Cierra los ojos fuerte
hasta exprimir el último escozor de cebolla viva.
Cierra los ojos fuerte
y convierte en oscuridad este día eterno.
Cierra los ojos fuerte
y lagrimea ese último suspiro controlado,
reprimido con esfuerzo ante la muchedumbre ajena
para no reventar en espasmos de llanto.
Cierra los ojos fuerte
hasta que se encuentren en perfecta ingeniería del cuerpo
las últimas pestañas,
hasta que la cornea se desborde por el lagrimal
y se corroa la última caries del pensamiento.
Cierra los ojos fuerte
y permite que se escape todo tu afecto secreto sin reparo,
escupe la vida en un minuto de visión prohibida.
Cierra los ojos fuerte
y permite el rumbo sin rumbo y el propósito de tu destino incierto.
Cierra los ojos fuerte
y llora hasta la última incertidumbre de tu centro descontrolado,
y deja pasar la sombra de tu angustia en ambas direcciones.
Cierra los ojos fuerte
y al abrirlos,
no intentes perdonarte.