Nadie va a robarme este invierno
Esperé con demasiado anhelo su polvo de hojas secas
Su sabor a palabras congeladas entre los dientes
Muertas antes de nacer como la promesa de una tormenta
Que nadie sueñe siquiera con robarme este invierno
Ni con impedir que me evapore y forme la más negra de las nubes
Para granizar sobre todas esas casas con cara de venganza
Porque soy sólo un árbol muerto en el bosque del presente
Soy el sol detrás del más largo de los eclipses
Soy una burbuja de aire atrapada bajo una ciudad de hielo
A la que voy a castigar con el calor de mi infierno