Gris,
naciste hace unos años
en los montes de Heraklión.
Tu padre, sabio filósofo
con ahínco, te creó
y , aunque no te llamó “Gris”
pero sí Moderación,
contempló que, como idea,
no era absurda, eso no,
pero sí un tanto compleja
de entender con la Razón.
Suscitaría recelos
y falta de compresión.
Gris,
tenue matiz olvidado
tras siglos, por unos pocos,
tu venganza silenciosa
nos está afectando a todos.
Gris,
no te alojes en el cielo
como invernal eslabón.
Danos tan sólo un respiro.
Libera, por fin, al Sol.
Dale un vuelco al calendario,
¡Que llegue abril, por favor!
Gris,
huye. Aún estás a tiempo.
No te guardamos rencor.
