237- El amor resulta indemostrable en nuestros gestos. Por Cio
Hoy me resulta alegre recordarte al pie de aquel enebro que plantamos, escribiendo pueril en su corteza
Hoy me resulta alegre recordarte al pie de aquel enebro que plantamos, escribiendo pueril en su corteza
El ardor de las cabalgatas se ha llevado el gemido de mi vientre. La coraza que hacia de abrigo en las vertientes de mis penas ha flaqueado. Las pisadas, las resonancias, el fin, el eterno y atormentado señor de las alturas.
Algunos días son como accidentes, y a sus tardes tediosas les sucede una niebla que cubre mi alma oscura;
Despiertas apenas, y ya te llamábamos mamá, mamita, la buenahora, la señora nuestra de pan y de leche quieta que bendijese
Trueno en soprano hacia el lado de la montaña. Lluevo del ojo derecho porque el izquierdo ya no tiene qué llorar.
ROMPEN LAS OLAS CONTRA MIS BRONCAS HACIENDO AÑICOS MIS ILUSIONES. BUSCO CAMBIAR MAS MI NECEDAD
Ahí en el pasto de esa plaza, donde los amantes se revuelcan por la noche desfilan las ratas.
Federico, dame tus ojos y todo lo que ellos han visto.