Esta, es la historia,
de una fémina galante
que se enamoró un día
de un soldado de febril turbante
que la amaba y le decía,
con pasión yo quiero amarte
posando en ella suspiros de armonía,
pero un día con mirada triste
le soltó una expresa letanía:
me voy, tengo que estar en combate
en la guerra noche y día;
ella le ofreció un diamante
para protegerlo, y el sonreía
el le ofreció un rubí, verde mate
por si en la batalla el caía
y bajo la sombra de un amate
amor eterno el le prometía,
con sus pasos de almirante
le dijo adiós porque partía
y ella dijo ¡juro amarte!
hasta ver el sol en agonía.
El con su fusil batiente,
al enemigo vio que moría
pero un día por mala suerte,
apagó su corazón en agonía
con un grito le llegó la muerte,
y a su novia una triste elegía
que versaba ¡mi ultima batalla inerte!
fue no estar frente a la amada mía.
Aunque fruto de su amor latente
ya un hijo en la dama florecía.
De pobre factura.
¿Los rubíes no son rojos? No entiendo porqué el de tu verso es verde mate. Del resto del poema entiendo demasiado. De todos modos es una historia bonita, tiene un aire de leyenda.
Imagino que es así como te gusta la poesía, y no tengo nada que decir al respecto.
Quiero proponerte que leas mucha poesía de calidad para que, de esa manera, puedas aprender nuevas maneras y mejorar la tuya propia.
Te voto con un uno y te deseo suerte en el concurso. También aprovecho para invitarte a leer mi poema, el 139, y a que dejes allí tu opinión.
Un saludo.
Por lo menos el final sorprende. La rima me desquicia, debo admitirlo, y ahora estoy llegando a los límites de mi desquiciamiento ¿podremos dejar de querer parecernos a algún consagrado, ser “uno mismo” y dejar de copiar sus modos de expresión? Yo por lo menos no me visto con vestidos largos todavía…
Tiene aires de romance legendario. Suerte y te voto con un cuatro, pasa a leer mi poema, es el nº 30.