Miro las fotos guardadas en muchos rincones,
observo tus rasgos que se diluyen en mis recuerdos
pensaba que estaban desdibujados, idealizados ,
pero no , eres tú , el fruto de mis amores, y dolores.
Sigue la vida sin ti con su dureza, sus pequeños momentos
pero por fin ,te siento conmigo, sí, formas parte de mí.
Mientras escribo, veo tu burlona sonrisa llena de cariño
y las teclas flotan y corren como los ríos de antaño.
No sé qué te dirán pero espero que te demuestren amor.
Solo son un instrumento en mis manos pero tengo tanto dentro
que quieren volar solas y las dejo.
Cuéntame lo que te dicen, no creo que sean capaces de encerrar
en palabras tanto dolor, tanta soledad y por fin sentirse contigo.
Son unas pobres figuritas de metal que se sienten protagonistas
de nuestra historia, pero sólo es nuestra , de los dos .
Los deseos y sentimientos se agolpan en todo mi ser,
intento sacarlos , reducirlos a palabras pero no es fácil.
Un guiño nuestro, una mirada de soslayo, un beso escapado,
reflejaban tantas cosas que todavía los echo al viento, al aire,
donde quieras que te halles, donde presiento tu bella mirada,
donde tus vivarachos ojos llenos de inteligencia me den calor,
calor de hogar, de otoño, de lluvia, de hojas doradas pero tan hermosas.
Te fuiste sin yo quererlo, sin poder decirte tantas cosas…
sin que tu alma de niño creciera, se hiciera , hombre .
No nos dejaron, hijo, no tuvimos tiempo de compartir,
de sentir, de crecer juntos, pero tú creciste tanto en tan poco tiempo…
Dicen que se van los mejores, será como consuelo
ya que tus valores ya no tienen retorno .
La sociedad te ha perdido, pero no le importa.
Vive deprisa, sin rumbo, con carencias y superficialidades.
Sin embargo yo, que tanto te necesito, que anhelo tus ojos, tu mirada, tus
palabras y tu voz, no te tengo.
La sociedad avanza, progresa, pero pierde sensibilidad,
¿Qué importa el otro?, solo unos pocos lo ven, te sientes sola,
te cuesta seguir su ritmo, mi andar es cansino, lento, sube peldaños
pero son tan altos que hay pelear con ellos, decirles que cedan un poco,
que me hagan más fácil el ascenso pero no quieren, te dejan ahí, abandonada
a tu suerte, a tus escasas fuerzas y a esa lucha constante, dura y cruel
que tu ida ha producido en mí.