Vengo siguiéndote desde mañana
he estado mirándote desde tus ojos,
Tranquila, callada,
esperando que el reloj marque las 25
para atraparte en la vigilia del despertar,
cuando eres más mía que de nadie,
espléndida, encantada,
y estuve creándote entre mis uñas,
y así pude guardarte antes de irme a la cama,
a soñarte entre posturas imposibles,
Suave, eterna,
Imaginada.