Convergencias:
Todas estas convergencias
estos puntos en común
estas casualidades bajo la borrasca
me hacen comprender
que aún se dibujan
surcos imprecisos sobre la hojarasca
sutiles indicios
con los que disfrazo a los sentidos
ora apresurados, ora conmovidos.
¡Oh! somos simples gotas de vida
quizás, un legado de presencias
que casi nadie ya reclama
¡Oh! el rastro de los que nos transitaron con su voz
y nos volvieron acerbos caminos
a un costado de las certezas
¡Oh! ríos sumergidos
dentro de un mismo mar
inmersos en la similar amplitud
que cabe antes del abismo.
Todas estas convergencias
estos puntos en común
a las que podremos arribar
aunque sea para siempre
aunque sea con sólo brillar.
Y:
Y dos puntos
racionalización precoz de la verdad
y dos puntos
que tal estás sin signos de pregunta
y dos puntos
contestas que a duras penas aunque contento
y dos puntos
¿hace cuanto que no trepas a un árbol?
y dos puntos
hace varias semanas que me he vuelto un niño
y: no quiero
al menos por ahora
volver a crecer.
Nastrond
Cuando te acercas expiro
me convierto en una floresta de hierro
o en un destino juzgado
por el propio Minos
condenado a permanecer
en la caverna de los Tártaros
por los siglos de los siglos, kirié.
Renazco, vuelvo y me sumerjo
en las profundidades del Nastrond
luego, braceo hacia la precisa rivera
que dibujan los perfumes renacidos
con cada surco de tu mano.
Oxígeno
Así, nos convocamos otra vez
tan prontos al ahogo
tan cercanos al oxígeno
que nos inflama y retorna.
¡Oh! el aire se propaga
con eterna empírea por los pechos
de los que alguna vez alcanzaron a creer.