34-De mi voz que clama. Por Sigmund Freud

Puede ser mortal,
y así también sonar egoísta,
¡Quiero besar tus labios!
No por un momento grato,
sino, una vida eterna,
una noche, un día,
una paradoja si complace,
con perpetua justicia,
con tus propias manos,
con tu propio ser,
escucha la barbarie
de mi voz que clama,
¡Clama un destino!
Un pedacito de esto y de aquello;
paupérrimas condiciones
con una serie de motivos…
con un sinfín de episodios.

Comparte con tus amigos
  • Twitter
  • Facebook

6 comentarios

  1. Sigmund Freud, no le pidas tantas condiciones: ¡sigue pidiéndole besos!

    El Ingeniero

  2. arcipreste de hita y pon

    Me lo explique…

  3. Tan rebuscado como un análisis freudiano. Un saludo y suerte.

  4. Me ha gustado :
    «con perpetua justicia,
    con tus propias manos,
    con tu propio ser,
    escucha la barbarie
    de mi voz que clama,»

    Transmite pasiòn. Suerte.

  5. Solo ésto me captura:

    «escucha la barbarie
    de mi voz que clama»,

  6. Amigo Sigmund, tu poema se me ha hecho impenetrable. Sin duda será un gran poema en otros oídos. Suerte en el concurso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *