A Ti, Señor de la Misericordia
que nos iluminas con rayos fulgurantes.
A Ti, que disuelves la discordia
y envuelves con amor, las penas lacerantes.
A Ti, hoy quiero elevarte mi plegaria,
para que el hombre sepa como disculparse
para que su pequeñez mundana y visionaria
Comprenda la magnitud de Tu Amor, sin achicarse.
Ante tanta miseria y cruel desdicha,
tu invariable Amor parece agrandarse.
Misericordia infinita, palabras no dichas
contemplan lo peor, sin apabullarse.
Los sin consuelo, terminan llamándote,
la soledad más terrible busca tu compañía,
y en ti derrotada, logra cobijarse.
tu corazón irradia luz, para los sin guía.
Tu mano en alto, nos muestra el camino,
tu bondad sin límites, hace que el hombre
sea capaz de confiar que su destino
tiene alas de grandeza, en pos de nuevas proezas.
MAESTRO DE LA MISERICORDIA que seas Tú amparo nuestro,
que confiemos en el GRAN AMOR DIVINO;
que renazcan en nosotros valores infinitos:
de paz y amor que eleven hacia Ti, todo lo nuestro.
