Frases inconclusas y palabras sin sentido se amotinan en mi mente,
presurosas por salir a luz en busca de un destino.
En vano se acomodan una a una, sin dejar espacio para la pausa necesaria.
Allí se quedan; sorprendidas por no encontrar la salida.
Allí se quedan; sintiendo vergüenza por una culpa ajena.
Aguardan con sigilo que la pluma se levante,
para dejar impreso el pensamiento ordenado con la palabra justa.
Escuchan mis suspiros que, desconsolados,
dejan escapar el último de los intentos.
Allí se esconden; con el corazón abierto y los puños apretados.
Allí se esconden; con la emoción infinita; más allá de la esperanza.
Vocablos que se pierden de mi boca, decantan uno a uno y esconden mi fracaso.
Andan y desandan el estrecho camino que recorre mi impaciencia,
ante la vehemente espera.
Allí me observan; sonrojadas y desnudas, pudorosas, ante el tiempo que las aguarda.
Allí me observan; se sienten desoladas casi sin pretenderlo.
Emiten balbuceos dando cuenta de que existen, me soplan al oído expresiones que no entiendo. Tal vez sea mi ignorancia la que no me permite,
dejar escapar el más efímero pensamiento.
Allí me esperan; con el seño fruncido por no comprenderlas.
Allí me esperan; mutando su silueta para que yo las conciba.