Las gaviotas vienen a picotear a cada momento
Estas alucinaciones descoloridas,
con un canto bien triste para el que sufre.
Colócame las costillas en su sitio y tírame al mar
porque ahí puedo transfórmame en lo que destine
y no morir como tanto he soñado.
Mi cuerpo grita sin voz y escapa.
Soy yo sin serlo aunque trate de acomodar
mi cabeza sobre este cuello desformado.
Ya nada tiene colores, ni siquiera la luz
que tanta falta me hacia.
Las gaviotas vienen a picotear y es inútil
espantarlas,
ellas saben comer carne virgen.
Lejos el pasado me tatúa la piel
y escribe tu nombre,
el pasado y las gaviotas arrancan mi carne
y la deshuesan.
Me miro a mi misma sin este brillo
en el rostro,
sin este cabello perfecto
que fabrique para comenzar nuevamente.
Ellas vienen a picotear con la misma
fuerza que se duele mi alma,
no pido ayuda porque nadie puede salvarme.
Entonces dejo mi cuerpo a la intemperie,
sumándose más mi dolor hasta convertirme
en alguien que no respira, que no siente,
que no duele,
simplemente en mí como eso que algún
día pude ser.