prefiero pensar que no es un relato autobiográfico.
Hay mujeres libres, las que quieren ser libres y las que mueren por libertad. Y al no aceptar ciertas emociones, no lo digo por «R», por que sería penoso que no conociera la ternura de recibir una rosa de verano.
Cita de Alba:
«Hay mujeres libres, las que quieren ser libres y las que mueren por libertad. Y al no aceptar ciertas emociones, no lo digo por “R”, por que sería penoso que no conociera la ternura de recibir una rosa de verano.»
Alessandro ¿Eres tú? Porque si no lo eres debes sentirte orgulloso de que a tu sombra broten los epígonos gloriosos cual churros o cual hongos preñados de emoción y despachurre. Desconfío de la estulticia y, a pesar de la mescolanza de estomento, alcanfío la porricia de los chirrios. Si la escalgurria no fuera hija de la bosta o el cagajón expandío, allí donde concurren la diosa madre gea y el pielago infinito, remedaría mis anhelos en escolfas de cuchuflas. Amantío, más descoñomo; no en valde descoñuflo y, a pesar de tanto endamío, desvarío.
Estimados lectores y escritores:
En períodos tan cambiantes como hoy, la sociedad cae tristemente en garras de hambrientas hienas salvajes. Esos peculiares animales que visten corbatas rojas y azules, y alguna que otra intenta llevar ambos colores. Es triste ser espectadores; presenciar injusticia, guerras y muertes inocentes en televisores de 47 pulgadas y unas palomitas de maíz “popcorn”. Y es más triste no saberlo y vivir en una realidad casi inminente.
A todo ello, me siento complacido y realmente admirado, en cómo una pequeña nota de unas cuantas palabras ha llamado la atención de unos cuantos lectores; conocidos, desconocidos, amistades, alumnas y hasta bellos amores de rincones conocidos.
Dentro de esta maravillosa sociedad lectora, leí apreciaciones muy admirables, pulcras e intachables. Llegué a leer peculiares protestas literarias con ápice de sarcasmo e incertidumbre. Incluso mi estrecha relación con google salió del armario.
Sin embargo, el telón para muchos de nosotros –ruego que sea así- continuará abierta esperando grandes actuaciones que nutran la vida cultural de millones de lectores. Como decía la abuela: “Que llegue despacito, que se siente y que luego me visite para no salir de casa”. Las calles posiblemente sean el hogar de nuestras experiencias, de las anécdotas y sobre todo de la verdadera visión de nuestro presente. Quien escribe, sueña y quien sueña se emociona. Y por eso, leemos grandes libros que enriquecen nuestro jardín literario.
Soy perfectamente inexperto, pero te amo, nació por los gritos incesantes de muchachas, muchachos, jovencitos maduros, viejitos inmaduros y aquel viejo que cuenta la guerra de Mussolini con tabaco y jerez. A todos les inquietó el amor, les despertó una pequeña curiosidad y a muchos les cambio toda la vida. Y en éste vaivén de la vida, los jóvenes “inexpertos” necesitaban el respeto de los viejos “expertos”, y los viejos “expertos” dictaban con el dedo la palabra respeto a esos jóvenes “inexpertos”. Así y por muchos años, la sociedad fue creciendo y desarrollando ciertas aptitudes que nos llenan de orgullo y felicidad.
En este caso en particular, quise llevar esta nota con modulación poética, de una investigación que más adelante saldrá a la luz. También añadir o acotar la idea central en la que los personajes se ven envueltos en una relación romántica y mágica, esas de primera vista, aquellas que quedan plasmadas de por vida. Ambos con la ilusión de soñar de amor toda la vida, pero uno de ellos inició el despertar de una realidad latente, enamorarse por segunda vez. Unos aceptan tal planteamiento y otros que ni siquiera lo matizan. Pues bien, el perfecto inexperto no aguantó tal rechazo y decidió contar su historia con una botella vino, y con esa misma botella dar fin a su existencia.
El habitáculo de mis notas, mis artículos o mis investigaciones, se basan en el aspecto emocional. En el cohete interno que viaja por toda esa estructura lógica de sensaciones, humores, miedos, y desamores. En algún momento la inexperiencia gano mis batallas más codiciadas. Pero al día de hoy, sonrío y agradezco haber pasado por el camino feo, oscuro y tenebroso. Ya que de ello pude escribir algunas historias.
El “gran vencedor” de éste Certamen Literario deberá ser aplaudido por todos, y espero presenciado por muchos. Y digo “gran vencedor” porque hasta aquí amigos escritores y lectores, somos vencedores. Sacamos la pluma y escribimos cosas que muchas veces no quisiéramos escribir, pero hay algo que nos motiva a concebirlo y ejecutarlo. Y doy gracias Dios, y a esa señora cansada, que me enseño a escribir mi nombre y luego mi apellido.
Son las 23:06, y deseo el mejor éxito a todos los vencedores de éste espacio literario.
Gracias por su tiempo y sus palabras.
ALESSANDRO ILIMURÍ
Soy perfectamente inexperto, pero te amo.
Amén
Que hermoso relato que te hacen entender cuanto puedes amar aunque seas perfectamente inexperto !Sigue adelante!! alessandro
Me considero una mujer inexperta, y a pesar de eso, creo que la mujer nunca dejará de tener la ternura y dulzura. No me expreso como quisiera pero como mujer siempre defendere la cualidad tierna de nosotras.
Alessandro, estimado profe, espero lo tengamos mucho tiempo a nuestro lado.
Suerte
Bellas palabras aunque, sinceramente, no he entendido nada.
Suerte!