Una historia que como todas se ubica en un año, un lugar, unas circunstancias, entre determinadas personas, buenas, malas, peores, mejores, dignas del recuerdo, sobre todo eso, el recuerdo.
Claro está que hablo del recuerdo que no existe, pues en realidad no lo encuentro, pese a mi dolor, no lo encuentro. Pero podría darse el caso de que el recuerdo, ese que queremos dominar pero ni siquiera existe, es mejor que siga así, sin existir.
Mis pensamientos fluyen, y fluyen, y a la vez saltan hundimientos, dignos de ser saltados, pues cada vez que intento parar, y tomarlos con delicadeza, me accidento. Y accidentar los sentimientos no es bueno, al igual que no lo es, no poder dominar el recuerdo.
Y un día nací, que sencillo nacer, me presenté de nalgas y necesité de la maniobra de Brancht, un diez de marzo a las dos de la madrugada, y aquí estoy. Pero me quedé sin recuerdo, cuánto lo echo de menos.
Ya han pasado algunos años, para mi toda una vida, en realidad toda mi vida, cada uno de los minutos y segundos de mi vida, mi vida, ella es la fuerza.
Las palabras escritas reflejan la vida, la fuerza, los pensamientos que fluyen, el dolor. Maldito dolor.
Pero crecí, y mientras iba creciendo, no echaba de menos el recuerdo, hasta que un día llamó a mi puerta y empecé a accidentarme. Muchos fueron éstos, los que me rodearon, y mientras más me accidentaba, más fuerza cosechaba mi vida.
Tengo que dar tantas gracias a la fuerza, cuidarla, mimarla, alimentarla, acompañarla, saludarla, refrescarla, quererla, pues es mi vida.
La vida que dio una gestación llena de amor, ilusión, tranquilidad. Amor, ilusión, tranquilidad. Cuya desembocadura fue un parto normal, el diez de marzo a las dos de la madrugada.
Y nos vimos.
Fue un instante, fue un momento, bendito relámpago, es aquí donde pido al recuerdo que haga presencia, pero no lo encuentro.
Y horas más tarde empezaron a crearse los hundimientos, esos que me costó tanto esquivar, esos que a pesar de suponer tanto esfuerzo y tanto arranque para poder superarlos, siguen provocando accidentes. Pero aun con la carga que superarlos supone, dan fuerza a la vida y hacen de la vida, fuerza.
Maldito recuerdo, ¿dónde te habrás metido? Maldito relámpago, siento tanto haberte perdido.
Tal vez hubo una sonrisa, tal vez existió una caricia, seguro alguna palabra, ¿qué palabra?, le pido al recuerdo que venga conmigo.
Y más tarde, después de la sonrisa, la caricia, la palabra, llegaron los demás. Claro la familia, sus cuidados, sus piropos, sus amores, ahí estaban como cada vez que llega alguien nuevo a esta, la vida. Pero no quiero a la familia. Yo quiero al verdadero recuerdo.
Quiero cara, quiero gesto, quiero sentimiento, quiero miedo, quiero alegría, quiero paz, mucha paz, quiero verlo.
Me alimentaron, me asearon, me mecieron, callaron mi llanto; pero no para siempre, pues aun existe el eco de aquellos suspiros de hace ya tantos años.
Suspiros que no comparto, que solo yo entiendo y mi deseado recuerdo; que para muchos no existen, que para ninguno existen, son tan sentidos, son incluso queridos, porque gracias a ellos busco el recuerdo, ese que nunca encuentro.
Y de repente murió, la que me dio la vida.
Y nació la sombra.
Sigue escribiendo y aunque no hayas pasado a la 2º ronda, ánimo y disfruta de este noble arte: escribir
Raka, hay sentimiento y fuerza.
El ingeniero
Nadie duda de la emoción que transmite el texto, pero es prosa. Un saludo y suerte.
Se podría decir que es un texto de métrica libre y transmite un poema precioso. Pocos son así de emotivos. Te deseo mucha suerte Raka, pues desde mí te la mereces.
Prosa por donde se lo mire. Nadie cuestiona los sentimientos,pero es un concurso de poesía.
Hola a la autora. Pocos escritos se hacen en torno a la ausencia materna. Este es conmovedor, me ha transmitido un sentimiento muy tierno y el final es muy emotivo.
Verdaderamente, es muy original y transmite mucho al lector. Enhorabuena y suerte.
Estoy de acuerdo, es un texto que transmite un amor hacia la madre impresionante. Es muy emotivo. Digno de mucha suerte.
Un texto maternal donde los halla
Escalofriante tu escrito. Bella la escritura, la historia es muy emocionante. Te felicito Raka, espero que tengas mucha suerte.
Me ha gustado leer su poema Raka, pero esta parte aun más «La vida que dio una gestación llena de amor, ilusión, tranquilidad. Amor, ilusión, tranquilidad. Cuya desembocadura fue un parto normal, el diez de marzo a las dos de la madrugada».
Suerte en el concurso.
El recuerdo, maldito recuerdo. Un tema muy acertado, un texto poético superior. Muy especial. Te deseo toda la suerte que se merece tu escrito.
A mi me ha dado escalofríos este texto, algo difícil de conseguir con la lectura. Me ha hecho reacomodarme en el asiento mientras leía. Me encantó. Mucha suerte.
El escrito tiene espíritu poético, no obstante, esta escrito en una prosa muy cargada de repeticiones que pretenden dar fuerza y por el contrario debilitan la intención del texto. Así mismo, la extensión es un riesgo adicional.
Raka, por las características de tu escrito, pienso que tienes cualidades para la escritura epistola; si revisas, corriges, y depuras tu escritura lo suficiente hasta madurar tu estilo, puedes decantar en una prosa poética de buena factura.
Pocos cultivan la escritura de cartas, y la prosa poética es ideal para ello. Tienes el potencial para hacerlo.
Un saludo. Te deseo suerte.
Un texto más cercano a la prosa poética, aunque no acaba de convencerme, hay que tener cuidado con este género porque la extensión puede dejarlo a la mitad de una prosa inconclusa y versos líricos que no tienen la fuerza necesaria, el tema me ha gustado pero siento que se desgasta con la insistencia de la anulación de la memoria, mucha suerte.
Pienso que es un texto en prosa.
Se me ha hecho un poco extenso. Supongo que eso no es bueno. Por otro lado, es una propuesta original, desde la temática a la estructura. Ojalá el jurado sepa, más que yo, entrar en tu frecuencia. Suerte en el certamen.
Tiene un fondo poético y buena imagen, pero la manera de contar es narrativa a mi entender. No obstante te deseo suerte Raka.