174- Mar Interior. Por Yannil
Ese mar interior que fluye eternamente, al que a veces la mente comanda la intención,
Ese mar interior que fluye eternamente, al que a veces la mente comanda la intención,
Un disforme eclipse nubla la luna de mi añoranza, oculta su brillo blanco entre las sombras que avanzan.
Te vi despierto en la vejez que te duerme alargando tus pasos, golpeando tus rodillas benjamín en la sonrisa burbujeante de tus mejillas.
Observan mis ojos el amanecer y buscan hambrientos lo que ya no ven. Esperan incautos la luz que se fue gritando al pasado que debe volver. Que insulsos mis ojos que quieren morir si no ven la ola que vieron partir. Sus tristes pupilas rezan al brillar y esperan pacientes…
Cruzando el puente que te lleva de repente, a saber perderte sin querer encontrarte.
Hay quien preferiría el infierno Antes que esta estación tan dura De escueta y gélida temperatura Que conocemos por invierno
“El tiempo fluye siempre igual que fluye el río: melancólico y equívoco al principio, precipitándose a sí mismo a medida que los años van pasando.” Julio Llamazares.- “La lluvia amarilla”.- Ainielle está vacío como el eco en el abismo del silencio,
Cuando despertó a la vida estaba tumbado sobre la recamara.
Anhelo estrechar tu breve figura Besar tu boca frutal Tus manos acaricié y fui feliz
Animal, hermano mío, tú. (Lou Andreas-Salomé) Es un día cualquiera. No hace frío. Las nubes no se mueven. Huele a lluvia.