Ven, pero sin miedo
no sin cuerpo y sin espíritu
a mirarme
si no depende la felicidad de tu luz ni de tu eco
ni siquiera la armonía
¿Por qué tan rumboso acudes a la cita?
Seguiré conservando en lo más hondo
tu imagen clara
aunque la devore un invierno de esos
que por ahí andan sueltos.
No es necesario que vengas
si es con miedo.
No te arriesgues
seguirá viva tu esencia
y bullirá tu voz de mi cráneo en las paredes
hasta que mueras
o me muera.