AVISO
No hallarás curación posible
para las formas tristes,
ni cobijo que te ampare
en ese territorio frío,
torturado por el dolor.
AGUA ESTANCADA
Miro pasar las hojas que el otoño se lleva,
más allá de los puentes.
Lo que no va a pasar es el destino
del que nada revela,
del que queda a tientas, su ambigüedad.
En nuestros tiempos esperar
resulta tarea impropia, detenerse ante
la sombra de la acacia, el gozo fugitivo
de sentir y de sentirme con esta algarabía.
Pero sé que este momento está de paso,
pues, se apoderará la soledad del que dispone
su mesa para nadie, del que cuenta
a otros su viudez en la tabla
de esta inerme corriente.
Miro ahora cómo crece la humedad,
todo el olor y el color se corrompe a su paso.
Es molesta la certeza de que no hay
castillos infranqueables ni muros
que detengan este vapor de agua.
Aquí el agua permanece quieta,
ese murmullo débil, cotidiano,
que sin pudor se ofrece
sobre toda su plenitud,
porque si no fluye no existe.